Le sería imposible a alguien como yo conquistar a alguien como Tzuyu¿No creen?
Todo era demasiado difícil, ella estaba rodeada de Bombones, Bombones que querían su cuerpo, que querían sus caricias, que querian su querer, su mismísimo amor.
¡Pero nad...
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Ahora, hablemos de Park Jihyo... Jihyo era Preciosa, y eso me hacía odiarla
Cabello largo, grandes pechos, piernas ejercitadas, cintura envidiable, ojos enormes, sonrisa asesina. Lo tenía Todo. Era típica chica la cual todo el curso deseaba. Buena, tierna, mala cuando debía, tenía un carisma enorme, divertida, le gustaba jugar, cariñosa. ¿Qué otro adjetivo, digno de tales cualidades, se acerca tanto a la perfección que la palabra "Preciosa"?
Era un gran obstáculo y nunca podría superarla en ningún sentido.
Lo que más me molestaba de ella era su voz ¡Era perfecta! Cantaba demasiado bien. Era de esa clase de voces que te gustaría escuchar hasta dormirte, esas voces que emborrachan, que embelesan, esas que quieres que te susurren cosas al oído, que te canten en tiernos susurros, esas con personalidad propia, que con suspiros rompe muros, que con susurros en Tzuyu lograba obtener lo que deseara, que imponía respeto, esas que enamoran hasta a un sordo.
Era eso a lo que se le llama "Un personaje", no solo por lo divertido de su ser, sino que era, irreal, como un personaje de un cuento fantástico, y odiaba eso. Odiaba saber que todo estaba construido por falsedad y que nadie lo notara.
Mi padre decía que hay dos opciones con una mujer de pechos grandes, o tiene un corazón enorme, o es estupida. No, Jihyo no era estupida. Era muy inteligente, aunque no lo suficiente. Bueno, yo la maté ¿No?
A lo que iba. Ella sabía que yo me moría por Tzuyu y que la quería para mí, y eso hacía que ella fuera mucho más intensa con Tzuyu cuando yo estaba cerca, como recalcando que le pertenecía, demostrandome que Tzuyu moría por ella. Sentándose en sus piernas y mirandola con sus enormes ojos, con sensualidad ininterpetable, logrando que Tzuyu se la llevara y le hiciera lo que ella decidiera, mordiendola y llenandola de besos, acariciando sus caderas, besando su cuello. Era aborrecedor.
Yo odiaba a Park Jihyo.
Pero nadie es perfecto, y eso lo descubrí solo unos meses después de conocerla. ¿Recuerdas lo de los pechos grandes? Bueno lo que tenía de grande su corazón, lo tenía de facilidad de abrir sus piernas
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