Capítulo 7

8.8K 611 20
                                    

-Entonces... ¿Qué aprendiste hoy? - pregunta con diversión mientras me mira en el suelo, sentada, tratando de aguantar mi peso en mis brazos.

-A..A no gruñirte...

-Lo dijiste mal. - me vuelve a morder el cuello haciéndome soltar otro sollozo -De nuevo.

Me quejé de dolor por la nuevas mordidas, como me había quedado en silencio, él me sacude leve.

-Respóndeme, te doy esa oportunidad.

Me suelta y espera por mi respuesta. Calmé mi respiración un momento y tragué mis sollozos para poder hablar...

-A no gruñir... a mi a..amo.

Fue como sentir como mi orgullo y dignidad se terminaban de quebrar. Me sentía humillada de todas las maneras posibles.

-Dilo de nuevo, más fluido.

Aprieta mi muslo con fuerza, casi enterrando sus dedos en esa zona. Solté otro sollozo.

-A no gruñir a mi amo. - volví a avergonzarme de mi misma y sentir un asco horrible con casa palabra que pronunciaba.

-Eso es, buena lobita... - acaricia mi cabeza como a un perro y se levanta -. Ahora vete.

Yo intenté levantarme, las heridas dolían mucho así que casi me fue imposible.

-¿Que esperas? Vete ya.

Yo quise responder con sarcasmo y molestia pero... estaba segura de que mi cuerpo no aguantaría más mordidas como esas. Me levanté como pude y me fui tambaleándome hasta la habitación de antes. Tuve que descansar un par de veces en el camino y aguantar algunas que otras caídas al suelo.

-Al fin... - susurré cuando llegué a la habitación.

Me metí al cuarto de baño y me miré al espejo. Las marcas de sus mordidas eran muy notorias, y todas ardían y dolían de la peor forma. Suspiré y me deshice del vestido que traía para entrar a la ducha de nuevo.

Al sentir el agua en las heridas, dolió tanto que ahogué varios gritos de dolor, me sostuve por la pared de la ducha para no caer al suelo y me abracé a mi misma intentando conseguir que el dolor disminuya. Terminé en una esquina de la ducha abrazando mis piernas y llorando.

Quiero a mis padres... quiero volver a casa, quiero volver a salir con Naomi e ir de compras y divertirnos...

¡Quiero mi felicidad de vuelta!

***

***

Caminé despacio hacia la puerta y para mi sorpresa... estaba abierta. Salí de la habitación y no vi a ningún guardia o criada. ¿Una trampa?

Caminé por los pasillos mirando todo y esperando encontrar una salida... Al estar frente a la puerta del jardín, caminé hacia allí esperando poder salir pero antes de hacerlo, lo escuché tras de mí.


-Un poco de confianza y ya estás abusando... creí que lo habías entendido.

Comencé a temblar nuevamente, su simple presencia me causaba terror y me hacía arrepentirme de mi decisión por querer salir. Me di vuelta para verlo pero apenas podía sostenerle la mirada.

-Creía que... podría salir un s..segundo... - me mira esperando que lo diga -...Amo...

Sonríe satisfecho y suspira un poco antes de cruzarse de brazos y apoyarse por la pared.

-Eso está mejor, pero creo haberte dicho que debías pedirme permiso para salir...

-¿Puedo salir al jardín... amo? - pregunté apretando mis manos en puños y apartando la mirada.

-No - lo miré rápidamente pero bajé la cabeza, y traté de mirarlo de reojo pero no pude -. Debes pedir permiso sin que te lo tenga que recordar y antes de hacerlo... Así que no sales. Vuelve a la habitación.

Apreté mis dientes resistiendo el querer gruñir. Me quedé en mi lugar y él soltó un resoplido, abrí los ojos de par en par cuando algo agarra el aro del collar en mi cuello y me jala hasta quedar frente a frente con él. Recordé en ese instante que los reyes vampiros, heredan el poder de "la manipulación de sangre".

-He dicho... que vuelvas.

Tragué grueso. Él me suelta y yo casi caigo hacia el frente, me estabilicé y pasé por su lado para regresar a la habitación... solo que él me siguió y caminó tras de mí. Me sentí aterrada de nuevo al saber que me estaba siguiendo, ¿me castigará de nuevo?

Al entrar en la habitación, él cierra la puerta, yo me quedé de espaldas hacia él mientras temblaba y pensaba en que volvería a castigarme. Mis ojos volvieron a cristalizarse, y me sobresalté al escuchar su voz... aunque estuviera calmado.

-Hey.

-¿S..Si... amo...?

-Mírame cuando te hablo.

Mi cuerpo casi no me responde pero me giré, aunque sea lento. Aunque él me obligó a terminar de darme la vuelta al agarrarme por el aro del collar. Me hace mirarlo a los ojos.

-Te preguntaré algo y tienes que responderme sí o sí y con la verdad.

-C..Como usted quiera...

-¿Eres virgen?

KIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora