Capítulo 42.- "A tres días".

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Narra ____(Tn):
- Por favor, necesito que la escuches -rogó Bryan por milésima vez-. Tienes que saber lo que pasó en realidad.
- No quiero escucharla -murmuré y me recosté en el colchón.
Me encontraba hablando por teléfono con Bryan, tan solo faltaban tres días para mi viaje a Londres y Bryan se la había pasado tratando de convencerme de que yo escuchara a Nicole.
- Simplemente no quiero saber nada más de Alonso -continué-, y si Nicole me va a traer recuerdos sobre él entonces prefiero alejarme.
Escuché a Bryan suspirar del otro lado de la línea y rodé los ojos.
- De acuerdo, trataré de convencerte más tarde -rió-, no puedes estar molesta toda la vida con ella.
- No estoy enojada, simplemente quiero alejarme de todo -dije y vi a Jos entrar por la puerta.
- ¿Con quién hablas, linda? -preguntó.
Tapé con la palma de mi mano la bocina baja del teléfono y miré al canelita.
- Con Bryan.
- Salúdamelo -pidió.
Volví a mi llamada con Bryan y sonreí.
- Jos te manda saludos -musité.
- Dile de mi parte que es un cabrón, me debe dos cervezas -farfulló Bryan.
Miré a Jos de nuevo, que se encontraba sentado en la punta de la cama y musité:
- Dice Bryan que eres un cabrón y que le debes dos cervezas -reí.
Jos frunció el ceño divertido.
- Pues dile de mi parte que es un...mejor no le digas nada.
Carcajeé y Jos salió de la habitación de forma graciosa.
- Se fue -le dije a Bryan.
- Maldito idiota -susurró-. Oye, ¿te puedo hacer una pregunta sin que te molestes?
Ah, sabía a lo que venía todo esto.
- Depende de la pregunta que me hagas...
- No tienes que responderla si no quieres, solo no quiero que te enfades conmigo -murmuró.
- De acuerdo, dime.
- Tú... ¿No...? ¿No extrañas a Alonso? Ósea, nunca preguntas por él ¿ya no te importa?
Bajé la mirada y contuve un nudo en mi garganta.
- Cada día lo extraño más -dije en un hilo de voz-. Pero tengo que acostumbrarme.
- ¿Y qué pasaría si te digo que Alonso no es tan culpable como crees? -sugirió-. Nicole ya me dijo que...
- Bryan, para -pedí con la voz quebrada-. No creo que a Alonso le hayan amenazado con una pistola para que se case con Kimberly.
- ____(Tn), te reirías al saber que eso casi pasó, Kimberly le dijo a Alonso que...
- ¡Ya, Bryan! -farfullé-. Nicole te ha llenado la cabeza de porquerías, eso es lo que pasa. Ella se la pasa defendiendo a Alonso ante todo, ¡Dios mío! Abre los ojos, de verdad, estoy feliz de que tú y Nicole sean novios pero a mí no me sacarás de la cabeza que Alonso me engañó en el congreso con ella y Kimberly, ¿de acuerdo? De todos modos, ¿qué si no es cierto? En tres días me voy y no se puede hacer nada. Así que te voy a pedir que...
Y entonces, escuché el truncado de la llamada. Bryan me había colgado, se había enfadado, ¿es que acaso tengo que hacer todo mal? Mierda, mierda, mierda.
El celular comenzó a vibrar de nuevo.
Miré la pantalla esperanzada de que sea Bryan y no, "Llamada de Lorena", se podía leer.
Agh, no tenía ganas de hablar con Lorena.
- ¿Qué quieres? -dije seca.
- Uy, alguien está enfadada -rió-. Oye, pásame a Jos por favor, te recuerdo que es su móvil el que estás usando.
Fruncí el ceño, lo había olvidado por completo, mi celular ya no tenía batería y le pedí el suyo a Jos.
- Umh...sí, ahora te lo paso.
Y me sentí aún más ridícula, ahora no tenía a Nicole ni a Bryan, Lorena quería hablar con Jos, estaba sola. Hace dos semanas que no sabía nada de Alonso, no quería llamar a Alan porque esa sería una tentación más para preguntarle por  Villalpando. La zona horaria de Jade no me permitía llamarle a estas horas.
Suspiré.
- ¡Jos! -grité-, ¡Lorena quiere hablar contigo!
- ¡Ya voy! -lo escuché decir desde otra habitación.
Después de unos segundos, lo vi entrar, sacar de mis manos el móvil y pegárselo a la oreja.
- ¿Lore? Hola, amor -dijo y sonrió.
"Amor", así es como Alonso me llamaba.
Mierda, no ____(Tn) ni se te ocurra llorar de nuevo.
- Sí, de acuerdo -dijo Jos aún con el teléfono-. Me parece una excelente idea, yo me encargo, adiós. Te amo mucho mucho más.
El corazón se me estrujó y quise revolcarme de coraje. Hace unas semanas yo era el centro de atención y ahora no soy nada. Por un momento, me puse celosa de Lorena, porque ella tenía a Jos, un excelente chico que yo rechacé. Tal vez, dentro de mí seguía siendo solo una adolescente caprichosa, víctima de sus propias torturas internas por falta de atención. Y es que, tal vez simplemente no soy la protagonista ni de mi propia vida porque las protagonistas ganan y yo solo pierdo, las protagonistas son buenas y yo solo me estoy comportando como una niña caprichosa, egoísta y que por un instante deseó robarle el novio a una de sus mejores amigas.
Y volviendo al origen de esto, por más que yo intente detestar a Alonso nunca podré, porque es la única persona con la que he pasado más momentos buenos que malos, porque puedo decir decenas de razones para odiarlo y millones para amarlo, porque después de todo nada de esto es su culpa, yo fui la tonta que se ilusionó, yo fui la torpe que creyó que por fin tendría la felicidad y el éxito, pero el éxito es solo un juego de la mente, que las personas usan para que te esfuerces y cuando estés en la cima, alguien se encargue de tirarte desde ahí rompiéndote todos los huesos, aplastando tu autoestima y no querer intentarlo más. Y en cuanto a la felicidad, eso es algo que nunca se alcanza completamente, porque si llego a ser maestra tengo que seguir luchando para mantener mi trabajo, porque cuando estuve con Alonso aún seguía Kimberly entre nosotros y eso es algo que ya me había dado cuenta más no quise aceptarlo.
¿Por qué tengo que ser tan estúpida? No puedo creer que aún dependa de los demás, de tanto que he tropezado ya debería haber aprendido a esquivar las rocas pero como siempre la pequeña e inofensiva ____(Tn) tiene que caerse de nuevo.

Maldije por lo bajo y miré a Jos que aventaba suavemente el móvil hacia una almohada.
- ¿Ya estás mejor? -preguntó-, sé que no quieres hablar de esto pero no puedo creer aún que Nicole sea así.
Desvié mi mirada hacia el celular de Jos que se encontraba en la almohada, el celular con el que había me había estado comunicando con Lorena, Alan y bryan, pues la miedosa de mi no había querido salir ni siquiera a la escuela. ¿Qué más daba? Me iría y comenzaría en Londres desde cero, vería a mi mejor amiga de nuevo, la única que a pesar de estar lejos seguía pendiente de mi, la que siempre me había apoyado. Los cambios son buenos, ya no tengo nada que perder.
- Sí, estoy bien -contesté finalmente-. ¿Sabes? Cuando conocí a Nicole y supe que conocía a Alonso desde hace años me dieron celos y una parte de mi sabía que de algún modo, ambos se gustaban.
- Pues yo nunca me lo esperé -torció la boca-. ¿A qué hora te vas el sábado?
- Mi vuelo parte a las seis... ¿ese... Ese día se casa Alonso, cierto?
- Y por lo que me dijo Lorena, la misa comienza una hora antes de tu vuelo...ósea que...
- Cuando yo tome el avión Alonso y Kim ya estarán casados -completé.
Jos asintió con la cabeza.
- Lorena me dijo que Nicole será una de las damas -comentó.
Rodé los ojos y las ganas de llorar me asaltaron.
- Qué hipocresía -susurré para mi misma.
Yo debería estar en el lugar de Kimberly, Nicole debería ser mi dama junto con Jade y Lorena, escribir mis votos y ¿qué tonterías estoy diciendo? Uff... ¡ya!
Jos se acercó y con su dedo pulgar limpió la lágrima que se encontraba rodando en mi mejilla.
- ¿Lorena estará en la boda? -murmuré.
Jos asintió con la cabeza.
- La Sra. Villalpando la puso a decorar la iglesia y luego el salón así que verá gran parte de la ceremonia -contestó-, y Alan trasladará a Alonso primero y luego a Kim hacia la iglesia. Y luego los llevará al salón después de la ceremonia religiosa.
Suspiré.
- Tengo hambre -dije para cambiar de tema.
- Podemos pedir una pizza -sugirió.
- ¡Pizza, por favor! -reí.
- Bien, la pediré -se levantó de un salto y salió de la habitación yéndose por el pasillo.
Entonces, dejé que las lágrimas acumuladas salieran, lo único que quería era ver a Alonso, escuchar su voz diciéndome que me ama, que no puede vivir sin mí y lo más estúpido es que él debe estar revolcándose con Kimberly ahora mismo, ansioso por su boda.
Agh.

Narra Nicole:
- Ponte de perfil -pidió la señora.
Me puse de perfil y me examinó de nuevo.
Me miré en el gran espejo, el vestido de dama era muy lindo, tenía la espalda descubierta y era de seda rosa.
Miré en la esquina el vestido de novia de Kimberly, un maniquí lo traía puesto. Si el vestido de dama era lindo, el de novia lo era aún más, cualquier chica se querría usarlo. Pero todos sabíamos que ese vestido no debía ser usado por la rubia y nadie podía hacer nada.
- Te queda muy bien -comentó una de las ayudantes de la diseñadora.
Me miré en el espejo de nuevo y sí, me quedaba bien. Sin embargo, todo en esta boda de cualquier manera estaba mal por el simple hecho que las protagonistas de ésta ni siquiera se caían bien.
- Sí, démelo así -respondí.
Entonces, escuché sonar el pequeño colgante en la puerta, indicando que alguien había llegado. Rodé los ojos, sabía que Kimberly llegaba a su prueba de vestido.
- ¡Buenos días! -se asomó con una sonrisa en la cara-. ¡Nicole! El vestido te queda precioso, tengo muy buenos gustos.
Rodé los ojos y me bajé del pequeño escenario.
- ¿Dónde está Sara? Ella me debe ayudar a ponerme el vestido -refunfuñó.
- ¡Sara! -gritó la diseñadora.
La muchacha vino corriendo y se detuvo al ver a Kimberly.
- Buenos días señorita Summers -musitó-. ¿Qué puedo hacer por usted?
- Ven, ayúdame a ponerme el vestido -dijo en un tono poco amable.
- Iré a quitarme el vestido -murmuré.
- ¿Quiere que la...-comenzó a decir Sara, hasta que Kimberly la interrumpió.
- ¡No! Tú me ayudarás con mi vestido. Nicole puede sola con el suyo.
Sara asintió con la cabeza avergonzada.
- No te preocupes Sara, yo no necesito ayuda.
Me metí al vestidor de nuevo y una vez que estuve con mi ropa casual, la diseñadora embolsó el vestido y lo metío en una fina caja color rosa. Volví a casa de mi padre sin más preámbulos.

Aprenderé A Vivir (Alonso Villalpando & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora