77- Kampioen

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Max se despertó de madrugada y giró en la cama, extendió su brazo buscando a Mai para atraerla más cerca, pero encontró el otro lado de la cama vacío.

Se incorporó en la cama y agarró su celular de la pequeña mesa en la que se estaba cargando, eran cerca de las cuatro de la mañana. Suspirando, hizo las sábanas a un costado y se levantó en búsqueda de su novia.

Pensó que estaría en el baño, pero no la encontró. Tampoco estaba en los pequeños sofás que tenía la habitación en frente de la televisión. Se dirigió hacia el balcón y ahí la vio,  sentada en una reposera que había, abrazando sus piernas y observando la ciudad.

- ¿Qué estás haciendo? - Preguntó

La voz del holandés sonó un poco ronca, a causa de que estaba durmiendo hacia menos de dos minutos, e hizo sonreír a la argentina. La chica levantó su cabeza y le sonrió, mientras veía que su novio se sentaba a su lado. El pelo de él estaba todo revuelto, sus ojos un poco achinados y andaba descalzo, aunque eso no evitó que le sonriera tiernamente a su novia.

- Sólo estoy pensando - Contestó Mai suspirando - No podía dormir -

- Y se supone que yo tengo que estar nervioso - Se rió Max mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro de su chica e inevitablemente se le escapaba un bostezo

- No estoy nerviosa - Se rió la argentina - Estoy tratando de asimilar que ésta va a ser la última carrera del año, no puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido -

- Lo sé - Contestó él - Un día estás por ahí caminando y haciendo tu trabajo, y al siguiente, estás metida en mi cama - Bromeó

Mai largó una carcajada que hizo sonreír aún más a Max - No mientas, yo sé que querías estar conmigo desde el principio - Le dijo

- No voy a negar eso - Sonrió Max - Sólo si tú no niegas que te gusté desde el principio -

- No creo que pueda negar eso - Le contestó Mai - Tú no sabes, pero te sigo desde que empezaste en la F3, y tengo que reconocer que tenía un pequeño crush contigo -

- ¡Por eso aceptaste el trabajo en un equipo de F1! - Bromeó Max - ¡Querías estar cerca mío! -

- La realidad es que no pensé en ti cuando acepté el trabajo - Se rió ella - Pero si creer eso te hace dormir por las noches, está bien - Se burló

- Es que estábamos destinados - Agregó el holandés

- ¿Desde cuándo crees en esas cosas? - Se rió la argentina

- Sólo estoy tratando de ser tierno, no lo arruines - Se rió Max

Mai se rió y lo abrazó para luego darle un beso. Max la levantó en sus brazos y se dirigió hacia la cama para acostarla a su lado. Mai cruzó una de sus piernas sobre la cintura de Max y apoyó su cabeza en el pecho de su novio.

- ¿Sabes? - Susurró la chica - Creo que si estábamos destinados - Dijo mientras acariciaba una de las mejillas del holandés

Max le sonrió y unió su frente con la de ella, ambos cerraron sus ojos y así, se durmieron.
Por la mañana, el despertador sonó y Mai estiró su brazo para apagarlo.

- Cinco minutos más - Se quejó Max

- No - Le contestó Mai

- Si - replicó él

- Bueno - Asintió ella mientras se acomodaba mejor

Esos cinco minutos se transformaron en casi dos horas. Cuando se levantaron, Max fue por el desayuno mientras Mai se duchaba.

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