Capítulo 2

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POV: Adara

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POV: Adara


La sombra que pasó entre las cortinas decidió acercarse a mí. A cada paso, no dejé de mirarla inquieta, agarrándome a las sábanas arrugadas. Berenice se quedó rozando sus pies la cama. Me miró fijamente. No podía atisbar que expresión tenía, porque no parecía tener ni una. Sino un rostro lívido, frío, impenetrable.

Nunca antes habíamos estado tan cerca.

—¿Qué quieres? —le susurré espantada.

No suficiente con que Enzo me hubiese mentido, ahora se aparecía Berenice en mi habitación.

Empezó a negar con la cabeza.

—No sé lo que intentas decirme.

No dejó de negar.

—Vamos, Berenice, basta —me puse de rodillas sobre la cama con los dientes apretados—. ¿Qué intentas decirme? ¿Por qué solo hablas con Enzo? —por mi mente cruzó lo de esta mañana—. ¿Y por qué me señalaste hacia el mar?

Parecía un robot que se había quedado en la función de negar con la cabeza. Porque no dejaba de cabecear. Su mirada oscura y llena de pena parecía reprobarme, pero no estaba segura de si era eso.

—¡Adara o abres la puerta o le digo a Enzo que suba y la tumbe abajo!

La advertencia de Eve hizo que me tragara un jadeo mirando asustada la puerta. Tenía que abrir. Sé que era capaz de regresar con Enzo, y yo no quería verlo. No ahora. Volteé para ver a Berenice, y no me sorprendió que ya no estuviera.

—Mierda —murmuré entre dientes, bajándome de la cama.

Caminé apresurada y descalza hacia la puerta. Quité el pestillo abriendo la dichosa puerta, dándole acceso al torbellino enfurecido de Eve.

—Estoy horas golpeando esa puerta. No puedes tenerme de esa forma... —me reclamó pero su voz fue apagándose al mirarme fijamente. Apreté los labios sintiéndome débil de mis emociones, cruzándome de brazos con la mirada puesta en otro lado. El careto que tenía que tener era épico para haber dejado sin palabras a Eve.

—Dios, Adara —se acercó a mí y me acarició la cara con un rostro encogido.

A estas alturas Eve ya debía de saber que Enzo era Price. Porque me había encerrado en mi habitación por bastantes horas sin dar señales. Los ojos se me empañaron por las lágrimas.

—Enzo es Price —balbuceé sin poder retenerlo más.

Eve hizo una mueca y me puso contra su pecho hundiendo mi rostro en su hombro, mientras nos fundíamos en ese abrazo.

—No sé si esto te va a gustar —hizo una pausa dubitativa—. Pero yo lo sospechaba.

Me eché para atrás mirándola con los ojos abiertos de par en par.

El deseo de Adara [Deseo Éire #2] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora