Capítulo 13

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POV: Enzo

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POV: Enzo


El grito había cesado. Y Adara y yo no dejamos de mirarnos a los ojos durante un minuto lleno de un electrizante silencio. Vamos, Enzo. Pregúntaselo. Necesitas saber si ella también lo ha escuchado. Me dije.

A la memoria me vino la noche que regresé a por Adara a la isla y que al llegar a la verja principal, escuché ese mismo grito de mujer. Vi en la mirada de Adara la inquietud y el temor que la gobernaba.

—Tú... —comencé receloso.

—Sí. Sí —asintió acelerada con el pánico reflejado en su expresión—. Yo también lo he escuchado. Es una mujer gritando. Como si estuviera agonizando.

—Muriéndose —añadí creando más tensión.

La sentí estremecerse viendo cómo se encogía temerosa. Tomé sus manos para ayudarla a calmarse.

—¿Cuándo la oíste por primera vez? —le pregunté con firmeza.

—Después de caer al pozo —comenzó a tartamudear por los nervios—. Y sé que no es Evelyn. ¿Y tú?

Miré a mí alrededor nada tranquilo.

—La noche que volví a por ti. Y ahora lo he escuchado.

—¿La noche que volviste a por mí? —exclamó abrumada—. ¿Por qué no me lo dijiste?

—No sé, pensé que había sido mi imaginación. Un grito en plena tormenta, pensé mil cosas —bufé crispado de pensar que había sido mi estúpida imaginación. Ahora había comprobado que era muy real y que Adara también lo escuchaba.

—¿Quién será? —musitó.

Solté un juramento tensando la mandíbula. Ya estaba harto. Quien fuera se la estaba jugando conmigo. Me abroché los tres botones de la camisa y me puse mis deportivos deprisa. Caminé hasta la cómoda abriendo el cuarto cajón, aparté un puñado de camisetas y saqué del doble fondo una caja metálica. Metí el código y abrí la caja sacando un revólver.

Adara sofocó un grito llevándose las manos a la boca de la impresión.

—¿Tienes un arma aquí? —me señaló asustada.

No tenía previsto que supiera tan pronto que escondía armas en determinados lugares. Pero no había tenido opción. Ahí fuera había alguien, y ya era demasiado sospechoso haber escuchado a esa mujer gritar en dos ocasiones.

—Aquí. En la biblioteca de la mansión y en el salón principal —respondí con fiereza revisando el revólver.

—¡Tienes escondidas armas por nuestra mansión! ¿Por qué? —me dirigí a la ventana mirando por ella a la vez que me guardaba el arma remetida en mi pantalón por detrás, ocultándola con la camisa—. Enzo, háblame —me tomó del brazo girándome hacia ella.

El deseo de Adara [Deseo Éire #2] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora