El cuarto oscuro que quiero iluminar para ti

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"Un castillo de arena desmenuzado, ¿quién es el mentiroso? Bailando sobré el fuego hacía el fin del mundo".

"Malo, malo, la esperanza es solo un sueño doloroso, triste, triste, llévame a tu lado otra vez".

Lunes 1 de junio, 6:44 p. m. Papá había llegado de estados unidos, mamá no se veía feliz, mientras que papá estaba tan feliz de verla, el se había acercado a ella, la abrazó, le dijo que la extraño muchísimo y le dio un besó en los labios, el sólo era así con ella, nadie más le sacaba ese lado, la persona que yo conocía no era esa, sin embargó, me aliviaba que no sea una mala persona con ella. Mientras que parecía que mi madre esta vez marco distancia, y papá lo notó, todo se tornó incomodó, el ambiente estaba tensó, y en silencio, en este momento todas mis especulaciones tenían sentido, uno de ellos definitivamente tenía una aventura.

Cenamos juntos, papá hablaba de lo bien que le fue en su viaje, dijo que consiguió nuevos inversionistas, que va a poder hacer su negoció más grande, que conoció mucha gente importante y que estaban de su lado, mamá asentía a todo sin decir ni una palabra, como si en realidad estuviera pensando en otras cosas y solo decía que sí, en cuánto a mí, yo no tenía el permiso de participar en estas conversaciones asi que simplemente me mantenía al margen, el ambiente era frío y desolador, había pasado un tiempo desdé que no sentía ese sentimiento, esa soledad, y temor a estar sólo, odiaba ese tipo de ambiente.

Odiaba sentir frío, cuando mi corazón era cálido.

Sentir el frío de la soledad me recordó cuál era realmente mi vida, de la que me había olvidado por completo al concentrarme tanto en Yeonjun, me había olvidado de quién era hijo y de todo lo que me esperaba.

No podía evitar sentirme mal al caer de las nubes, las cenas, o tiempo que pasaba con mis padres me llenaban de amargura, mis ojos se volvían pesados, mis hombro se encorvaron, mis palabras no podían salir de mí y me sentía atrapado.

En el momento en qué mis padres comenzaron a discutir, gritarse, decirse cosas hirientes, y me utilizaban como excusa, me di cuenta que nunca dejé de ser un muñeco, que solo observa y escucha en silencio lo que sucede a su alrededores.

Terminé de confirmar qué la felicidad es momentánea, y había sido tan feliz en el último mes, qué no me sorprendió tal equilibrio, el caos estaba tocando mí puerta, cuando mamá se levantó alterada y gritó qué quería el divorcio y las acciones de la empresa.

Ellos discutieron tanto, qué mamá se fue, me dijo que no me preocupará, que estaria bien, que volvería al amanecer, mientras que papá se fue a su estudió a beber, beber y beber, eso no era bueno, el se ponía violento a causa del alcohol, y yo siempre era el saco de boxeo en estas situaciones.

La madrugada se hizo presenté, la luna estaba cubierta por las nubes grises que querían expresarse atreves de la lluvia, por lo que su luz era casi imposible de apreciarse.

Cómo todas las últimas noches, Yeonjun estaba conmigo, el me abrazaba y siempre ponía su cabeza en mi pechó, yo, acariciaba aquéllos rubios cabellos tan delicados y frágiles, debido a tantos tintes anteriores,  pero tan suaves debido al cuidado que le ponía, por el miedo que le causaba imaginarse sin ellos.

-Gyunnie, se que no estas durmiendo, puedo sentir que te sucede algo, dímelo por favor.- dijo sentandose en la cama, para poder mirarme.

-Deseaba qué no lo dijeras. -dije dejando soltar un suspiró, también me senté, quedando en frente, con una distancia mínima.-Mí padre volvió hoy, y pasaron demasiadas cosas en un tiempo tan cortó.-dije para luego apoyar mi cabeza en su hombro.

-El realmente te hace mal, ¿sucedió algo?- preguntó rodeando mi cuello para luego acariciar mi despeinada cebeza.

-No lo se realmente, pero creó que ver discutir a mis padres,el ambiente incomodó y desastroso,  me hacían sentir lo frío que se volvía mi corazón, se sentía desolador, como si estuviera vació, sentía que estaba en un cuarto oscuro, encerrado con mis peores sentimientos, se sentía tan solitario, que tenía tantas ganas de gritar, pero no podía, porque nadie iba a escucharme y todo eso me recordó que sigo siendo solo un muñeco que depende de las decisiones de otra persona.

Yeonjun me tomó fuerte de los hombros y me separó de el para poder mirarme, mi cuerpo temblaba, mis manos enfriaban, y tomaba a Yeonjun fuertemente de su ropa.

-Choi Beomgyu, mientras yo éste aquí, contigo, no dejaré que tu corazón enfríe, no dejaré que vayas a ese cuarto oscuro, llenaré ese vació, reemplazare los malos sentimientos con buenos, y no permitiré que seas sólo un muñeco, mientras yo este, escuchare cada palabra que quieras decir, y me esforzaré para poder traer felicidad a tu vida si tú no puedes conseguirla por ti mismo, asi que, por favor, ayúdame.

El me abrazo, tan fuerte cómo pudo, su respiración entré cortada y su mirada cristalizada, me hacían sentir terriblemente mal. El quería escuchar mis palabras, las cuales le hacían mal oir, para qué yo pudiera sentirme bien, mientras que yo, no quería que el las escuchara, para qué no sufriera, porqué quería que el este bien. Era complicado, ambos queríamos que el otro este bien, pero uno siempre terminaba sacrificandose.

-Jjunie no puedo, no puedo verte sufrir por mis palabras.

-No lo entiendes, pero no puedo ser feliz si tu no lo eres, el verte entrar en ese cuarto oscuro me hace querer entrar a iluminarlo.

-¿Y si no quiero que entres? No quiero verte sacrificar tu felicidad por la mía.

-Gyunnie...- dijo con la voz entrecortada, acercando su rostro al mío.- Sacrificaria lo que fuera, sólo porqué te amo, te amó con cada latido de mi corazón, y quiero que estes bien, porque yo soy feliz con solo verte.

No se cómo, ni que hice, para merecer a Yeonjun en mi vida, sus palabras revolvían mi estómago, mis ojos llovian en lugar de las nubes, y mis mejillas enrojecian, me sentía patético, al solo poder llorar, pero ese llanto, era diferente a los anteriores, esas lágrimas que caían de mis ojos sin control, estaban agradecidas con Choi Yeonjun, eran de la felicidad de poder tenerlo juntó a mí, y de poder sentir su amor de manera tan intensa, como el me lo demostraba.

Nuestro amor era intensamente verdadero, amar podía ser difícil, doloroso, y hasta debías sacrificar por la felicidad, todo era mutuo, genuino y tan hermoso cómo horrible a veces.

Lo que quedó de la noche se resumió en Yeonjun limpiando mis imparables lágrimas, mientras que yo no pude despegarme de el, y no pensaba hacerlo, rogaba que no amaneciera tan rápido, porqué no quería que Yeonjun se vaya de mis brazos, los cuáles, lo deseaban cada día más. No puedo explicar el porqué las lágrimas seguían cayendo, pero al ver cada lindo acto de el hacía mí, me causaba ganas de llorar, claramente me costaba creer que tenía su amor incondicional, era difícil aceptar que había alguien que lo daría todo por mí, tenía tanto miedo, de despertar de un hermoso sueño que no es real.

Mi vida siempre fue tormentosa, pero Yeonjun llegó a calmarla, el quería luchar por mi felicidad, aunque eso costará la suya, y yo, ni siquiera pude decirle un simple "Te amó", soy muy egoísta por no compartir esa palabra con el.

⩨ Negando quién soy.    ❪ Yeongyu.. ❫ -COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora