Querido Daniel

19

Al día siguiente desperté abrazada a Daniel, observé su cuerpo desnudó junto a mi y una sonrisa se posó en mis labios. Estaba adorable, tenía el pelo desordenado, estaba abrazado a mi y podía escuchar su respiración mientras yo acariciaba su cabello.

— Un día menos -dije en un susurro para mi misma y lo observé una vez más.

Me senté en la cama soltando un largo suspiro y luego froté mis ojos intentando despertarme del todo, me cubrí con la manta mientras observaba mi abdomen en silencio. Estaba llena de marcas, mordiscos y chupetones por todos lados, sabía que si mi padre me veía así me llevaría una buena charla.

— Princesa -dijo este con su voz ronca mientras se cubría la cabeza con la almohada. —¿porque estás despierta tan temprano?

—Se me ha ido el sueño, lamento despertarte -le dije para luego abrazarlo u apoyar mi cabeza en su pecho.

Observé su abdomen y sonreí al ver las marcas que le había dejado en este, ambos nos parecíamos en eso. Acaricié su piel con la punta de mis uñas y luego reí al ver cómo este se trepó sobre mi, sabía que le hacía cosquillas.

— Eres mala eh -dijo comenzando a hacerme cosquillas a lo cual yo comencé a retorcerme intentando que parara.

—¿Maddison? -dijo mi padre a través de la puerta logrando que ambos nos miráramos sin saber que hacer.

En ese momento empujé a Daniel haciendo que ese cayera al suelo, le hice señas para que se escondiera bajo la cama y me cubrí con la manta al ver a mi padre abrir la puerta. Este me miro con intriga y echo un vistazo por toda mi habitación.

Tenía miedo; miedo a que pillara a Daniel y nos tuviéramos que ir antes. Miedo a que se sintiera decepcionado o solo a que reacciona mal al verlo.

— ¿Porque te andas riendo a esta hora? -dijo con su ceño fruncido. —No reías así desde la muerte de tu madre.

— Solo estaba viendo algo papá, lo siento -dije y al ver cómo este salió de la habitación apoye mi cabeza sobre mis rodillas.

Y era cierto, no me había sentido también desde el fallecimiento de mi madre. Ver aquel accidente en el cual perdió la visa y no poder haber echo nada me consumía cada día pero con Dani olvidaba todo aquello que me hacía daño, me hacía sentir bien y segura, me hacía feliz.

— ¿Me quieres contar lo que sucedió? -dijo este rodeando mi cuerpo con sus brazos a lo cual yo asentí.

— Te contaré pero por favor... no le digas a nadie, ¿si? No me gusta que nadie sepa de este tema, y no se lo he contado a nadie. Solo lo saben mi padre junto a mi hermana... ¿si? -dije mirándolo fijamente.

— No se lo diré a nadie preciosa -dijo el agarrando mis manos.