Las consecuencias de mis pecados

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Volver a casa en la mitad de la noche pensando qué nadie lo notaría, fue una total estupidez, cuándo abrí aquella puerta para entrar, mí padre estaba sentado en ese sillón de color marrón con sus ojos cerrados, pero el no estaba dormido.

—Pense que eras inteligente, pero claramente me equivoque.— dijo en un tono frío cómo el hielo.

—Yo...

—¿Qué? ¿Tienes algo que decir? ¡No te di permiso de hablar!—  exclamó lanzandome el vaso que tenía en sus manos con wisky.
—Todavia no aprendiste quién soy, y tu madre ya no está aquí para salvarte.

Con sólo observarlo, sabía qué nadie podía evitar lo inevitable, dejé caer la mochila, y me preparé para lo que seguía.

El se acercó a mí y me abofeteó, para luego tomar mí rostro entre su mano derecha con fuerza,
—¿Que se supone que haga contigo si no obedeces? Esto es lo que obtienes por escapar.— dijo empujandome fuerte al suelo.
Se giró para tomar la botella del wisky para luego romperla en mí cabeza, vivía con un lunático que abusaba de su autoridad como adulto, nunca había llegado tan lejos como ésto, mí rostro goteaba sangre de una manera terrible, ni siquiera sentía ese lado de mí cara.

La gente que trabajaba en la casa trato de meterse, pero eso les costaría su trabajo, aún así me ayudaron, sacándome de la casa para llevarme a un hospital, ya que la herida no dejaba de sangrar.

—A esté pasó morirás en las manos de tu padre.— dijo el valiente secretario.

—No puedo huir, no tengo más opción qué soportarlo.— dije cansado.

—Resiste, ya casi llegamos.

En ese momento sólo pensaba cosas como: "¿Lo llamo o no lo llamó?" Pero toda esta situación era demasiado para cualquier persona, no quería meterlo en todos mis problemas, el era mucho más vulnerable que yo, no sería bueno que me viera en un momento así de caótico, digo, era más sangre que persona.

Aún después de esto, me preguntaba si era posible que los padres odiarán tanto a sus hijos, pues si, lo era, solo que era demasiado difícil de aceptar.

El doctor me recostó en la camilla y sacó los pedazos pequeños de vidrio que quedaban en la herida, luego detuvo el sangrado con una gasa y mantuvo presión, después puso un vendaje que no se pegará a la herida y evitar infección.

Todo parecía una pesadilla, un sueño torturador, pero era mí realidad, era tan irónico, el universo atentaba en contra de mí cada vez peor, casi muero sin haber vivido bajó mis propias reglas, ¿y si era una señal?

Después de tanto caos me quedé dormido, desperté casi a las 12 del mediodía, el doctor me dijo qué la herida estaba bien, solo debía desinfectarla cada 12 horas y cambiar la gasa, para luego dejarme ir a casa.

Tal vez mí padre no logró dañarme así antes, porqué mamá siempre estaba ahí para detenerlo, y no sobrepasará esos límites, pero ahora que ella no está... Todo dependerá de cuánto logré soportar, era hora de mostrarle al mundo quién soy, era hora de enfrentarse a mí padre.

Abrí la puerta de la casa, sabiendo que estaba entrando al infierno voluntariamente.

—Asi que estás bien.— dijo cuándo me vio subir la escaleras.

—Supongo que arruine tu ilusión, pero si, todavía estoy vivo.— contesté.

—Al parecer ese golpe en la cabeza no fue suficiente, ahora incluso contestas.

—Lo siento, pero no planeó morir en tus manos, de ahora en adelante serás tú quien lidie conmigo, porque estoy harto de que sea al revés, así que prepárate, no tendré piedad contigo, padre.

Subí a mí habitación, dónde estaban las cosas que traía conmigo anoche, busqué mí celular y cómo me imagine, Yeonjun había llamado unas 20 veces, dejó mensajes, seguro estaba preocupando porqué no fui clases, ¿pero qué le diría? Tampoco quería mentirle.

Que lindo caos.

Llamando a Choi Daniel.

Hola? Gyunnie? ¿Estás bien? ¿Porque no viniste hoy? ¿Ocurrió algo con tu padre verdad?

—Estoy bien Jjunie, solo me quedé dormido, estoy cansado, eso es todo.

—Estas mintiendo.

—Jjunie hablo en serio, no te preocupes demasiado por mí, ¿Sí?

—Cuando me dices que no me preocupe, es cuando más lo hago, te conozco Gyunnie, dime la verdad, ¿Las cosas no salieron bien cuando volviste?

—Te veo mañana, ¿Sí? Prefiero verte.

—¡Gyunnie!

Fin de la llamada.

El era insistente, pero no tenía ánimos para hablar sobre lo que sucedió, escuchar su voz fue tan dulce, lo extrañaba, realmente necesitaba un abrazo de él.


Me decidí a dormir, porqué más no podía hacer, se hicieron las 7 de la noche, y debido a mí mal humor necesitaba chocolates, me puse una gorra, barbijo, y salí sin importarme si mí padre escuchaba, llegué a mí limité.

Caminé hasta una tienda de dulces, fui directo a la sección de chocolate, era tan difícil elegir uno, que terminé comprando miles y distintos.

[Yeonjun narrativo]

S

aliendo de mí última clase, Soobin insistía en ir a un karaoke con los demás, pero después de esa llamada con Beomgyu no tenía humor para nada, era la primera vez que él me hablaba tan secó en el tiempo que llevábamos juntos, incluso me recordaba cuándo me hablaba así para alejarme de él, las inseguridades volvieron a salir a flote después de tanto tiempo, sentía que tal vez me estaba haciendo la cabeza, pero conociendolo, sabía que nunca estaba mal preocuparse de más por el.

—Yeonjun si no te sientes bien ve a casa, yo me encargo de Soobin.— dijo Hueningkai.

—Esta bien, no te preocupes por mí, tal vez estar con ustedes me haga mejor.

—Sabes como es Beomgyu, tu más que nadie, el simplemente desaparece cuándo las cosas no funcionan en su mundo, y aunque te necesite no te lo dirá, ten paciencia, ¿si?— Dijo Taehyun cuando Soobin y Hueningkai se adelantaron a una tienda de dulces.

—A veces desearía ser parte de su mundo.

—Si el no te lo permite es porqué sabe lo dañino que es ahí, y tal vez te mantiene alejado de su mundo para protegerte, cuándo se trata sobre su familia, él jamás nos dió espació, debe tener una razón muy obvia, porqué no es secreto que sus padres sean unos monstruos.

—¿Y si no logró comprender eso jamás?

—Es normal, eres alguien que lo aprecia demasiado, y a veces no vemos límites cuando se trata de alguien a quien amamos, pero al menos trata de contenerme, lograste ganarte su confianza, espera a que el te llevé a su mundo.

En ese momento en que estábamos esperando a los demás, lo vi salir, era el, lo reconocería incluso de esa manera, traía puesta una gorra negra y barbijo, sus manos con bolsas llenas de dulces, no puedo explicar en qué momento llegué a tomar su mano, porque no lo recuerdo.

—Gyunnie... — Dije sin poder dejar de mirar aquellos fríos ojos, el me miró para nada soprendido, se veía tan extraño.

El me abrazó fuertemente dejando caer aquellas bolsas llenas de dulces.

—¡Oh Beomgyu! — exclamó emocionado Hueningkai al verlo.

El se separaro de mí y saludo a todos, —No fuiste a clase hoy, ¿sucedió algo?— preguntó Soobin feliz de verlo.

—Me dormí, eso es todo, estaba un poco cansado.— contestó con una voz débil.

Sabía que eso era mentía, y podía imaginar de que se trataba con solo ver cómo se ocultaba el rostro, eso solo sucedía cuando su padre lo golpeaba.

⩨ Negando quién soy.    ❪ Yeongyu.. ❫ -COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora