Capítulo 22

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POV: Adara

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POV: Adara

Unos días después


—Aliza quiero agradecerte una vez más que seas la creadora de mi vestido de novia —le dije delante del espejo dentro de su boutique Éire.

—Al contrario. Soy yo la que estoy enormemente agradecida. Que deposites tu confianza en mí cuando podrías pedírselo a la mismísima Carolina Herrera. ¡Te vas a casar con Enzo Price! Cualquier diseñador desearía diseñar tu vestido.

Sacudí la cabeza, sonriendo.

—Yo te prefiero a ti mil veces.

—Ay —se emocionó y me dio un abrazo muy cálido—. Me siento tan presionada y feliz.

—¡Menuda combinación! —reí y terminé suspirando—. Lo único que espero es que la prensa no se entere y todo Roundstone se llene de paparazzis.

Aún recordaba la llegada al evento benéfico que asistimos Enzo y yo en Nueva York... todos esos periodistas con sus insistentes preguntas, todos esos flashes de las cámaras que cegaban a cualquiera, la multitud que se abalanzaba hacia nosotros gritando «Price» para tener la primicia de una foto exclusiva. No me extrañaba nada que Enzo se hubiese alejado de Nueva York y prefiriese el tranquilo y apartado Roundstone.

—No pasará —me comentó con tranquilidad—. Enzo tiene demasiada influencia para aplacar a toda la prensa mediática del mundo. Nadie ese día empañará vuestra felicidad.

—Eso espero —suspiré.

—¿Te puedes quitar el vestido y quedarte en ropa interior?

Asentí llevando mis manos a la cremallera del vestido azul cielo que hoy llevaba.

—También quería agradecerte los dos vestidos que me hiciste —le dije dejando caer el vestido al suelo y Aliza lo recogió doblándolo con suma perfección, y lo puso en una silla.

—Fue un verdadero placer. Me alegro que te gustaran —me respondió contenta.

Y empezó a mirar mi cuerpo de una forma intensa, moviéndose a mí alrededor. Se fijaba en cada centímetro de mi cuerpo, con profundidad. Como si buscara algo. Me tensé, encogiendo mi estómago.

—¿Qué haces? —le pregunté nerviosa siguiéndola con la mirada.

—Tu cuerpo me está diciendo que vestido quiere.

—¿Qué? —expresé en un ataque de risa sin ánimo de ofenderla.

Levantó la mirada hacia mí y se encogió de un hombro algo tímida.

—Sí, lo sé —se avergonzó sonrojándose—. Parece loco. Pero así trabajo yo. Un poco raro, lo sé.

—No es raro —dije cautelosa porque no quería que se sintiera mal ni herir sus sentimientos. Ahora que la conocía con más profundidad sé que era una persona sensible, romántica a la par que dulce—. Es muy original.

El deseo de Adara [Deseo Éire #2] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora