KIA

Capítulo 15

Narra Kia

Sentí mi cuerpo doler, me moví incómoda y adolorida, hasta que abrí mis ojos y vi que estaba en la habitación de Erick. Me levanté pero mi cuello dolió a horrores.

-¡Agh... !

Al llevar mi mano hasta allí y tocar esa zona, sentí las marcas de las mordidas de Víctor. Mi curación se activó y comenzó a cerrarse pero el dolor seguía ahí.

-¿Te sientes bien?

Miré rápidamente a mi lado cubriendome con las mantas y adoptando una posición defensiva ante la nueva voz desconocida. No respondí, solo me preguntaba quién era esa chica con una venda cubriendo sus ojos, sentada en una silla junto a mi y que llevaba un bastón consigo... ¿M..Me golpeará con eso...? ¿E..Erick la llamó como un nuevo c..castigo?

-Por favor, respóndeme. - habla ella.

Su voz era dulce y parecía tenerme compasión; me sonríe con ternura y preocupación a la vez. Mis pensamientos sobre que ella me maltrataría igual comenzaron a flaquear, la veía y no creía que me hiciera nada.

-Y..Yo... sí... estoy bien... - respondí al fin.

Ella se levanta y todas mis defensas se activaron otra vez, temía que su apariencia de buena persona solo fuera un truco para bajar mi guardia y así saltar a beber lo que me queda de sangre. Me hice hacia atrás y observé todos sus movimientos.

-Tranquila, yo no te haré daño, la sangre de Lican no me gusta.

-¿Q..Quién eres? - cuestioné.

-Soy Kristal, la hermana menor de Erick - responde -. Tú eres Kia ¿no?

-S..Sí...

-Me enteré de lo que sucedió, nunca creí que Erick tuviera amigos así, es horrible. - hace una mueca de desagrado inflando las mejillas y frunciendo las cejas.

Al recordar a Víctor, mi cuerpo entero comenzó a temblar y yo abracé mis rodillas para buscar consuelo en mí misma.

-¿Te sucede algo? - pregunta Kristal

-N..No nada... - la miré un momento -O..Oye... ¿puedo hacerte una pregunta...?

-Claro. - ella me sonríe amablemente y vuelve a sentarse.

-¿Sabes por qué Erick me odia tanto?

Su rostro cambia por unos segundos, pero luego vuelve a sonreírme, solo que esta vez con lástima.

-No lo tomes personal, él odia a cualquier licántropo... y el que su Alma sea una no le agrada nada, ya que siempre soñó con un romance de película, pero bueno... le arruinaron los planes... al menos eso cree él.

-Lo noté, porque me trata como a un perro que tiene que dominarse.

Mi voz salió algo temblorosa pero molesta a la vez, recordar todo me hacia sentir asqueada y avergonzada otra vez.

-Me disculpo en nombre de mi hermano... - ella inclina la cabeza.

-El que tiene que disculparse es él, que asuma la responsabilidad por sus actos. Pero... ¿por qué... ? ¿Qué le hizo mi especie para tratarme así?

-Mi hermano empezó a odiar a los licántropos por lo que pasó hace seis años. Ambos íbamos a jugar seguido al bosque, conocimos a muchos de tu especie que eran de nuestra misma edad. Nos hicimos amigos muy cercanos, esos son los que ahora son Alphas, uno es Raymond el Alpha de la manada Saylors...

Recordé cuando mis padres dieron información de las manadas, siendo esa una de ellas.

-Tambien estaba Kyle, el Alpha de la manada vecina, Shining Star.

Esa era la manada la cual mis padres dijeron que su Luna estaba en mal estado...

-Y Tay, el de la manada Killers.

Esa manada estaba entre las más fuertes, eran casi invencibles...

-Pero... hace unos días Erick ordenó a mis padres buscar puntos débiles de las dos primeras manadas que mencionaste...

Ella asiente tristemente.

-Nosotros cinco fuimos amigos por mucho tiempo en la infancia, hasta que ellos subieron como Alphas en sus manadas. Una noche, nos atraparon a mi hermano y a mi... bueno... cuando lo hicieron fueron Raymond y Tay, pero a Kyle solo lo vi una vez ese día...

Abrí los ojos de par en par con completo asombro mientras sabía a dónde iba esta conversación.

-Ellos me dejaron así... - se toca el rostro, específicamente, la venda sobre sus ojos -. Mi hermano y yo conseguimos escapar y desde ese momento Erick cree que todos los de tu especie son unos traidores.

-No puedo creerlo... esos Alphas, siempre que íbamos a visitar su manada, eran tan buenos...

-No todos los que aparentar ser buenos, realmente lo son. Ni todos los que aparentan ser malos lo son en realidad. Eso lo aprendí hace seis años...

-Lo siento, por lo que te sucedió.

-Tranquila, no es tu culpa. Yo lo entiendo...