Crónicas de Hogwarts

14- El espíritu de Hogwarts

La noche no estuvo más tranquila que el día, al menos no para Iván que apenas logró alcanzar el sueño y eso se notó bastante durante la madrugada. Los ladridos del Duke parecían fuertes estallidos en las orejas del joven premio anual que le acariciaba mientras trataba de entregarle su platito con galletas para que pudiera desayunar, aunque por la mirada que Miranda le daba, parecía que el pequeño beagle recibiría doble porción de comida aprovechando el despiste de su padre adoptivo.

Luego del desayuno, siguieron horas de clases que para Iván se resumían en tomar apuntes de la clase y pensar en estupideces que luego se le olvidaban cuando debía volver a anotar algo dicho por el profesor Kurer o el profesor Amadeus. Una pequeña rutina que se interrumpió en pociones, la segunda clase más dinámica y compleja del día detrás de Aritmancia. Iván entró en el aula un poco más lucido que antes y se sentó en la segunda mesa como acostumbraba a hacer. Sus compañeros de clase no tardaron en aparecer por lo que Iván podía escuchar, como se había roto el silencio que había mientras la profesora leía un libro en su escritorio mientras esperaba.

– Silencio y todos vayan a sus puestos, no tenemos tiempo para perder a menos que decidan no almorzar hoy.– Amenazó la profesora y todos sabían que iba enserio, el silencio volvió a reinar rápidamente y los estudiantes se sentaron en todas las mesas a excepción de la segunda. La profesora cerró el libro que estaba leyendo y se levantó para dirigirse hacia el curso.

– Muy bien, espero que hayan estudiado bastante, no quiero ver como pierden sus sentidos o sus manos en este antídoto. – La mente de Iván despertó por completo del susto al recordar que debía estudiar la lista para un ensayo de ÉXTASIS que iban a tener. Memorizar distintos ingredientes para contrarrestar otros que eran venenosos y luego aplicar correctamente la tercera ley de Golpalott.

– Cresta...– Susurró Iván al ver que una pequeña torre con pergaminos empezaba a volar desde el escritorio de la profesora Goldstein a cada mesa, una lista para cada estudiante presente.

– Lara ¿Ha visto a la señorita Blackstone?.– Le preguntó la profesora casi provocandole un paro al comienzo. El joven muy confundido miró a los estudiantes en el primer puesto y se dio cuenta que efectivamente Janis no estaba en el suyo.

– No profesora.–

– Luego veremos que excusa me da. Muy bien, todos tienen frente a ustedes una lista con los ingredientes usados para crear este veneno.– Dijo la profesora señalando un caldero sellado que tenía sobre su escritorio.– Sin embargo, la lista está incompleta, su trabajo es encontrar los tres ingredientes que no están en la lista y luego hacer el antídoto para el veneno. Cada uno de ustedes en orden deberá acercarse a tomar las notas que desee del veneno y luego cuando ya hayan terminado todos, podrán volver a acercarse tras pedir permiso a tomar más notas cuando quieran o preguntarme algo que no sea la respuesta. Les aviso que para que conozcan sus limites, la poción es mortal cuando se bebe, pero se puede sentir el aroma sin peligro ¿Alguna duda?.– Nadie tenia dudas de las instrucciones, todas las inseguridades de los jóvenes era sobre su conocimiento para enfrentarse al problema que tenían delante. Iván bajó la vista mientras la profesora empezaba a llamar a los de la primera mesa, los ingredientes que estaban en la lista eran una locura, era un veneno mezclado bastante complejo y era aún peor porque habían tres ingredientes que no estaban en la lista, tres incógnitas.

– Lara.– Le llamó la profesora a lo que Iván tomó su pergamino y pluma para luego acercarse al caldero cuya tapa había sido retirada por la profesora. La poción era de un rojo suave con algunas variantes más oscuras en las orillas donde el líquido tocaba las paredes del caldero. Luego con algo de nervios se acercó más a sentir el aroma del veneno que era casi inodoro, pero se podía sentir algo que a Iván le hacia recordar un área donde recogió un ingrediente para la poción de animagia.