Se despertó sudando entre las sábanas, tenía la boca completamente seca. Puso uno de los pies en la helada piedra del suelo y corrió a por agua. Lyress y Nareen estaban cada una en su habitación y no tenía ganas de contarle a nadie lo que había visto. Llegó a la cocina y en una copa vertió el líquido para llevárselo a la habitación. En el pasillo encontró uno de los perros de caza. Era grande, peludo y negro. Estaba sentado y la observaba tranquilo, Mayleen pasaba a veces a las perreras a llevar restos de comida, por eso conocía al animal.
Pasó por su lado y le acarició la cabeza, sin embargo en ningún momento tenía pensado dejar que se ‘colara’ en su cuarto. Fue al cerrar la puerta cuando le vio moviendo la cola, tumbado en la alfombra.
Hizo como si no hubiera ocurrido nada, se volvió a meter entre las sábanas y cerró los ojos. En cinco minutos volvió a abrirlos a punto de gritar. El gran perro, alerta, se subió con ella a la cama y gruñó a la puerta. Esta empezaba a abrirse. Primero escuchó el crujido, luego se entornó y una mano blanca translúcida hizo más fuerza aún. El perro tenía el pelo erizado, la cola entre las patas y las orejas hacia adelante. Estaba asustado. Mayleen cerró los ojos, ella también tenía miedo y conforme oía los gruñidos más y más agresivos, no pudo evitar echar un vistazo. La imagen no la iba a olvidar jamás. Un cuerpo fantasmal se presentó frente a ella; tenía el cuerpo flotando, la cuenca de los ojos vacías y el rostro le era conocido, aunque no sabía de qué.El perro ladró y en ese momento comenzó a llegar gente. Ser Balon Swann fue el primero y por ese instante, la figura ya no estaba y quedó escandalizado al ver a la negra bestia junto con la princesa.
—Mi señora... ¿qué ha pasado?—. Mayleen quiso responder, pero no podía articular palabra alguna. Su pálida tez estaba aún más blanca, sus manos temblaban y al abrir la boca, su mandíbula dejaba escapar su terror.
—No… no importa. Podéis marcharos. Gracias.
—¿El perro debería…?—. Aquel animal se había tumbado y acurrucado en el regazo de la chiquilla y aunque no lo pareciera, le daba tranquilidad.
—Todo está bien. Fuera—. Sin ningún tipo de escrúpulo señaló la puerta de la habitación, mostrando la salida.
Intentó conciliar el sueño, pero cada vez que este la arropaba, la imagen le venía a la cabeza y, no, no se trataba de el espectro. Sino de Jaime, su padre. ¿Cómo iba a decirle a nadie que Jaime estaba en peligro?
Su padre estaba en el campamento de Robb Stark, nunca le había visto tan mal. Herido, sucio, hambriento... No parecía el mismo hombre que la salvó en los pasillos cuando estuvo a punto de ser violada. Seguía siendo orgulloso, pero esos norteños lo eran más y le era imposible relajarse. Las imágenes se volvían aún más duras cuando aparecía el gran lobo huargo. La cría de lobo que una vez Robb estuvo criando, había crecido. Era color pardo, con los ojos dorado y siempre al acecho de cualquier soldado que se acercara a los límites del campamento. ¿Cómo iba a decirle a alguien que ese lobo estaba al acecho de Jaime? ¿Por qué iban a creer que esos sueños eran reales? Además, ¿estaba May segura de lo que había visto?
Todo era tan lúcido, tan real, tan palpable… Parecía que podía participar en la escena, que podía cambiar lo que ocurría, pero, en cuanto se acercaba y tocaba a alguien, notaba como toda esa realidad se volvía polvo en sus manos.
Sus sueños continuaban, no querían decir que fueran premonitorios o que fueran cosas que sucedieran en el instante, aunque no sólo soñaba sobre Jaime, también aparecía otra figura conocida. Un hombre moreno, con escaso pelo y de semblante serio en toda ocasión. Planeaba una guerra junto con su consejero de confianza y una mujer vestida de rojo. Supo perfectamente quien era el hombre, el mismo que hasta hacía poco consideraba su tío, el que había huido y escondido en Rocadragón.Al recordarlo volvió a despertarse con la respiración entrecortada, el perro lamió su mejilla a modo de hacerla sentir mejor. Ella se apartó, miró al animal a los ojos y lo supo. Ya sabía quién era y no era de su gusto pensar en lo peor, pero cuando algo te acecha tan de cerca y detenidamente, significa que llevas marcada la señal del objetivo. Te convertía en un obstáculo molesto al que se debía eliminar.
He estado escribiendo varios capítulos y no sabéis lo que se le viene encima a Mayleen...
Os prometo que no os decepcionará y que tengo en mente un final que va a dar mucho de que hablar. Lo juro.
Disfrutar la lecturas mis más perfectos lectores
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Loyalty || Juego de Tronos
Fanfiction▂▂CUANDO ESE DÍA LLEGUE, EL REINO TEMBLARÁ ANTE MÍ▂▂ •[Juego de Tronos] •[Temporada 2] Tras la muerte de Ned y haber descubierto la verdad, Mayleen no aguanta más viviendo en la capital y, ahora, más sola que nunca...