Aprenderé A Vivir (Alonso Villalpando & Tu)

Capítulo 26.- "Discusión"

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Alonso se puso delante entre Kimberly y yo, dándome la espalda en forma de protección, como si esperara que la rubia diera un golpe o algo por el estilo.
- ¡Es ella Columba! -continuó-, ella engatusó a Alonso, es una vil zorra.
A Alonso se le tensaron los hombros y apretó los puños conteniéndose.
- ¡No quiero que le vuelvas a faltar al respeto a ____(Tn)! –gruñó Alonso.
Los Sres. Villalpando miraban atónitos la escena.
Me puse en frente de Alonso, dándole la cara a la rubia.
- Gracias Alonso, pero no es necesario que me defiendas -murmuré-. Mira Kimberly, entre Alonso y yo no hay más que una amistad -mentí-, y si tú no quieres creer eso, no es mi problema. No es mi culpa que Alonso te haya dejado a menos de un mes de la boda.
- ¡Eso es lo que no logro entender! -el Sr. Villalpando habló por primera vez-. ¿Por qué terminar con esto a un mes de casarse? Alonso, te EXIJO que aclares las cosas de una vez.
La Sra. Villalpando se cruzó de brazos.
Se levantó del sofá y tomó del brazo de Kimberly alejándola de nosotros.
- Columba, mira como la defiende -gruñó Kimberly.
- Kimberly, aguarda un momento -ordenó el Sr. Villalpando-, deja que Alonso explique.
Alonso suspiró.
- Simplemente no amo a Kimberly -dijo-, eso en lo único que diré.
- No puedo creer que hayas cambiado a Kim por esta...-la Sra. Villalpando me recorrió con la mirada con asco-...cosa.
Me mordí la lengua tratando de contenerme.
- Madre, por favor cállate –dijo Alonso.
- Bien -musitó el Sr. Villalpando, que al parecer era el más comprensivo-. Entonces, ¿quién ocupa tu corazón ahora?
Alonso me miró, indicándome que teníamos que decirles todo.
<Aún no> traté de decirle con mi mirada, esperando que logre entenderme.
Alonso asintió disimuladamente indicándome que comprendió.
- Por ahora nadie -dijo-, solo quiero estar solo.
- ¿Y crees que yo soy idiota? -gruñó la rubia.
- Si no quieres creerlo, no lo hagas y punto.
- Pero...
- Creo que lo mejor será que descanses, Kim.
Dijo el Sr. Villalpando.
- Buenas noches -farfulló la rubia para después irse a paso decidido hacia la puerta.
La Sra. Villalpando me miraba fríamente y el Sr. Villalpando miraba a Alonso con decepción.
- Chicos... -dijo este último-, si tienen algo solo díganlo, tal vez no sea que mi esposa y yo esperamos pero me dolería más que me mintieras Alonso.
Bajé mi mirada con cierta vergüenza.
Después de unos segundos de absoluto silencio el Sr. Villalpando asintió pesadamente y subió las escaleras.
La Sra. Villalpando seguía fulminándome con la mirada.
- Ruego a Dios que ustedes no tengan nada -dijo-. Sería una deshonra que mi hijo, un VILLALPANDO, se metiera con una criada.
Alonso frunció el ceño y mis lágrimas anunciaban salir.
- Mamá, te ruego que te calles -dijo con la voz débil.
La Sra. Villalpando entrecerró los ojos y negó con la cabeza.
- Recuerda que todo lo hago por tu bien, cariño -farfulló para después irse.
Mis piernas se sintieron débiles y tenía un nudo en la garganta que me impedía formular palabras.
Una lágrima corrió por mi mejilla. Alonso me tomó de los brazos y me aferró a él.
- Lo siento ____(Tn) -murmuró-, lo siento tanto, tú no te mereces tantos insultos.
Alonso me besó suavemente los labios y secó una lágrima que caía con su dedo pulgar.
- Te quiero -me dijo-, y nadie me va a separar de ti, ¿de acuerdo?
Asentí con la cabeza.

[...]
- ¡Dios mío! -Lor me miraba asombrada.
- ¡Eres lo máximo! -dijo Alan.
Reí.
Les había contado todo.
- Yo ya sabía que Alonso y tú terminarían juntos -dijo Lor.
- Su madre aún no lo sabe, lo negamos todo.
Alan rodó los ojos.
- Pues si yo fuese ustedes, hubiera dicho todo -dijo-, me gustaría ver la cara de la Sra. Villalpando.

[...]
Segundo día de Universidad.
Llego y a penas llego a mi casillero, Nicole y Bryan me esperan ansiosos.
- ¿Cómo fue? Cuéntame todo -dijo Nicole repentinamente.
- Ya estamos juntos -sonreí-, pero no lo saben sus padres.
Bryan torció la boca.
- Gracias ____(Tn) -dijo sarcásticamente-, ahora le debo cien dólares a Nicole. De donde sacare DOLARES? Te puedo dar pesos?
- ¿Sabes qué? -dijo Nicole ignorando a Bryan-, Columba es muy pesada, así que está bien que esperen un tiempo para decirlo todo.
Me encogí de hombros.
- ¿Adivina a quién vi en el baño llorando como Magdalena? A la rubia oxigenada.
Tenía que admitirlo, en parte me sentía culpable por ella, si Alonso no la quería al menos ella a él sí.
Sentí un empujón por la espalda.
Me volteé para encarar a la persona.
Hablando de la reina de Roma. Kimberly.
Tomó mis mejillas con sus manos, casi clavándome las uñas.
- Me las vas a pagar -me murmuró.
Me soltó de golpe y estaba a punto de soltarme una cachetada cuando vi que unos brazos la rodeaban y alejaban a la rubia. Era Bryan, que tratando de no lastimarla forcejeaba con ella para que se quedara quieta.
- ¡Suéltame idiota! -gruñó Kim.
Nicole se puso frente a ella.
- ¡Ardida! -dijo arqueando una ceja.
Kimberly se puso roja y mordió una de las manos de Bryan. Éste la soltó ante el dolor y ella se acercó a mí y me golpeó la mejilla tan fuerte, que mi cara se deslizó hacia la izquierda.
- ¡Maldita Zorra! -gritó y las lágrimas le corrieron por el rostro.
Los estudiantes miraban pasmados la escena, unos cuantos se burlaban.
Vi que Nicole quería reprochar pero le envié una mirada diciéndole que yo podía sola.
- ¿Sabes qué Kim? Ya no me daña lo que puedas decirme, me importa una nada tu opinión.
Le di la espalda y me abrí espació entre la multitud para ir a mi primera clase.

Narra Bryan:
____(Tn) se fue dejando a todos absortos y mudos.
- ¿Y ustedes que miran? -dije en voz muy alta. La multitud se fue hacia los salones.
- Zorra tú -murmuró Nicole para Kimberly.
- Cállate Coleman -gruñó la rubia-, luego acabaré contigo.
- Nicole será mejor que la ignores -dije.
Tomé de su mano y nos dirigimos hacia nuestra clase, pero seguía matando a la rubia a través de la mirada.

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