(Re)nacimiento y muerte

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Un par de días pasaron después de que Niko había dado a luz, Doflamingo se había quedado todos esos días junto a ella para cuidar de su hijo mientras ella se recuperaba, en una de esas lo sostenía con sus manos, si la criatura era muy pequeña a pesar de su estatura del rubio de tres metros y de la madre de tres y medio (cuatro metros como cambia formas) Esa criatura media apenas cincuenta centímetros, y pesaba dos kilos y medio. Fácilmente Doflamingo podría lanzarlo al aire como un muñeco de trapo.

El rubio se encontraba arrullando a su hijo hasta que quedo profundamente dormido pudo dejarlo en su cuna cuidadosamente. Y el finalmente pudo irse a la cama junto a Niko. Le preguntaba como estaba, casi siempre le pregunta 100 veces al día como se sentía. 

-Doffy, tengo algo que decirte...-.menciono Niko con una voz nerviosa.

-¿Que pasa amor mío?

-Hay algo que no te he mencionado de mi, y no es por que no te tuviera confianza...-.Niko dio una pequeña pausa y prosiguió.- ¿Conoces la fruta Ope Ope no Mi?

Doflamingo asintió con la cabeza pero Niko no dijo nada más, fue ese instante que el rubio entendió que su silencio era la respuesta. ¡Pues ella era la usuaria de esa fruta! Doflamingo se quedó estupefacto.

- ¡Es enserio Niko! Es increible, he escuchado mucho de ella, dicen que es capaz de hacer milagros.

Niko agacho la cabeza, el rubio la miro algo confundido.

- No es solamente eso Doffy, tiene algo más... Es capaz de otorgar la vida eterna -. El rubio se quedo aun más sorprendido, la vida eterna era algo que cualquiera soñaria tener, sin embargo la forma en como Niko se lo menciono le hizo que se preocupara.
Le pregunto el problema de ello, y lo que le dijo Niko en vez de calmarle lo preocupo aun más. Mencionó la parte más obscura de aquella fruta y para su usuario, personas cazadas para explotar sus habilidades, y como las peores personas habían sido usuarias de esta fruta. Una maldición y bendición para quien la consumiera pero a Niko esa habilidad la convertía en el arma más peligrosa (si se le ve de esa manera) o suavisando esto, en la criatura más poderosa del nuevo mundo.
Pueden retomar nota, la ultima de su especie (más su hijo), un cambia formas. Un ser capaz de cambiar a cualquier tipo de ser orgánico existente (o no) de la tierra, si quiere volverse un caballo, un león, dragón, sirena, gigante o cualquier otro tipo de ser, puede hacerlo. Todo depende de su resistencia y Niko tenía de sobra, una resistencia monstruosa, útil para la fruta y la especie que es.
Doflamingo desde entonces se volvió mucho más cauteloso  cuando iba a ver a Niko, lo hacía tanto por ella como por su primogénito. El sabía lo que era perder una familia y no estaba dispuesto a perder otra.
Dos años habían pasado volando como papel en el aire. Su pequeño había crecido ya, había pronunciado sus primeras palabras "papi" mas que mami, y sobre todo este sorpresivamente ya cambiaba de forma. Según Niko esto era un punto avanzado de la evolución de su especie, pues a esa edad un cambia formas apenas desarrollan sus cuerdas vocales para imitar los animales que escuchan. Ella lo relacionaba a lo fuerte que era el rubio para su edad...pero quien sabe.
Todo iba bien en su segunda vida del rubio. Oh como quisieran que esto termine de la manera mas linda posible ¿Verdad?
El contexto de este día era el cumpleaños del rubio, Niko le había preparado un pastel de chocolate y su hijo (mas por parte de la madre) le había regalado otro par de lentes como los que el solía usar diariamente.

-Gracias pequeñín, a papá le gustaron micho los lentes que le diste -.dijo el rubio a la criatura alegremente mientras lo cargaba en brazos.

-D-nada-.respondió el pequeño, que empezó a escalar a su padre hasta colocarse en su cabeza sosteniéndose de su cabello.

-¿Que haces mi nene? -.pregunto su madre.

-Papi ez gandote -.río.- es como...como un pajadote gandote poke buela y ez doza.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora