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— Me niego a que te vayas -dijo en un susurro y yo apoye mi frente en la suya.

Esta vez fue el quien me beso, entre besos y caricias acabamos en la cama, el estaba sobre mi cuerpo besando mi cuello mientras yo gemía bajito. Y sin pensarlo lleve mis manos al borde de su pantalón bajando este.

— ¿Estás segura? -dijo el al percatarse mientras acariciaba mi abdomen.

— Estoy segura -dije provocando una sonrisa de su parte.

Ambos comenzamos a quitarnos la ropa poco a poco entre besos, luego estos besos bajaron a mis pechos haciéndome gozar. Ese momento fue mágico, sus gemidos combinados con los míos mientras hacíamos el amor sin importarnos quien nos pudiera escuchar o quien le molestara. Solo éramos el y yo, sin importarnos nada.

— Te quiero, no me quiero separar de ti -dijo entre gemidos mientras se movía haciéndome aferrarme a su espalda.

Escuche un grito de placer al arañarlo, y luego de un rato de placer caí rendida en su pecho con los ojos cerrados intentando recuperar el aire al igual que el.

Daniel acariciaba mi cabello y me sorprendí al escucharlo cantar una canción bajito mientras me observaba causándome una sonrisa.

— Que te miro y me miras, y me acabo de enamorar -susurró para luego besar mi mejilla.

— ¿Como te vas a enamorar tan rápido? -dije en un susurro a lo que el sonrió levemente.

— Eso te pregunto yo a ti, ¿como me puedes enamorar tan rápido? -dijo con una sonrisa pícara y luego le di una colleja de broma.

— Eres un cerdo eh -me reí negando y luego saqué mi lengua.

El solo se acercó y mordió esta haciendo que volviera a gemir, este hombre era una maravilla en todos los sentidos.

— Viene papá, venga fuera -dije rápido al escuchar pasos acercase y lo empujé de la cama.

Este beso mis labios por última vez y sin llegar a vestirse se pasó a su balcón, bien ahora lo habían visto todos los vecinos desnudó; genial.

Comencé a vestirme rápido y luego de soltarme el cabello me senté en la cama esperando que mi padre entrara pero no era el, era Vicky con una cara de pocos amigos, esta se acercó a mi y se apoyó en mi pecho mientras intentaba controlar sus ganas de llorar.

— No me quiero ir -dijo triste y yo solo acaricié su espalda despacio. — Se que suena tonto pero lo quiero, lo quiero mucho.

— Lo se, te veo más feliz a su lado pero mira podrás verlo alguna que otra vez -digo intentando animarla. —Ya veras que si.

— ¿Follaste con Daniel? -dijo observando la cama a lo cual yo solo me rasque la nuca. —Cuéntame todo a detalles.

— Solo lo hicimos, normal -dije riendo y negué con la cabeza.

— Mmm esa sonrisa me dice que fue muy especial para ti.

Querido Daniel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora