- ¿Qué haces? - Preguntó Valentina al ver a Maitena
La carrera había terminado hacía un par de horas y ella se había quedado en el garaje de Ferrari sola, fingiendo que tenía demasiado trabajo que hacer, cuando en realidad ya lo había terminado.
- Se está escondiendo - Le contestó George riendo
- No me estoy escondiendo - Le contestó Mai - Simplemente estoy haciendo tiempo -
- ¿Sigues enojada con tu novio? - Volvió a hablar Russell - ¿Qué pasó para que estés tan enojada?
- ¡George! - Lo retó Vale
- Su ex pasó - Explicó Mai riendo
- ¡Ah!, Dilara - Dijo el chico haciendo que Valentina lo mirara con una ceja levantada - Pero tú me caes mejor, claro - Agregó nervioso
- Gracias, tus palabras me hacen sentir mejor - Contestó Mai sarcástica - Me siento como la novia mala que nadie quiere -
- No digas eso - Le respondió Vale - Sophie y Victoria te aman -
- Sophie y Victoria quieren a todos - Rió la melliza
- Pero te aman realmente, ya hasta te incluyeron en la familia - Rodó los ojos Vale
- De todas formas, Jos tiene algo en mi contra - Dijo Mai
- Deberías hablar con él y con Max sobre eso - Intervino George
- Con él ya hablé, y no estoy lista para hablar con Max todavía - Le contestó Mai
- Sabes que si no vas a hablar con él, va a venir a buscarte - Habló Vale - Debes enfrentarlo en algún momento, y estoy segura de que ese momento es ahora -
- No puedo - Contestó Mai
- Si puedes pero no quieres - Volvió a decir Vale
- Bueno, entonces no quiero - Bromeó Mai
- Si no vas por las buenas, George te va a llevar arrastrando - Le dijo Valentina
- A mi no me metan en esas cosas - Se defendió el chico
Después de unos minutos tratando de convencerla, Mai se levantó suspirando y se encaminó con ellos hacia las afueras del paddock.
Al llegar al hotel, se despidió de los dos jóvenes y se acercó al ascensor para subir.
Al parecer, ese día no iba a ser el suyo, ya que cuando llegó al piso en donde estaba la habitación de Max, se encontró con Jos.- ¡Mai! - Habló el hombre - Max te estaba buscando, creo que está en su habitación -
- Si, estaba buscándolo también - Le contestó la chica
- ¿Todo está bien? - Preguntó Jos
- Si - Respondió Mai tratando de evitar al hombre
- Yo entiendo que te moleste que Dilara esté aquí y que hable con ella - Habló Jos - Pero no quiero que eso se interponga en nuestra relación -
- ¿Qué relación? - Habló Mai incrédula - Nosotros no tenemos ninguna relación, me lo dejó bastante claro -
- Sé que empezamos con el pie izquierdo, pero realmente creo que podríamos llevarnos bien - Contestó Jos - Eres importante para Max, ahora entiendo eso, y quiero tener una buena relación con la mujer que va a estar al lado de mi hijo por los siguientes años -
- Entiendo, ¿Pero podemos hablar esto en otro momento? - Suspiró Mai - Necesito arreglar otros asuntos primero, de verdad -
Jos asintió suponiendo que hablaría con Max y se despidió diciéndole que esperaba poder hablar con ella en un lugar más calmado cuando tuvieran tiempo.
Mai se dirigió a la habitación de su novio y dio un suspiro antes de entrar, claramente no se esperaba que dentro estuvieran Max sentado en un sofá y Dilara frente a él.
- ¿Interrumpo algo? - Preguntó Mai tratando de controlar sus sentimientos
- No, yo ya me iba - Habló Dilara
La chica se levantó de donde estaba sentada y se acercó a Max para darle un abrazo y sonreírle, se encaminó a la puerta y antes de salir miró a Mai
- Lo siento - Dijo y salió de la habitación
La argentina quedó confundida ante las palabras y la mirada de Dilara, parecía estar siendo sincera con lo que decía.
- Antes de que preguntes, vino a despedirse - Aclaró Max
- ¿Se va? - Preguntó insegura Mai
- Si, finalmente entendió que ya no la quiero y que nada va a cambiar eso - Contó el holandés
- Yo no estaría tan segura, la última vez dijo lo mismo y mira lo que pasó - Contestó Mai
- Me dijo que habló con mi padre y que la hizo entrar en razón - Le dijo Max
- ¿Con Jos? - Habló la argentina sorprendida
- Si, creo que le empiezas a agradar - Dijo Max
- ¿Puedo dudar eso? - Sonrió sarcástica la chica
- En serio, él me lo dijo en la cena del equipo - Insistió Max
- Me dijo algo parecido cuando me lo encontré en el pasillo hace unos minutos - Contó Mai
- Entonces, ¿Estamos bien? - Preguntó el holandés
Mai se acercó al sofá en el que estaba Max y se sentó largando un suspiro. El chico, al verla así, se acercó a ella y la abrazó.
- ¿Qué pasa? - Preguntó
- Tengo miedo - Confesó Mai escondiéndose en el pecho de Max - La idea de que en cualquier momento puedas irte con ella me está consumiendo por dentro. Porque ella es hermosa, ella lo tiene todo y te quiere -
- Pero ella no es tú - Contestó él levantando su cara para poder mirarla a los ojos - Yo te quiero a ti, yo te amo a ti. No me importa lo que ella tenga o si es perfecta, como dices. Para mí, tú eres la única que importa y eres perfecta tal como eres y te amo con toda mi vida. Me duele que te sientas así porque sé que en parte es mi culpa, pero quiero que sepas que no te cambiaría por nada en el mundo. -
- Te amo - Le respondió Mai mientras se le escapaba una lágrima - Y tampoco te cambiaría por nada -
Max sonrió mientras le secaba las lágrimas y se acercó a darle un beso, el chico no podía explicar lo que sentía cuando la argentina estaba cerca. Su cabeza no dejaba de pensar en ella y su corazón se aceleraba al escucharla hablar o reír, su sonrisa lo volvía loco y quería verla sonreír toda su vida. Definitivamente la amaba como loco.
Luego de unos minutos en los que simplemente se abrazaron, Max decidió darse una ducha y Mai aprovechó el momento para hacer videollamada con su hermana y sus amigas para contarles lo que había pasado.
No hace falta aclarar que al final los pilotos se terminaron entrometiendo en la llamada y a las chicas no les quedó otra que dejar de hablar en español ya que sus novios se quejaban. Pasaron un buen rato entre todos, haciendo bromas y contándose cosas, definitivamente se querían entre todos y ninguno sabría que hacer sin alguno de sus amigos.
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ZIELSVERWANTEN
FanfictionMaitena nunca creyó que con su nuevo trabajo iba a tener muchas aventuras en su vida. En su mente sólo tenía una meta, centrarse en su trabajo y hacerlo bien, hasta que se cruzó con un par de ojos que la harían dudar de hasta su propio nombre. ¿Pod...