Durante mis descansos en el bar, me dediqué a buscar información en Google sobre la fobia a ser tocada o a tocar de Lynn. Bendito Google, de verdad. Descubrí que lo que ella tiene Hafefobia, pero solo hacia los hombres por "x" trauma. He leído que la única forma de tratarlo es con terapia psicológica y desconozco si la está recibiendo. Además, leí que lo peor que puede hacer es evitar el contacto porque así no le ayuda a mejorar.
Como otras tardes, tras ir a buscar a Lizzy al colegio, fuimos a casa de Hannah. No sé si mi hija tenía más ganas de bañarse en la piscina o de ver a Lynn. Cuando llegamos, Lynn nos abrió la puerta y cuando nos vio, sonrió. Mi hija la saludó entusiasmada con un abrazo y luego entró corriendo dentro de casa. Saludé a Brooklynn también mientras abría más la puerta para que entrara.
―Lizzy se va a bañar a la piscina ―dije a Lynn mientras entrábamos en casa de Hannah―. ¿Vas a bañarte también?
―No ―respondió con una media sonrisa―. A lo mejor me remojo un poco los pies.
Yo asentí con la cabeza. Cuando llegamos al salón, Lizzy ya se había quitado la ropa y se había quedado en su bañador. Sí, se lo había puesto por la mañana antes de ir al colegio.
―No te metas en el agua hasta que yo esté fuera ―dije mientras, junto a Lynn, la seguíamos hacia el jardín.
―¡Vale, papi!
Cuando llegamos fuera, le asentí con la cabeza a Lizzy y ésta se lanzó al agua. Escuché a Lynn reírse. Tanto ella como yo nos sentamos en las dos tumbonas que había junto la piscina. Separadas por un par de palmos.
―¿Estás recibiendo terapia psicológica? ―pregunté a Lynn una vez acomodados. Ella me miró.
―Sí... ¿A qué viene esto?
―Estuve leyendo un poco sobre lo que tienes y vi que solo se trataba con terapia. Y no sabía si la estabas recibiendo ―murmuré.
―Voy a terapia dos veces a la semana ―afirmó―. Sábados y miércoles por la mañana.
―¿Y te han dicho qué tal vas?
―Voy progresando adecuadamente. O eso dicen. Aunque yo no me lo creeré hasta que no sea capaz de dejar que me abrace algún hombre.
―¿Ha sido siempre con los hombres?
―No. Al principio no dejaba que nadie me tocara. Absolutamente nadie menos Hannah. ―admitió con una leve sonrisa―. Aún así, sigo manteniendo las distancias con todo el mundo.
Veíamos a Lizzy jugar a encestar la pelota dentro de un flotador y nosotros dos la animábamos para que no se sintiera sola allí jugando. Cuando ésta se cansó de jugar, al cabo de más de una hora, la envolví con una toalla y la sequé bien en mi tumbona.
―¿No te gusta el agua, Lynn? ―le preguntó Lizzy.
―Sí, me encanta el agua. Pero ahora mismo... ―se quedó callada, como si no supiera bien qué decir―. Ahora mismo no me puedo bañar.
―¿Por qué? ¿Tía Hannah te ha castigado?
―No, no. ―Rio―. Solo es que... ―Lynn me miró buscando ayuda. Bajó la mirada hacia su pantalón y entonces lo entendí.
―No puede bañarse porque está en sus días ―le dije a Lizzy.
―Oh, tienes la menstruación ―murmuró Lizzy asintiendo con la cabeza. Lynn me miró sorprendida.
―Hannah tuvo que explicarle qué era porque vio que tenía el pantalón manchado de sangre ―susurré a Lynn.
―Ah, joder, ya me extrañaba a mí ―susurró divertida.
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VULNERABLE ©
عاطفيةBrooklynn Matthews ha tenido una vida complicada. Tras años secuestrada y con su hermana pequeña muerta, comenzará su vida de nuevo alejada de su ciudad natal y al lado de la persona que la rescató de ese sótano sin ventanas. Conoce las debilidades...