🔥El dolor de la perdida, primera parte🔥

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Dia 7. Primera parte del día antes de la tragedia.

Se había cumplido el plazo, no más Alpha, Omega o Beta, ni agresiones sexuales, medicamentos diarios o collares que irritaban la piel, no más Kirishima...

Te habías despertado a las 5 de la mañana, otra vez, por las pesadillas, te sentías diferente y eras diferente, los tatuajes habían desaparecido, al igual que tu cola y orejas lobunas, volvías a ser una simple humana. Te acercas a la cama de quien una vez fue tu Alpha y le observas de cerca, sientes como un nudo se re forma en el la garganta, el cual te aprieta dolorosamente, quieres llorar, no por tu actual condición, sino porque habías decido marcharte, querías a Eijirou, te había enseñado un nuevo mundo, protegido, querido y apoyado, pero la familia era la familia.

Diriges tu mano a su mejilla y rozas con la yema de tus dedos su piel, al instante una descarga eléctrica te recorre el brazo y se detiene en el corazón llenándolo de calor. ¿si ya no estabais unidos por la sangre porque sentías eso? ¿tan duro seria dejarlo? Lo cierto era que sí, pues había un gran secreto que ambos desconocíais.

Kirishima despierta y cree estar en un sueño al verte tan cerca de él, acariciando su mejilla, con los ojos brillantes y las lágrimas desbordándose, incapaces de ser contenidas por los párpados. Incapaz de adivinar que eres real y no producto de su imaginación adormilada acerca su rostro al tuyo y besa las lagrimas que se deslizan por tu cuello.

- ¿Kirishima? – preguntas avergonzada –

- No te vayas. – susurra –

Agarra tu brazo, tira de él y te tumba sobre la cama quedando él arriba. Tiene los brazos apoyados a cada lado de tu cabeza, y la mirada perdida. Estas con las piernas abiertas y él entre ellas, la posición es vergonzosa para ti, pero la curiosidad te esta matando, no parece el mismo Kirishima de siempre y quieres averiguar por qué.

- Debo irme, mi familia estará muy preocupada por mí. – intentas explicarte –

- ¿Quieres abandonarme? – pregunta haciendo un puchero –

- No, – contestas rápidamente – no quiero abandonarte, es solo que no puedo dejarlo todo para formar parte de un mundo tan caótico. Apenas duermo desde lo que me paso con ese Alpha y necesito volver a mi casa, con mi familia, pero esto no significa que no vayamos a volver a vernos.

- Te vas por mi culpa, si te hubiera protegido no querrías marcharte, yo no quería ser un Alpha y siéndolo te hago daño. – aparta la mirada –

Esta hablando en sueños, creyendo que puede expiar sus pecados confesándole la verdad a la tú de su sueño.

- No digas eso. – dices acunando su rostro entre tus manos – has hecho tanto por mí, nunca podre agradecerte lo suficiente, eres alguien importante para mí Kirishima. – le dedicas una sonrisa –

- No.

Aparta tus manos y aprisiona tus muñecas por encima de la cabeza con una sola mano, su mirada a cambiado radicalmente, sus ojos carmesíes brillan y te estremeces ante esa mirada de depredador.

- ¿Q-qué te pasa?

Forcejeas para librarte, pero es demasiado fuerte y eso sumado a que has dejado de ser una Omega limita más tus posibilidades.

- Te vas porque no quieres decirme que me has cambiado por Bakugou.

- ¿Qué? No, solo somos amigos.

- Mentira. – te acusa cerrando el agarre – Lo prefieres antes que, a mí, por eso quieres apartarte de mi lado, dejarme solo.

- No es eso, estas imaginando cosas, yo te quiero Kirishima, ¿Por qué iba a cambiarte? Solo estaba con Bakugou para entrenar.

- Si me quieres quédate.

- No puedo. – sollozas –

- Entonces tendré que obligarte a quedarte.

Se la boca a tu cuello y lo mane, agarra con su mano libre el tirante de tu camiseta de pijama y lo rompe con sus garras para dejar todo el espacio posible.

- Puede que te duela al principio, pero se te pasara si no te mueves mucho.

Entras en pánico cuando sientes la punta de sus dientes rozando la piel de tu hombro y gritas:

- ¡Kirishima! ¡para!

Tu voz le hace reaccionar y te suelta al darse cuenta de que no es un sueño, se separa levemente y te mira desde su altura con las mejillas sonrojadas y sin creerse todavía que fuera a marcarte en contra de tu voluntad creyendo que era un sueño.

- ¡Lo siento! – grita separándose del todo de ti –

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- ¡Lo siento! – grita separándose del todo de ti –

Ahora se encuentra en la otra punta de la cama, observándote con la respiración acelerada.

- ¡Lo siento! – repite – creí que estaba soñando...

- Ibas...a morderme. – susurras asimilando lo que iba a pasar –

- Yo no quería, si hubiera estado 100% consciente no me habría acercado de esa manera a ti, lo ultimo que quiero es hacerte daño.

Tiene las orejas gachas y la cola entre las piernas, es obvio que se siente culpable y que le asusta que no le creas. Suspiras cansada y decides dejar toda esa situación atrás, pues no crees que te esté mintiendo, pero sí que había mucha verdad en las palabras que te había confesado.

- Esta bien, no estoy enfadada, te creo.

Te acercas y lo estrechas entre tus brazos, Kirishima corresponde el abrazo enseguida y suspira aliviado contra tu pelo.

- Lo siento, no quería hacerte daño. – repite –

- Lose, tranquilo. – le susurras acariciando su espalda –

No le culpas de lo que ha pasado y quieres creer en que no te vincularía a él en contra de tu voluntad, pero acababa de confesarte sus inseguridades y si no las hablabais cuanto antes todo terminaría en desastre.

La unión de la sangre. (Kirishima X Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora