M A R S H A L L
Desperté asustado cuando recibí un golpecito en la mejilla. Mi hermana. Protesté tapándome la cara y ella volvió a golpearme.
―¿Qué quieres? ―susurré abriendo los ojos de nuevo para mirarla con reproche.
―Fuera. Ya.
Se dio la vuelta y se fue.
Levanté la cabeza y vi que estaba en la cama con Lynn, la cual dormía hecha una bolita a mi lado. Salí de la cama con cuidado de no despertarla y la arropé con la sábana. Estaba refrescando un poco. Una vez fuera de la habitación, cerré poco a poco la puerta. Hannah me miraba apoyada en la pared del pasillo con los brazos cruzados y el ceño muy pero que muy fruncido.
―Te dije que mantuvieras tu pene alejado de Lynn.
―No me la he tirado, por Dios. ―Bufé mientras me peinaba un poco el pelo con los dedos―. Anoche la escuché gritar desde mi habitación y cuando llegué estaba llorando mientras dormía. Supongo que tuvo una pesadilla o algo. Estuve consolándola un rato y luego me quedé a dormir con ella para tranquilizarla porque no dejaba de temblar. Eso es todo, Hannah.
Ella suspiró.
―Las pesadillas ―murmuró asintiendo con la cabeza―. ¿Y se pudo volver a dormir?
―Sí. Ya ves que está hecha una bolita y durmiendo como un tronco.
―Nunca se duerme tras una pesadilla... ―dijo pensativa―. ¿Solo te quedaste a dormir con ella y... se durmió?
―Sí.
Hannah asintió con la cabeza.
―En fin, ¿a qué hora vas a por Lizzy?
―A las once saldré de aquí.
―Pues ve a vestirte que te queda media hora, chato ―dijo dándome un golpecito en la cadera―. Voy a hacer el desayuno.
―¿No tenías que volver por la tarde? ―pregunté mientras me iba a la habitación de invitados.
―Sí, pero nos mandaron a casa a todos.
Asentí con la cabeza y me fui hacia la habitación. Cogí mis cosas y me metí en el baño para darme una ducha rápida. Una vez aseado y vestido, bajé con mi bolsa a la planta baja de la casa. En la mesa del salón estaban Hannah y Lynn desayunando. Esta última ya no llevaba el pijama, sino un leggin y un top deportivo.
―Buenos días ―dije sonriendo. Lynn me miró y sonrió.
―Buenos días.
Me acerqué a ella y besé su cabeza. Rodee la mesa y me senté donde mi hermana me había dejado el desayuno. Huevos revueltos con bacon. Podría comer siempre esto.
―Después del almuerzo iremos a comprar ropa ―dijo mi hermana mirándome―. ¿Quieres venir con la niña?
―Claro ―respondí―. ¿Os paso a buscar o nos vemos allí?
―Nos vemos allí mejor, así no tienes que dar tanta vuelta.
Yo asentí con la cabeza y seguí desayunando. Mi hermana le contaba a Lynn algo de lo que no me enteré del todo pues debía ser un asunto que solo ellas dos entendían. Eso o que yo soy más cortito de lo que pensaba. Cuando llegó la hora en la que tuve que irme, fui a dejar las cosas en el fregadero y me despedí de ambas con un beso en la mejilla.
Llegué a Santa Ana a la media hora. Toqué el claxon una vez llegué fuera de la casa de Johanna y bajé del coche para apoyarme en él. Lizzy salió con su mochilita colgada en la espalda y con una sonrisa gigante.
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VULNERABLE ©
RomanceBrooklynn Matthews ha tenido una vida complicada. Tras años secuestrada y con su hermana pequeña muerta, comenzará su vida de nuevo alejada de su ciudad natal y al lado de la persona que la rescató de ese sótano sin ventanas. Conoce las debilidades...