Silent Love- Edward Cullen

𝐋𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬

CUANDO ERES PEQUEÑA LO UNICO QUE quieres hacer es jugar a las muñecas, a las hadas o a las princesas. Cuando yo era pequeña jugaba sola, yo era el príncipe que quería salvar a Anna, mi muñeca la cual llevaba puesto un lindo vestido color rosa ya que era (y es) mi color favorito.

Cuando cumplí once años en mi colegio lo único que hacían las niñas era hablar de lo guapo que se había vuelto Mike Newton en el verano y todas querían salir con él en ese momento, a mí también me parecía lindo pero no la gran cosa así que solo las observaba hablar de eso mientras pensaba en como seria que tu madre te peinara cada mañana para ir al colegio.

Al cumplir catorce años entendí que el hablar poco era una buena forma de evadir situaciones en las cuales no me sentía cómoda, como cuando Jessica Stanley y Mike comenzaron a salir, Jessica comenzó a preguntarme el por qué no tenía novio y no me gustaba nadie, intente responder, enserio, pero lo único que salió de mi boca fueron balbuceos de mi parte intentando explicar algo que ni yo sabía.

También a esa edad me llego la pubertad cosa de la cual estaba triste, no porque me haya llegado, si no porque escuchaba a las otras niñas contando que sus mamas les habían explicado que lo que era y que les iba a ocurrir en sus cuerpos de ahora en más. En cambio a mí me había explicado un papá nervioso el cual se trababa cada vez que decía; menstruación, pechos u olores corporales.

A los quince años varios chicos me habían pedido tener una cita o  ir a fiestas de Mike Newton, las cuales hacia sin permiso de sus padres cuando ellos iban de vacaciones de negocios.

Mi yo adolescente le dio una oportunidad a el tercer chico que me había inventado solo por la insistencia de Jessica la cual decía;

"Vamos Blake, no es normal que una chica de quince ni siquiera haya salido con un chico... espera ¿no eres gay verdad?".

Así que si, salí con él y no les voy a mentir, él no fue un patán o intento sobrepasarse, en realidad fue un buen chico y en ningún momento me falto el respeto solo que yo... hice que las conversaciones que teníamos fueran tan incomodas y algo secas que yo misma hice que el chico se inhibe.

Al día siguiente de esa salida solo me ignoro y ni siquiera me miro. Ese día Ángela me dio un apretón en el hombro y me dijo: "No te preocupes Blake, ya llegara el indicado" pero yo había perdido toda la esperanza, no para los hombres del mundo, si no en mi misma.

Y a la mitad de ese año se mudaron los Cullen a Forks haciendo que mi forma de hacerme invisible hasta terminar la secundaria me sea imposible.

El primer día que llegaron fue una bomba total en la secundaria, todos hablaban sobre ellos con una fascinación propia de hipnotismo o algo parecido.

Yo no los había visto ya que era la primera hora en la cual me tocaba literatura, pero por lo que había escuchado eran las personas más hermosas nunca antes vistas, pensé que exageraban, pero no.

En las puertas de la cafetería Jessica me intercepto tomándome del brazo.

- Es la primera vez que Forks trae algo mejor que Mike ¿No lo crees?- tome una bocanada de aire y alce los hombros, aun no los había visto así que no iba a opinar- creo que les voy a hablar ¿tengo oportunidad, cierto?- me miro intentando peinarse el cabello.

Asentí.

- Te vez muy bonita Jess- le sonreí-.

Jess era bastante insegura de sí misma en realidad, tal vez sea una de las chicas las cuales parecían que se llevaban el mundo por delante pero cuando era de noche no podía evitar juzgarse a sí misma, la conocía desde que éramos pequeñas y aunque yo no hablaba mucho ella estaba para mí cuando me sentía mal y necesitaba una amiga, al menos para estar en su cuarto y no hablar, solo compartir la miseria.