"Amor mío"

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El primer día después de eso, ese Lunes, en la escuela, recuerdo que Jihyo y yo aparecimos en la escuela, y, lo primero que vimos fue a Sana y Dahyun hablando con Tzuyu, quién parecía estar muy mal, pero peor estaba su cara, gracias a mi.

—¿Qué hacemos? —Me susurró Mi Novia, yo apreté su mano con fuerza y me la llevé al patio conmigo. Abrazarnos y bailar juntas, pam param, pam param, pam param.

— Más tarde hablamos con ellas ¿Quieres? —Me miró durante unos segundos .

— ¿Segura?

—No podemos ir, saludar como si nada, o no saludar a Tzuyu. —Suspiró.— Se enfadará aún más al vernos frente a ella, y, si dice algo, juro que voy a golpearla.

— Bueno, está bien, más tarde las buscamos. —Sus dedos pasean por mi mejilla y sonríe preocupada.— ¿Duele? —Negué con la cabeza.— ¿Quieres que te duela? —Iba a quejarme ante semejante y horrible propuesta, pero mi voz llegó muy tarde. Ya tenía la cara expuesta a sus labios, los cuales dejaban besitos pequeñitos y tiernos en todas partes.


Les contamos lo sucedido a las únicas amigas que nos quedaban en ese grupo, ellas escucharon, pero aún no nos creyeron por completo, menos cuándo escucharon todo lo que les dije que Tzuyu dijo, pero hicieron lo posible por ser objetivas y no pensar en lo manipuladora que es la alta.

En todo el día sentí la mirada de esa idiota, en Jihyo y en mi, en nuestras manos, en nuestros ojos, en nuestro amor.
Por primera vez me sentí en su lugar. Verla así me recordaba a cuando yo hacía eso, acechar a la novia de mi crush, celosa de esa chica, pensando en cómo alejarla de mi preciado tesoro.
No eramos tan diferentes como parecíamos ser.

A la linda de ojos grandes como dos brillosas lunas, no le preocupaba, se sentía muy segura a mi lado, aunque yo no, yo dudaba demasiado, no sabía cual de nosotras seria la número 10. Podría ser ella, en una de esas en las que se pasara de lista, o... Podría ser yo.
Pero yo soy la que cuenta esta historia, eso es casi un spoiler de lo que sucederá a continuación.

Ella estaba empeñada en perseguirme, desde que entraba a la escuela hasta que salía. Me estudiaba, me observaba. Me estaba cazando.
En una de esas, en las que caminaba sola por el pasillo, nos encontramos cara a cara. Ella creía ser el Jaguar, pero estaba claramente equivocada, yo era la que comería sus entrañas al final, la que saborearía su dolor, su sangre.

Jihyo estaba con Sana y Dahyun, ella me había pedido que, ya que iba al baño, les comprara unas papitas de esas que son super saladas y muy ricas.
Sana había insistido en acompañarme, pero me negué, sabía lo que me esperaba y no le tenía miedo a enfrentarlo. Quizás ir con Sana me salvaría de problemas como la muerte, pero si Dulce estaba ahí yo no podría actuar como la gran asesina que soy.

Fui silbando la canción de Kill Bill, emocionada, esperando a... A nadie, ya que ella ya estaba frente a mi.

— Jeongyeon. —Su seriedad y todo ese asunto de aborrecerme me resultaba ciertamente cómico.

— ¿Que tal todo, Tzuyu?¿Tu madre?¿Todo bien? —Respondí burlona, ante sus ojos derretidos del odio.
Esto era un duelo de pistoleros, sin pistolas.

— ¿Puedo hablar contigo en privado? —Preguntó con falsa amabilidad. No busqué excusas, porque no las necesitaba.— Sígueme. —Nos separaban 5 metros que pronto se volvieron uno.

Ella me llevó detrás del gimnasio, a unos metros de dónde asesiné a Chaeyoung. ¡Qué bellos recuerdos!

Paró de caminar, volteó y sonrió maliciosamente.

1 to 10 - JeongtzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora