Silent Love- Edward Cullen

"𝐀𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧"

No podía dormir.

Probablemente los acontecimientos de este día fueron demasiados.

O tal vez es mi insomnio visitandome de nuevo como siempre.

No dejaba de pensar en la conversación de Edward y Bella en el estacionamiento, conversacion que claramente no escuche.

Daba vueltas y vueltas a la idea del porque Bella sentía tanta curiosidad hacia los Cullen.

Y cada vez que lo pensaba llegaba al mismo resultado; a Bella le gusta Edward.

Ese sabor amargo se invadió en mi garganta haciéndome tragar duro.               Mi intuición jamás me falla, nunca lo hizo y ahora mismo tampoco lo va a hacer.

Necesito tomar agua.

Me incorporé en la cama y tomé la botellita de agua arriba de mi cómoda. Cuando termine de tomarlo lo deje arriba de esta de nuevo.

Rode los ojos al ver mi ventana abierta.

Siempre me olvido de cerrarla aún cuando pienso que si lo había echo.

Me sobre salte cuando sentí piedritas golpear el vidrio de mi ventana.

Me levanté y me puse unos shorts que estaban por ahí tirados.

Porque vamos, nadie quisiese verme con mis braguitas de Bob esponja.

No me culpen, día de lavado.

Me asomé por la ventana y logré divisar una figura humana.

-¡Oh, Rapunzel! Deja caer tu cabello.

Me reí y me aparte de la ventana.

A los pocos segundos Edward estaba enfrente de mi, con una bolsa en una de sus manos.

-¿Eres delivery en las noches?- me burle.

-Mas bien soy su príncipe, señorita.

Reí nerviosa mientras sentía mis mejillas ponerse rojas.

-¿Que le trae por aquí noble príncipe- sarcásticamente rode los ojos.

-Mh, simplemente te extrañé- alzó los hombros en señal de indiferencia.

Todo el jugueteo paso a segundo plano cuando el solamente me sonrió y tomo mi silla del escritorio y lo acerco a la cama.

Me senté enfrente de él en posición de indio.

-¿Como sabias que tenía hambre?

-Tu padre trabaja como guardia esta noche, en la casa de los Portman- se encogió de hombros dejando la comida en el espacio en medio de los dos- y se que cuando tu papá no está en la noche no cenas.

Me evité el cuestionar como lo podría el saber.

Abri las bolsas y sonreí al ver una hamburguesa con papas frítas. Me extrañe al ver que estaba puesto en un tupper y no en alguna cajita de restaurante.

-¿Como estas?.

-Bien.

Me llevé una papá a la boca.

-Ten, toma.

De la bolsa sacó una botella de plástico, con el pico rosa, muy bonita. Pero no eran de esas botellas para desechar, si no de esas que llevas contigo por todos lados.

-Gracias Ed.

El sonrió de lado y me apunto la comida con su cabeza.

-¿Que te parece la comida?