Capítulo 57

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Comenzamos a pedir la comida y prácticamente los señores Rosales me preguntaron casi toda mi vida

-¿Y dónde están tus padres linda? - preguntó Miranda

- En este momento están de viaje pero ya en unas semanas van a volver.

Al decir eso me di cuenta que Alejandro tiro su servilleta, no se si lo hizo aproposito o en verdad se le tiró pero comenzó a recogerla. Y sentí que su mano empezó a tocar muy suave por toda mi pierna ya que me puse un vestido. Su mano entro a mi entrepierna y yo trate de no hacer ningún gesto y ningún ruido mientras escuchaba al señor Scott.
Volteo a ver de reojo a Alex y él solamente le dio un poco de risa mientras sacaba su mano de mi entrepierna.

Al terminar la comida pedimos el postre y todos se levantaron porque Clarisa tiene ganas de ir al baño al igual que el señor Rosales. Me quedé sola en la mesa con Alex.

- No hagas esas cosas aquí - expresé con una risa nerviosa

En ese momento él se acercó a mi oreja y me susurró mientras sentía denuevo su mano en mi entrepierna. La acaricio y me apretó un poco

- Solo dime qué me detenga y lo hago - expresó con esa voz tan sexi en mi oído

Yo comencé a morderme un poco los labios y quite su mano de mi entrepierna y me acerco para besarlo.
Al separarnos por falta de oxígeno él solo me sonrió con esa maldita boca tan más sensual y llegaron los señores Rosales.

Comimos el postre.
Al terminar todos nos salimos del restaurante, pedimos los autos y mientras comence a despedirme de Miranda y Scott.

- Me dio mucho gusto que vinieras a comer con nosotros Andrea - expresó Miranda mientras me da un abrazo

- A mi igual - expresé con dicha acción y una sonrisa

- Nos vemos luego - dijo el señor Scott dándome un abrazo

- Hasta pronto - contesté

Trajeron el auto de los señores Rosales y por último me despedí de Clarisa con un beso en la mejilla.

Se subieron al auto y se fueron. Enseguida trajeron el auto de Alex y me abrió la puerta para poder entrar y después él entro para comenzar a conducir.

Alex se estacionó en la esquina de la calle donde está mi casa.

- ¿Por qué te estacionas aquí? - pregunté confundida mientras lo miro

Él solo me hizo una seña con su dedo y comenzó acariciarme mi mejilla para después darme un beso en los labios.
Al terminar el beso que fue un poco intenso, Alex volvió a prender el auto y me dejó enfrente de mi casa.

- Gracias por invitarme - contesté

- Nos vemos pronto mi amor - expresó con una sonrisa y esa mirada que me mata

Le di por último un beso pequeño y salí del auto.

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