Decimosegunda Letra

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. . . "L" de Luna . . . 

Desde temprana edad, la luna se había vuelto el centro y la esencia de Remus. Siempre temiéndola. Acostumbrándose a sus cambios. Pendiente de ella. Cohibiéndose ante su resplandor de plata tan frio y tan aborrecido para él.

 Los enamorados amaban a luna llena, se decía que era su confidente y amiga, y que producía una atmosfera romántica que hipnotizaba y encantaba a todas las almas por igual. Remus lamentaba mucho que Lucius no pudiese tener esos momentos mágicos bajo la luz embriagadora y que ambos esperasen con gran temor esa fase del satélite. Incluso que ambos debiesen dejar a su pequeño Dragon con su padrino y Harry para evitar cualquier inconveniente, y Remus agradecía mucho que su esposo quisiera acompañarlo, remplazando la compañía de sus mejores amigos hasta cierto punto. 

Quizás Remus jamás pudiese ver la luna llena en su vida. Ni su brillo, ni su encantamiento melancólico, ni sentir la magia de los enamorados bajo su influjo pero, no la necesitaba. Había encontrado la forma de remplazarla, a través de los luminosos y perfectos ojos de su esposo e hijo, en su resplandor tan vivo e inteligente, en su amor incondicional.

¿Para que necesitaba las noches de luna llena si tenia cuatro hermosas lunas de plata que podia ver todos los días?



Abecedario Simbólico Parte I (Lucius x Remus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora