"𝐌𝐚𝐩𝐚𝐜𝐡𝐞𝐬"

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Bueno, me quedé sin excusas buenas.

En mi defensa me he puesto en muchas situaciones en que mi cerebro ha elaborado buenas excusas y creíbles, pero me quedé hueca.

Supongo que es por la conmoción del momento. Todo paso muy rápido y... ¿porque no puedo ser flash?

Mi cabello mojado se pegaba a mi rostro y sabía que mi nariz estaba roja. Mis brazos se abrazaban a mi misma tal vez intentando calmarme luego de la situación.

No había visto a Jacob transformarse y fue... asombroso. Bueno si, puede darme un mordisco y matarme pero no le quitaba lo magnifico.

Papá parecía histérico y miraba de lado a lado buscando el problema pero no encontró nada.

"Claro, peleen y luego déjenme sola" pensé, enojada.

-Papá... creo que hay mapaches en la casa...

Papá entrecerro los ojos y bajo el bate. Intente no mostrar dudas pero supe que fallé en mi excusa.

-Blake Rose Holland, ve adentro en este instante.

Junté mis labios en una fina línea y asentí. Caminé rápidamente con los ojos de mi padre en mi espalda.

Entré a la casa sintiendo la calidez de está, Josh entró luego y cerró la puerta detrás de él con llave. Me giré y lo mire fijamente.

-Mapaches.

Dijo papá dejando el bate en el suelo, luego puso sus manos en su cadera.

-Si papá, muy grandes, creo que husmeaban la basura, yo creo...

Papá me interrumpió.

-Cielo, los mapaches no hablan y mucho menos gritan con voz de hombre.

Me quedé muda y quieta en un instante. ¿Y ahora qué sigue?

Papá me miró fijamente y suspiró. Cerró los ojos un instante.

-Blake, hija... no quiero mentiras, solo dime que sucedía afuera.

Lo miré fijamente debatiendo. Podía contarle algo... sin muchas descripciones.

-Eran Edward y Jacob.

Papá asintió. No pareció alterado con la mención del vampiro.

-Sabes que no quiero al chico Cullen aquí ¿no?

Inhale. Sabía que a mi papá no le agradaba Edward, no luego de todo lo que sucedió y lo entendía, totalmente.

Pero sabía que eso le disgustaba a Edward y no podía evitar sentir que debía solucionarse de alguna forma.

-Si, entiendo papá, lo siento.

-¿Puedes decirme porque peleaban? ¿Es por lo que me contaste la otra vez?

-¿Eh? ah, si, algo así...

Agache mi mirada.

-Blake, a ti no te gustan las peleas.

Eso es cierto. Las odio hasta en las películas.

-Lo sé...

Papá me miró por unos instantes.

-¿Quieres tomar una taza de té?

Levanté la mirada y mis ojos se conectaron a los suyos. Asentí y el pasó de largo a la cocina.

Cuando papá me sirvió una taza de té, esperé que me regañara, pero no lo hizo.

-Hija, cuéntame que te angustia, tienes la libertad de hablarme de todo, sabes que no te juzgare, aveces siento que me ocultas muchas cosas y no lo sé...

Silent Love- Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora