Vigesimosexta Letra

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. . . "Z" de Zapatitos . . . 

-Remus, cariño. Es como la octava vez que suspiras esta noche ¿esta todo bien?-

Al escuchar la voz de su esposo, Remus dejo de jugar con su comida. Se había esmerado cocinando lo que esperaba fuese una deliciosa cena, la favorita de Lucius, había decidido que esta noche podrían cenar a fuera, en el jardín de las rosas, lugar que era reservado para momentos especiales, como el cumpleaños o su aniversario. Estaban rodeados por velas encantadas para que flotasen y no se apagasen, y el aroma de las rosas, si bien era fuerte, no resultaba invasivo. Todo otorgaba una atmosfera pacifica y agradable que acentuaba el ambiente confidencial y privado entre ambos. Perfecto para la ocasión. 

-¿Remus?- lo volvió a llamar Lucius, sus ojos del color de la luna lo miraban intranquilos y preocupados. Por lo visto, sin importar el tiempo, no solo no podía ocultar su ansiedad ante determinadas situaciones, sino que le era imposible no ser tan transparente ante su marido.  

-Quería decírtelo después del postre- admitió Remus, completamente decepcionado.

-Nunca fuiste muy bueno para ocultarme cosas, cariño- le sonrió burlón Lucius antes de beber de su copa de vino- Pero tengo curiosidad ¿Cuál es el postre?-

-Fresas con crema batida-

-Espera, espera ¿sin chocolate? ¿Tu, Remus Jhon Lupin-Malfoy cocinaste algo sin relación aparente con el chocolate?

-Nop-

-...¿Has acecinado a alguien? ¿Quieres que te ayude a ocultar el cuerpo?-

-¡Por Merlín, Lucius! ¿En serio crees que yo_-

-Solo digo que tenemos un jardín muy grande y_-

-¡Lucius!-

Pero cualquier reproche quedo cortado cuando escucho la escandalosa carcajada que desprendió Lucius, tan fuerte y sincera que Remus no pudo evitar reírse también. Estos momentos eran increíbles, últimamente ambos estaban muy ocupaos con sus trabajos, Lucius con el Ministerio ante nuevas reformas que quería hacer para evitar el trafico de animales fantásticos que se estaba volviendo más frecuente después de la Segunda Guerra Mágica, y él siendo profesor de Hogwarts en DCAO, sinceramente era un milagro que ambos pudiesen verse en estas vacaciones de Navidad. 

-Bien, bien- Remus se limpio las lagrimas por la risa- Ya veo que no puedo planear ninguna sorpresa para mi esposo.- dijo con cierto reproche

-Si te sirve de algo, estoy muy sorprendido por el postre- Remus le tiro una uva en la frente- Que maduro de tu parte-

-En fin, supongo que la sorpresa se va a adelantar-

Remus respiro profundo y con un movimiento de varita hizo aparecer frente a Lucius una caja redonda, forrada en tela color esmeralda y con un moño dorado decorándola. Lucius la tomo con delicadeza y con sus ojos le pregunto qué era, hasta donde sabia, no celebraban nada. Remus se mordió los labios para no decirle lo que sus ojos gritaban ("¡Ábrelo de una vez!").

Cuando Lucius desprendió el moño de la caja y quito la tapa circular abrió los ojos en demasía por lo que vio allí dentro. Poso su mirada de Remus a la caja, y así en viceversa varias veces, después como si un aquamanti le cayera a la cara miro a su esposo como si fuese la primera vez que lo veía.

Dentro de la caja finamente decorada, unos zapatitos blancos descansaban. Eran zapatitos de bebe.

-Es una tradición muggle- explico Remus, conteniendo a duras penas la felicidad que le producía el rostro anonadado de Lucius- Se que no pudimos hacerlo cuando Draco vino a nosotros pero... pensé que_-

-¿Es... es en serio?- interrumpió el rubio.

-Si-asintió varias veces Remus a punto de derramar lágrimas. No hubo tiempo de decir nada más pues Lucius se abalanzó hacia él, lo tomo en brazos y giraron varias veces en el aire, mientras se besaba con gran amor.

Remus sabia que a su esposo le iba a gustar el obsequio. Era inevitable. Ambos querían desde hace tanto tener otro hijo. Desde que Draco había llegado a sus vidas tuvieron ese pequeño deseo, el milagro de que se les concediese un segundo hijo. Habían descartado (con todo el dolor del mundo) aquella posibilidad porque por la vía natural no podían debido a que era muy arriesgado para Remus dar a luz una segunda vez, y si bien abundaban los niños huérfanos, los mágicos siempre tenían algún familiar que se encargase de su educación, en cuanto a los muggles,  las leyes mágicas prohibían terminantemente la adopción de cualquier niño que no estuviese alineado cercanamente con un mago. 

Sin embargo y tras muchos años después, Hermione, mucho antes de ser Ministra, había propuesto una reforma, para que las parejas de magos pudiesen adoptar niños muggles que cumpliesen hasta los tres años de edad donde el niño recién comenzaba a tener conciencia de si mismo y de lo que lo rodeaba, y por tanto tomaría con mayor naturalidad el crecer en el Mundo Mágico. Por supuesto fue todo un escandalo cuando se propuso, porque consistía en una violación a lo que representaba la Ley del Secreto y la Seguridad del Mundo Mágico, además de que se discutía el daño que podría ser para el menor aquel cambio de vida, el como lo afectaría el convivir con otros niños que si pudiesen hacer magia y ellos no, así como estudios y futuro laboral. En una sociedad donde se discriminaba a nacidos de muggles y a squibs ¿Cómo vivirían aquellos niños muggles? Seria como condenarlos. Además que el Primer Ministro Muggle no andaba muy feliz con aquella propuesta, por todas las complicaciones de documentos y demás que significaría. 

Hubieron muchas modificaciones a dicha ley, desde que el limite par adoptar era hasta los dos años, hasta que la pareja debía asistir a clases de paternidad y hacerse exámenes de evolución psicológica. Y bueno, también estaba el hecho de que los adoptantes debían modificar ciertas costumbres, tales como un domicilio cercano  muggles, permitir que el niño asista a instituciones educativas muggles, contarle al niño sobre el origen mágico de los padres a sus once años y que uno de los padres tuviese un empleo muggle.

Ambos lo habían discutido muchas veces, era un cambio inmenso, ambos estaban viejos, ya tenían un nieto, tal vez no estaban preparados para un segundo hijo, posiblemente Remus tuviese que renunciar a Hogwarts y muchas complicaciones más pero...

Tener un hijo. Un segundo y hermoso milagro que los iba a llamar "papá" que los iba  despertar con el desayuno recién hecho cuando sea el Día del Padre, que iba a dibujar las paredes y hacer un desastre cuando aprendiese a comer. Merlín, era un sueño tan hermoso.

Y ahora habían aceptado su solicitud. Solo restaba ver los orfanatos.

-Te amo, Remus- 

-Yo también te amo, Lucius-

Y así es como debía de ser. Lucius y Remus, juntos por siempre.

:-:-:-:-:

¡Terminamos, gente! Este es, oficialmente, el ultimo cap de la historia.

No saben lo feliz que estoy de haber recibido tantos comentarios y votaciones de su parte. Al principio tenia tanto miedo de que esta historia no fuese del agrado de nadie, pero a medida que me llegaban sus comentarios me fui sintiendo más segura sobre lo que escribía. Y solo resta por agradecerles por todo su apoyo y cariño.

Este capitulo se los dedico a todos ustedes, gracias por llegar hasta el final.

Nos estamos leyendo!! <3 <3 <3

Abecedario Simbólico Parte I (Lucius x Remus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora