-Me voy Kirishima, volveré pronto, no salgas de mi habitación, si mis padres te vieran sería un problema.
Me miro con una expresión preocupada.
-Tranquilo, estaré bien. -dijiste acariciándole la cabeza -
Nada más entrar en clase de geografía e historia las malas noticias empezaron a abofetearte, habías suspendido otra vez, pero en este examen tenías una nota demasiado baja y no solo en esa asignatura ibas demasiado mal en el instituto, a este paso iban a quedarte muchas asignaturas y eso no era para nada algo bueno.
Dejaste caer tu peso sobre la silla del escritorio y suspiraste abatida. El resto de la mañana mejoro un poco cuando te dieron algunas notas de trabajos que habías hecho, eran altas y estabas feliz por ello, estabas deseando llegar a casa y enseñárselo a tu madre.
Sonó el timbre del recreo y fuiste a reunirte con tus amigos, era divertido hablar con ellos, siempre tenían muchas cosas que contar y sus notas son buenas, a veces te daban envidia en ese sentido.
- ¡Hey ______! -Grita uno de tus amigos - ¿Por qué llevas esa bufanda?
-Oh...bueno...es que me resfrié anoche.
- ¡Mentira! ¡Vamos! ¿¡Qué intentas ocultar?! ¿¡Un chupetón?! -dice burlón mientras tira de la bufanda -
- ¡No! ¿¡Cómo va a ser eso idiota?! ¡Déjame de una vez! ¡La vas a romper!
No hizo caso a las advertencias y termino por resquebrajarla, ¡mierda! Pensaste, eso era malo, iba a ver los tatuajes.
-Lo siento, no quería romperla. -dice entregándotela -
La cogiste un tanto desconcertada, ¿es que no veía los tatuajes?
-Oye, ¿No me ves nada raro?
- ¿A qué te refieres? No me digas que al final mi broma se ha hecho realidad y llevas un chupetón.
-Por supuesto que no imbécil.
En efecto no los veía, ni él, ni nadie, ¿Por qué no podían? ¿Qué estaba pasando? Ahora entendías menos la situación en la que te encontrabas.
Al final de las clases regresaste a casa con normalidad descubriendo que tus padres ya estaban en casa, les contaste tus notas, tanto las buenas como las malas, pero por desgracia las cosas terminaron mal.
- ________ no puedo estar siempre encima de ti, cuando ya tienes 17 años, no sé cuántas te van a quedar, pero no tiene pinta de ser pocas. Me pediste ayuda, pero si no haces lo que te digo no vas a conseguir nada, no voy a llevarte de la mano como si fueras una niña.
-Ya. -dijiste cortante -
-No me pongas esa cara cuando fuiste tú la que me dijiste que te machacara.
-Sí, pero no en este sentido. -pronuncias, mientras te vos a tu habitación -
Era cierto que le pediste que me machacara, pero no de esa manera, lo que querías era que te forzara a estudiar más porque tu sola no eras lo suficiente persistente, no eras lo suficiente buena, esos eran los pensamientos que se quedaban en tu cabeza cada vez que se trataba de estudios, te sentiste herida e inútil, agarraste el trabajo que tanto e había costado hacer y con el que habías conseguido una buena nota y lo rompiste para luego tirarlo a la basura como si no valiera nada, que era el valor que tenía ahora para ti. Te dejaste caer sobre la cama y buscaste consuelo en el calor del pequeño cuerpo de Kirishima, el cual abrazaste sintiendo la suavidad de su pelaje.
-Ojalá pudiera irme lejos de todo esto...
Kirishima reacciona a tus palabras, se hizo de nuevo una bestia enorme, te subió a su lomo y salió por la ventana rompiéndola, se subió a los tejados de las casas cogiendo cada vez más rápido una velocidad vertiginosa, abrió su enorme boca dejando a la vista sus afilados dientes y de él salió una ráfaga de luz que abrió un portal que atravesasteis en segundos y ante vosotros apareció un hermoso castillo rodeado de vegetación, con un imponente y brillante cielo azul.
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La unión de la sangre. (Kirishima X Tú)
Fanfiction⚠️ ADVERTENCIA DE 🍋🍋🍋 Esta historia está ambientada en el mundo de alphas y omegas. A excepción de que tiene toques de fantasía y algún que otro cambio para darle emoción a la historia. Te encuentras en el mundo normal en que es común ir a clase...