Querido Daniel

8

El día transcurrió con normalidad, no salimos de la casa, vimos una peli y pasamos un lindo momento en familia.

— ¿que estará haciendo Dani? -me pregunte a mi misma en un susurro mientras salía de la ducha.

Aún no entendía como la había besado justamente en frente de mi. La curiosidad me llevo a acercarme a la ventana pero esta vez la habitación estaba a oscuras por lo cual acabe vistiéndome para salir a dar una vuelta por el pueblo. Aunque para ser sincera prefería quedarme en la cama el resto de la noche.

Al salir a la calle observé a la gente caminar de un lado a otro, había mucha gente algo que me extraño, quería ir a comer churros pero realmente no sabía dónde quedaba algún lugar en el que los vendieran así que comencé a caminar en busca de estos.

Pase varias tiendas hasta que vi la panadería en una esquina, pero mientras me dirigía a esta choque de frente con un chico, era el, reconocía su olor.

— Lo siento... Maddie -dijo al verme mientras agarraba la mano de la chica.

En ese momento las palabras no salieron, actué involuntariamente encogiendo sus hombros, note su mirada y luego suelte un suspiro siguiendo mi camino. Realmente estaba enojada sin tener razón alguna.

Al llegar a la panadería y pedir lo que quería comer me senté en las mesas del fondo, mientras esperaba observé mi móvil durante unos minutos hasta que una sonrisa se formó en mis labios al ver una foto de mi hermana junto a Jesús en el restaurante.

Al recibir mi pedido comí mientras seguía viendo mis redes sociales hasta que una solicitud llamo mi atención por completo. Daniel acaba de mandarme una solicitud de amistad la cual no acepte, simplemente la ignore.

— Se fuerte Maddison -me dije a mi misma mientras me ponía de pie.

Comencé a caminar por las calles observando mi alrededor, estaba encantada con el pueblo, tenía algo que lo hacía especial. Y definitivamente me gustaba todo de el.

Ese día estuve dando vueltas por todo Madrid, fui al centro comercial a comprar ropa de invierno, fui a una librería, luego pare a comer en un fast food y al final volví a casa la cual se encontraba mi hermana junto a Jesús conversando en el sofá.

— Hola cuñada -me dijo Jesús logrando que hiciera una mueca y lo saludara con un ademán.

— ¿Tan rápido eres novio de mi hermana?

— No lo decía por tu hermana eh, lo decía por mi hermano -Ví como me guiño el ojo y yo negué con la cabeza.

Escuche las risas de ambos pero preferí subir a la habitación a dejar las cosas en la cama, por un momento me pare frente a la ventana con la esperanza de verlo, y lo vi, besando a su amor como si no hubiera un mañana.