Capítulo 32.- "Always".

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Narra Alonso:
Estacioné mi auto y me dirigí a la entrada de la casa. Me encontraba subiendo las escaleras hacia mi habitación, cuando una voz familiar hizo que me detuviera.
- Hijo -era mi madre-, ¿podemos hablar un momento?
Su rostro mostraba cansancio, jamás había visto a mi madre cansada.
Asentí con la cabeza y nos dirigimos hacia su oficina. Ambos tomamos asiento y ella dió un gran suspiro.
- Hijo, ya sé que ____(Tn) y tú están juntos, ella me lo dijo -pronunció de repente.
Me mordí el labio y bajé mi mirada como un niño al que le acaban de descubrir una travesura.
- Mamá yo...
- Cariño, déjame hablar -pidió y me sorprendí; mi madre nunca me llamaba cariño-. Quiero que me digas que te hizo esa chica, ¿se acostó contigo?, ¿te amenazó?
Fruncí el ceño y me levanté de golpe de mi asiento.
- ¿Tu no entiendes, verdad? ¿Por qué no puedes entender que ____(Tn) es mi felicidad?
Los hombros de mi madre se tensaron. Le dolía escuchar eso, lo sé.
- Yo amo a ____(Tn), madre -continué-, y no me tengo que acostar con ella para comprobarlo.
- ¿Y qué hay de Kim? -replicó.
- ¡Kim ya no me interesa! -casi grité.
- Alonso, ella vino ayer a verme, está muy dolida y triste, deberías considerar la idea de retomar los planes de boda -insistió.
- No mamá, no me voy a casar con Kim, y nadie me hará cambiar de opinión.
- Pero...
- ¡No, mamá! -farfullé-, ahora estoy con ____(Tn) aunque no te guste, y te exijo que la respetes.
Mi madre rodó los ojos.
Antes de que pudiese hablar, me di la media vuelta y salí de ahí para dirigirme hacia las escaleras.

Narra ____(Tn):
Me encontraba con Darcy jugando cuando la puerta se abrió de repente, por suerte era Alonso. Se le veía tenso pero después de unos segundos su expresión se relajó.
- Amor, ¿tú le dijiste a mi madre que ya somos novios? -preguntó.
Dejé a Darcy jugando sola y me acerqué a él.
- Alonso, lo hice porque...
Alonso posó su dedo índice en mis labios haciéndome guardar silencio.
- Sé que de seguro ella te provoco, pero ahora que mi madre lo sabe, todavía falta que mi padre se entere y no sé como reaccionará -musitó-. Tenemos que ser fuertes y enfrentar las críticas y comentarios que nos harán, ¿de acuerdo?
Asentí con la cabeza. El sonrió y me dió un pequeño beso en los labios.
- Te amo -dijo.
- Yo también te amo.

(...)
El Sr. Villalpando había llegado de la empresa, Alonso y yo iríamos y le contaríamos todo antes de que la Sra. Villalpando lo haga de mala manera.
- Y bien, ¿qué quieren decirme? -preguntó con aquel semblante relajado característico del Sr. Villalpando
- Papá, ____(Tn) y yo estamos juntos -dijo de golpe.
La expresión del Sr. Villalpando se volvió neutra y dió un ligero suspiro.
- La verdad es que ya lo sabía -dijo-. Te conozco hijo y no puedes ocultarme las cosas, en cuanto a tí señorita -me señaló-, haz que mi hijo sea feliz.
Sonreí y asentí con la cabeza.
- Quiero que sepan que no me gusta su relación -continuó-. Pero los respeto y los apoyaré, sé que ambos se quieren, lo veo en sus miradas.
Se produjo un leve silencio, el cual el Sr. Villalpando se encargó de detener.
- ¿Columba ya lo sabe? -preguntó.
- Sí, y no lo tomó de la mejor manera -contestó Alonso.
El Sr. Villalpando asintió con la cabeza.
-Me lo imaginé -contestó.

[...]
Había pasado una semana desde el accidente de Nicole. Hoy iríamos a verla al hospital, ya que era su último día es estancia ahí.
En toda la semana que fuí a la Universidad, Kimberly re apareció, aunque ya no me hablaba u ofendía, y eso (al menos para mí) era un avance. 
Aunque se le veía mal, tenía cada vez un aspecto más pálido y comenzaba a adelgazar -incluso más de lo que ya estaba-.
Hoy es domingo, Alonso vino a verme desde la mañana para decirme que me vista para ir al hospital.
Opté por unos jeans, una blusa sencilla y unos zapatos bajos.
Alonso ya me esperaba en el Porsche negro.
Jos, Alan y Lor se habían ido desde temprano.

[...]
Nos encontrábamos en la sala de espera hasta que vimos llegar a Nicole por el pasillo, con su maleta naranja y aquella sonrisa tan reluciente como siempre.
El Sr. Coleman se encontraba al lado cargando una maleta de igual color solo que más grande.
- ¡Nicole! -corrimos hacia ella para abrazarla.
Los guardaespaldas recién contratados, enseguida ayudaron a Nicole con sus maletas.
- Muchas gracias.
- ¿Cuándo volverás a la Universidad? -pregunté.
- Mañana mismo, ¿qué hay de la oxigenada, te ha molestado?
Miré a Alonso, su expresión estaba neutra aunque yo sabía que hablar de Kimberly le incomodaba.
Le mandé a Nicole una mirada de advertencia, ella asintió y cambió repentinamente de tema.
- ¿Y qué, nos vamos a un restaurante de comida mexicana? -pronunció animada.
- Amo los tacos -alcanzó a decir Alonso.
- Pero... -nos interrumpió el Sr. Coleman con voz autoritaria-, te vas a tener que llevar a John.
Dijo refiriéndose a uno de los guardaespaldas.
Nicole rodó los ojos y asintió.

[...]
- A mí deme cinco tacos y tres...sopes -dijo Jos con dificultad.
Todos pedimos nuestra orden y la mesera se fué.
- ¿Y qué te dijeron Nicole? Del culpable del accidente, me refiero -dijo Alan.
Nicole suspiró cansada.
-No han averiguado nada aún, pero les juro que muero de miedo con solo pensar que en cualquier momento podría hacerme daño.
Miré de reojo a John, el guardaespaldas de Nicole, que se encontraba tieso como una roca de pie junto a nosotros.
- No creo que te pase algo si estás con John -dije y mi voz sonó débil.
Nicole rió ligeramente.
- Aun así, no conozco a nadie con quién me lleve mal -dijo.
El nombre de "Kimberly" se me cruzó por la mente. No, imposible, Kimberly está loca pero no es capaz de intentar asesinar a alguien, ¿o sí?
Mierda ____(Tn), saca esas cosas de tu cabeza. Obviamente Kim no fue, no es tan inteligente como para planear todo sin dejar ni una sola pista.
- Puede ser que te envidien -sugirió Lor-, eres linda, agradable, y tienes un padre famoso; cualquiera te tendría envidia.
- O problemas con tu padre -sugirió Bryan, que últimamente había estado muy callado.
- No lo sé, pero no quiero hablar del tema -dijo Nicole.
De ahí pasamos a temas de menor importancia hasta que casi oscureció.

[…] 
Estaba a punto de acostarme en la cama cuando llamaron a la puerta.
- ¿Quién es?
-Tu Hada Madrina.
Me reí por eso y le abrí la puerta.
- ¿Sabes? Estaba pensando en que con todo lo del problema de Nicole y con mis papás, nos olvidamos de algo –posó sus manos en mi cintura y me acercó a sí.
- ¿De qué?
- Mi encargo en la joyería –murmuró.
Cierto, lo había olvidado.
- Podemos pasarlo a buscar mañana, no creo que ahora esté abierta –sugerí.
- No hace falta, ya pasé yo por el –plantó un beso en mis labios.
Se alejó ligeramente y me tendió una pequeña cajita color blanco.
- Ábrelo, es tuyo.
La tomé entre mis manos y la abrí con cuidado. Mis ojos se abrieron como 
plato al ver un brazalete color dorado brillante con la palabra “Always” grabado en él. No quería preguntarle si era de oro ya que si me decía que si me iba a dar un ataque!
- Alonso… no…
- Sí, esto es para que recuerdes que siempre estaré contigo, que siempre te protegeré con mi vida si es necesario, nunca nadie nos va a separar, ¿de acuerdo? No quiero que lo olvides.
Te amo… Es pronto de decirlo pero tú te has convertido en mi adoración hermosa.

Aprenderé A Vivir (Alonso Villalpando & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora