ZIELSVERWANTEN

3- Piloten

Amanda las guió por el pasillo hasta una puerta negra.

- Estoy muy nerviosa, no creo que le demos una buena impresión. ¿Y si les caemos mal? ¿O si prefieren a sus antiguos ingenieros? - susurró Malena en español para que sólo la escuchara su hermana.

- No seas dramática, les vamos a caer bien. Y si no es así, es su problema. Tendrán que aprender a trabajar con nosotras - le respondió Maitena de igual forma y rodando los ojos.

Amanda las dejo frente a la puerta y Malena se atrevió a tocarla tratando de controlar su nerviosismo.
Maitena volvió a rodar los ojos por lo dramática que estaba siendo su hermana.

Desde adentro de la oficina se sintió una voz diciéndoles que entraran. Maitena abrió la puerta y dejó pasar a su hermana primero.

La oficina era bastante amplia, tenía un gran ventanal que daba a las afueras de la fábrica, lo que más llamaba la atención eran unos sillones donde estaban sentados nada más y nada menos que Sebastian Vettel y Charles Leclerc, en frente de ellos había un señor con unos anteojos, al que Maitena identificó como Mattia Binotto.

Sebastian Vettel las miraba sorprendido, no esperaba que las nuevas ingenieras fueran tan jovenes, y Charles les regaló una pequeña sonrisa que les pareció tierna a ambas. 

- Señoritas, soy Mattia Binotto, es un placer conocerlas - Habló por primera vez estrechandoles la mano a cada una - Permítanme presentarlos. Sebastian, ella es Malena Bauer, tu nueva ingeniera. Y ella es Maitena Bauer, ingeniera de Charles - Dijo finalmente señalando a cada una respectivamente, a lo que las mellizas se sorprendieron.
 
Mattia Binotto podía identificar claramente a las mellizas, ya que él había sido el encargado de revisar todo el historial de las chicas, el cual lo sorprendió por lo bien que les había ido en su estudios.
Los pilotos saludaron apropiadamente a cada una de las chicas, tratando de diferenciarlas.

- Disculpen la pregunta, pero, ¿Cuantos años tienen? - Preguntó Vettel 

- Tenemos 21 años - Dijo Malena tímidamente.

Ambos pilotos se sorprendieron más de lo que ya estaban.

- Son demasiado jóvenes - dijo Vettel tratando de salir de su asombro.

- Yo tengo una duda - dijo Charles - ¿Cómo vamos a diferenciarlas? - añadió finalmente en un tono que les causo gracia a todos.

- No te preocupes, con el tiempo se acostumbraran y nos van a diferenciar fácilmente - le respondió Maitena con una sonrisa.

Después de ese momento, los hombres en la habitación les hicieron un par de preguntas más para conocerlas y finalmente las dejaron irse a descansar a su nuevo apartamento.