Capítulo 16

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-Estas muy callada hoy Lobita. - Erick me deja contra la pared del comedor y se acerca a mi cuello mientras lo huele y acaricia mi cintura -¿Qué tienes?

Dudé por un momento en si hablar o no pero al final suspiré profundo y volteé a verlo.

-Kristal me lo contó... lo que les pasó con los Alphas...

Se separa bruscamente, se enfadó tan rápido que me sobresalté y creí cometer un terrible error. Él me mira un tiempo pero me da la espalda y noté como apretaba sus puños hasta que sus venas se marcaran.

-¿Me tendrás lástima ahora? - su voz gélida me hizo estremecer y temblar del miedo.

-Y..Yo...

Me interrumpe volviendo hasta mi con brusquedad y sujetando mi cuello.

-Cállate, no quiero... oírte...

Tensa su mandíbula pero crea la correa para estirarla y jalarme con fuerza hasta levantar mi mirada.

-No quiero que hables del tema, si escucho una sola palabra sobre lo que sucedió, tu castigo no serán solo mordidas... ¿Quedó claro?

-S..Sí amo...

-Bien.

Me suelta haciendo desaparecer la correa, yo solté todo el aire que se había atorado en mis pulmones y tomé varias bocanas más. Erick se separa un segundo para mirarme, no dice nada hasta que me sorprende al abalanzarse sobre mí nuevamente, hace notar sus colmillos y yo me preparé para el dolor de la mordida.

-Tsk... - chasquea la lengua y se aparta de mi sin siquiera hacer nada -. Vámos, tengo que trabajar.

No hace la correa, solo camina y espera que yo lo siga. No quería hacer que se enfade más y termine mordiéndome de nuevo así que lo seguí. Él se sienta en su silla frente a su escritorio cuando llegamos a la oficina, yo me quedé a su lado sin más. Pero tenía curiosidad de algunas cosas... y decidí hablar.

-A..Amo...

-¿Hm? - murmura sin mirarme.

-¿P..Por qué... nunca he visto a Kristal?

-No tiene permitido salir de la habitación. - responde simple.

-¿Por qué?

-Puede lastimarse.

-Pero...

-Silencio ya.

Me sobresalté y callé al instante. Agaché la cabeza y mordí el interior de la mejilla. Aún así pude notar cuando Erick me mira de reojo por solo un segundo, pero no dice nada. Al cabo de hora y media, Erick cierra su portátil y se recuesta contra el respaldo de la silla... se veía realmente tenso y cansado de tanto trabajo.

-Ven - crea la correa para jalarme hasta que estuve sentada de frente a él en su regazo -. Tengo hambre.

Cerré los ojos con fuerza y apreté mis manos para tratar de aguantar el dolor; no puse resistencia, incliné mi cabeza para darle acceso a mi cuello pero sentí que tomaba con delicadeza mi muñeca y la llevaba a sus labios. Para mi sorpresa, cuando me mordió, apenas lo sentí. Bebió poco y se separó, lamió la herida y no hizo nada más.

Dio un par de palmadas leves en mis muslos para indicarme que me levantara y así lo hice. Miré mi muñeca, la marca de su mordida desapareció rápidamente. Erick me jaló una vez para llamar mi atención antes de hacer desaparecer la correa e irse de la habitación.

¿Se estará cansando de mí o de mi sangre?

Sentía alivio ya que, si era así, podría ser que me pueda ir, pero si no era eso... ¿Qué haría conmigo? Solo el pensar que me mataría o me vendería hacia que comience a temblar.

-¿Quieres salir? - pregunta parándose frente a la puerta del jardín.

Lo miré extrañada. Pero asentí. Me soltó el collar y miró a las dos criadas quienes abrieron la puerta.

-Ve, solo no te quedes hasta muy tarde. - habla con voz cansada. Yo volví a asentir aún confundida y extrañada por su comportamiento.

-Gracias... amo.

Salí al jardín con cautela y sinceramente esperaba que él se arrepintiera y le hiciera volver a la habitación, pero no lo hizo. Sonreí al estar fuera, miré hacia atrás y mi mirada se posó en Erick quien se me quedaba viendo, noté que la comisura de su labio se movía como si quisiera sonreír pero él no lo permitía.

Iba a transformarme para salir corriendo pero percibí olores muy conocidos... Mis padres... ellos están justo aquí.

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