Corazón de brujo.©#1 [LGBT]

✝C#08✝

No puedes tener el control de alguien incontrolable—Umbra.

COLEN.

Hay miedos que te paralizan todos los instintos, pero también están esos otros que te los aceleran con la sola intención de estar a salvo lejos del peligro. Yo no puedo escapar de mis miedos, por eso a pesar de desear correr lejos y proteger mi vida y mente, sigo inerte en medio de la sala, mirando la daga negra de mi hermana mayor, pasarse por el cuello de una joven extranjera, arrebatando sin piedad su vida. Un escalofrío me recorre el cuerpo entero al ver el cadáver caer a un costado de los pies de la cruel mujer de negro, la cual sonríe satisfecha.

Ella disfruta demasiado arrebatar la vida de los demás, no tiene piedad y tampoco alma, al menos ya no.

—Nada cómo la sangre de una mujer virgen —susurra observando la daga negra, esa que ahora es roja, cambia de color cuando bebe—. Muy bien, ahora que estás llena de sangre, comencemos.

La daga negra es un objeto maldito, no tengo idea de cómo pudo conseguirla, pero lo que sí sé es que está es la tercera vez que la utiliza. Mi hermana es una de las candidatas para líder en el aquelarre, pero como no es tan poderosa como las demás brujas y brujos, decidió aumentar su magia mediante sacrificios; está es la tercera alma inocente que envía al infierno. No entiendo mucho de brujería, pero estoy seguro de que lo que está haciendo nos llevará al infierno al final de nuestros días.

Temo por mi alma, pero aún así no soy capaz de detenerla.

El poder es adictivo, mi hermana ahora es adicta a él, parece que la magia en su sistema no es suficiente para obtener lo que desea, mas bien, eso se dice para no detenerse.

Mis ojos se fijan en una serpiente blanca sobre la mesa, sus escamas están manchadas de rojo y su sangre reside en una vasija. La mujer de cabello negro coloca la daga sobre el recipiente y murmura un hechizo, en apenas segundos la sangre que había consumido la daga negra cae en la vasija.

—Colen, colócate en el círculo.

Por unos segundos no me muevo de mi lugar, pero esos ojos furibundos me hacen moverme automáticamente. Cada vez que estoy con mi hermana, tengo miedo, mucho miedo.

Una vez estoy en el círculo de sangre este se enciende, llamas rojas me rodean, no me queman, pero la sensación macabra que me hacen sentir, me hace temblar.

—Comienza de una vez, maldito inútil —gruñe cuando me mantengo en silencio.

Cierro los ojos y elevo mis manos en su dirección, ella aún tiene la daga sobre la vasija.

—Kölgələr sənin ruhunu rəbbimin cəhənnəmə aparsın.  Vücudun cəhənnəm alovunda yansın və zatın mənim gücümə çevrilsin. [Que las sombras guíen tu alma al averno de mi señor. Que tu cuerpo se consuma en las llamas del infierno y que tu esencia se convierta en mi poder.]