Capítulo 31.- "Quiero paz".

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Alonso se encogió de hombros aturdido.
- Nosotros igual nos tenemos que ir -dijo Lor refiriéndose también a Alan- La Sra. Villalpando también me va a matar.
- Yo los llevo, si quieren -se ofreció Jos.
 Lor asintió con la cabeza. Se despidió de todos con un beso en la mejilla y también se fue junto con su hermano y Jos. Bien, ahora solo quedábamos Bryan, Alonso y yo.
- ¿Tienes hambre? -habló mi padre por primera vez desde que los chicos entraron. El estómago inmediatamente me rugió. Asentí con la cabeza.
- Iré a decirles a las enfermeras que te traigan algo de comer -dijo, y salió de la habitación.
- ¿Seguro te sientes bien Nicole? -preguntó Alonso.
- Estoy perfectamente -sonreí-. Enserio muchas gracias por estar aquí, pero Bryan, ¿no deberías estar en Burger King?
- No estaré tranquilo hasta que salgas de aquí Nicole -dijo.
- Ve a trabajar, por favor -pedí-. Necesitas de tu sueldo y lo sabes.
Bryan rodó los ojos y Alonso rió.
- De acuerdo -farfulló-. Al rato volveré.
Depositó un beso en mi mejilla y chocó manos con Alonso para después irse.
Inmediatamente miré a Alonso fulminándolo con la mirada.
- ¿Qué hice? -preguntó tenso.
- Mira Camarena, no he hablado contigo porque no se ha presentado la oportunidad -aclaré-, pero ahora que ____(Tn) y tu están juntos no quiero que le hagas daño, ¿de acuerdo? Le rompes su corazoncito y considérate muerto, ____(Tn) es una gran chica y la cuidaré de todos los patanes que quieran hacerle daño.
 Alonso me miró ofendido.
- Me conoces Nicole, sabes que sería incapaz de jugar con sus sentimientos -musitó-. De verdad la amo.
- Lo sé Alonso, pero sé que la oxigenada esa aún no te supera -dije refiriéndome a Kimberly-, y no quiero que caigas en alguna de sus tentaciones, eres hombre y...
- Kim ya no me interesa en lo absoluto -me interrumpió-. Confía en mí, no hay nadie en este mundo que le interese la seguridad de ____(Tn) más que a mí.
 Sonreí y extendí mi brazo para alborotar su cabello.

Narra ____(Tn):
Al salir del hospital, decenas de flashes me cegaron y una ola de gente vino corriendo hacia mí.
- ____(Tn), dinos como va todo con Nicole Coleman -mencionó un reportero. - ¿Es cierto que Nicole falleció? -dijo otro. - ¿El Sr. Coleman suspenderá su proyecto? - ____(Tn), ¿qué fue lo que exactamente pasó?
¿Cómo mierda saben mi nombre? Recordé aquellos programas de chismes, en los que los famosos solo seguían su camino e ignoraban a todos. Me aferré a mi bolso y seguí caminando decididamente hacia la calle. Por suerte, un taxi estaba pasando por ahí, lo detuve y me subí a él tan rápido como pude. Observé a Jos, Lor y Alonso atrapados entre aquella multitud. Abrí la puerta del taxi, les hice señas con las manos para que ignoraran todo y vinieran conmigo, ellos me vieron y se subieron al taxi en menos de cinco segundos.
- Dejé mi auto ahí -dijo Jos una vez que el taxi arrancó.- Supongo que vendré por él más tarde. Todos reímos.

Narra Alonso:
Salí de la habitación, estaba dirigiéndome a la salida cuando vi a Bryan quieto frente a la puerta.
- ¿Qué sucede? -pregunté extrañado.
- Hay decenas de reporteros ahí afuera y no quiero decir algo fuera de lugar -contestó. Reí bajito.
- Si quieres algo más que amistad con Nicole te vas a tener que acostumbrar -dije.
Sin esperar su respuesta, abrí la puerta y toda la gente vino hacia nosotros con cientos de preguntas sobre Nicole.
- Avanza -le murmuré a Bryan, que se había quedado petrificado desde entonces. Le di un pequeño empujón por la espalda, lo que lo obligó a caminar.

Narra ____(Tn):
El taxi se estacionó frente a casa de Los Villalpando. Jos se ofreció a pagar el taxi y por más que Lor, Alan y yo le dijimos que no, al final lo hizo. Jos nos dijo que tenía unos asuntos pendientes a unas calles, así que se fue caminando mientras entramos.
- ¿Creen que nos llamen la atención? -preguntó Lor.
- Obviamente -respondió Alan.
Me mordí el labio nervioso. Entramos por la gran reja, y cruzamos el inmenso jardín. Tocamos el timbre mientras esperábamos nerviosos. Mariana, otra de las sirvientas, nos atendió.
- ¡Al fín aparecen! -dijo al vernos-. La Sra. Villalpando los ha estado buscando todo el día, está enojadísima.
- ____(Tn), nos va a despedir -se lamentó Lor.
- Tranquila hermanita -la consoló Alan -. Hablaremos con ella.
 Mariana nos dejó entrar.
- Lo mejor sería que vayan a hablar con ella -sugirió Mariana-, está en su oficina.
Alan, Lor y yo nos dijimos mediante las miradas que sí, había que ir a hablar con ella. Nos dirigimos hacia su oficina. Como siempre, el aire llenó de tensión nos inundó y eso solo logró ponernos más nerviosos.
 Alan sonó la puerta.
- Adelante - la voz de la Sra. Villalpando era firme. Al vernos, su semblante se tornó enojado.
- ¿Dónde estaban? -preguntó seca.
- Yo puedo explicarle...
- ____(Tn), espera afuera, primero hablaré con los Navarro’s -me interrumpió.
Asentí con la cabeza y le envié a los chicos una mirada de suerte. La puerta se cerró y me recargué en la pared. ¿Me despedirá? Ruego a Dios que no.
 Jugueteé nerviosamente con los dedos de mis manos. Espero que a Lor y a Alan les esté lleno bien.
Después de unos minutos, los chicos salieron de la oficina con el semblante relajado. Eso me tranquilizó un poco, hasta que recordé las palabras de la Sra. Villalpando diciéndome que la próxima vez me despediría.
- Suerte -me susurró Alan.
Me limité a sonreírle y me abrí paso hacia la oficina. La puerta se cerró a mis espaldas mientras la Sra. Villalpando me miraba de manera severa.
- Ya Lorena y Alan me explicaron lo que pasó -dijo-. Y solo por eso no te despediré, y porque si lo hago sé que Alonso hará que te contrate de nuevo.
Yo solo me quedé en silencio mientras la Sra. Villalpando me mataba con la mirada. Como si fuese un león observando a su pequeña e inofensiva presa.
- ¿Qué le hiciste a mi hijo? -preguntó de repente. Me tensé y fruncí el ceño.
- Yo no le hice nada a su hijo, señora.
- Es que simplemente aún no puedo creer que esté enamorado de ti... Yo sé que ustedes tienen algo, aunque lo nieguen -dijo-. Lo engatusaste, te acostaste con él, ¡YO QUE SE!
De acuerdo, esto acabó con mi paciencia.
- Mire señora -dije entre dientes, conteniéndome a gritarle -, Usted no tiene por qué faltarme al respeto, y sí, estamos juntos, y si quiere saber por qué su hijo está tan enamorado de mí, pregúntele a él, ¿de acuerdo? Ahora, con su permiso, necesito ir a cuidar de Darcy. A paso decidido me dirigí hacia la puerta y salí de ahí sin más preámbulos.

MARATON 5/5 *0*
FELIZ NAVIDAD HERMOSURAS

Aprenderé A Vivir (Alonso Villalpando & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora