VIII
Mis pies tocan el piso de mármol que cubre la superficie del suelo e inmediatamente el frío de este cala la planta de mis pies, logrando que mi piel se erice y sufra un pequeño temblor.
Doy pasos cortos hasta llegar a la puerta que dirige al baño, tomo el manubrio entre mis manos girándolo hasta lograr que la puerta abra.
Frente a mí, un baño amplio cuyas paredes están recubiertas de azulejos y el piso sigue la misma línea de mármol del cuarto. Un espejo cubre la parte superior de la pared delantera donde se encuentra un lavabo blanco rodeado de una mesada de granito y unida a esta un mueble de caoba con dos puertas.
Supongo que ahí guardarán toallas.
Al lado de este un váter que hace juego con el lavabo y al fondo una bañera digna de parecer un jacuzzi, blanca y al igual que los demás elementos del baño su material de confección es la cerámica.
En la pared contraria a esta, un mueble de caoba largo con algunas puertas y gavetas.
Siento una mano posarse sobre mi hombro logrando que me sobresale, me giro veloz para encontrarme frente a Daniel, sus ojos café escudriñan mi rostro, sus facciones no dejan entrever nada más que furia y enojo.
Me siento diminuta, pequeña, nada, frente a aquella escrutadora mirada.
—¿Qué te crees niña? ¿Te crees muy inteligente al intentar escapar? —Su aliento desprende un olor alcohólico provocando que haga una mueca de asco al percibirlo.
—¡Responde! —Su grito me sobresalta, niego repetidas veces, con los ojos cerrados.
—No pagué todo ese dinero por ti, para que me salgas una malcriada, aunque eso lo hace más divertido —No bien termina de decir la frase cuando sus manos giran mi cuerpo apoyándolo en una de las paredes del baño, mi espalda queda pegada a él.
—No me hagas daño por favor —suplico. Mi cuerpo tiembla resultado de mis sollozos, que se ahogan con mis palabras de súplicas —Puedo trabajar, puedo limpiar, no me tomes para esto, te lo ruego —Las lágrimas corren por mi rostro embadurnando mi cara.
Siento su mano levantar la tela de la batola que hasta ahora cubría mi cuerpo, mientras la otra oprime mi cuello contra la pared para quitarme movilidad, con uno de sus pies separa los míos abriéndome de piernas, su mano acaricia bruscamente mi cuerpo, apresa uno de mis senos sobre la batola y pellizca brusco mi pezón. —Me vas a rogar, pero me rogarás por más. A ver si con esta entiendes quién manda aquí.
—Por favor —repito la palabra una y otra vez como un susurro más que otra cosa.
—¡Cállate! Tu voz que asquea —Su aliento alcohólico golpea mi oído, siento su glande rozar mi descubierta entrepierna, el roce me hace tensar por completo y lloro con más fuerza.
Un grito desgarra mi garganta al sentir como sin previo aviso se introduce en mi interior, la brusquedad de su movimiento me pasma por unos segundos, el dolor es agudo y desgarrador.
—Apretadita como me gusta —Gime en mi oído al hablar, siento mi interior partirse a medida que su miembro avanza dentro de mí, mis gritos de llanto incrementan mientras mis manos hechas puño se presionan contra la pared.
Me retuerzo una y otra vez intentando soltarme pero todo es en vano, sus manos me presionan cada vez más contra la pared. Y grito, fuerte, mi garganta duele, el dolor no cesa al igual que sus bruscas embestidas.
Su miembro entra y sale de mi sin importarle cuanto suplique o llore, una de sus manos aprieta mi cadera y la otra me mantiene cautiva contra la pared, presionando mi cuello.
Sus embestidas van en aumento al igual que mis gritos, Daniel muerde mi cuello provocando que grite con más fuerza, siento su cuerpo tensarse contra mi espalda a la vez que se vacía en mi interior.
Sus manos me liberan de su agarre, me giro, lo observo acomodarse la ropa para seguidamente salir del cuarto de baño.
—Nos vemos esta noche ternura, espero que hagas menos ruido —Escucho sus palabras y seguido el ruido de una puerta cerrarse lo que me indica que estoy sola en este lugar, nuevamente.
Mi espalda se desliza por la pared hasta tocar el suelo, quedando con las rodillas al pecho, observo mis pantorrillas sucias de sangre, lo que provoca llanto nuevamente en mí, mi cabeza duele terriblemente, producto del llanto.
Pierdo la noción del tiempo que llevo sentada aquí, las lágrimas ya no salen, pero el dolor permanece en mí, la sensación de suciedad no se va, me siento usada como basura, no puedo creer que en esto se basará mi existencia ... en ser usada por un hombre a su antojo.
Escucho la puerta abrirse, me encojo automáticamente al pensar que Daniel pudo haber regresado, cierro mis ojos y me abrazo con más ahínco al escuchar pasos acercarse al baño.
—No me hagas más daño por favor, te lo suplico —Mis palabras salen sin pensar, hasta que siento una mano acariciar mi hombro. Abro mis ojos lentamente para encontrarme con Amanda quien me observa con ojos llorosos.
Sin decir nada Amanda me ayuda a levantarme, prepara la bañera con agua templada y sales de olores. Cuando el baño está listo me ayuda a desvestirme, el dolor en mi entrepierna ha estado presente en todo momento, son como hincones provocando molestia al caminar, pero el escozor cesa en parte, inmediatamente mi cuerpo se sumerge en el agua.
—Lamento que esto haya sucedido —Amanda es la primera en hablar y sus palabras sólo consiguen que mis ojos se cristalicen. Mi mente sigue en shock luego del suceso, Amanda asiente al darse cuenta que no quiero hablar y decide dejarme sola en el baño.
Oigo como se mueve en el cuarto, pero no escucho, mi mente está en trance tratando de procesar todo lo que ha sucedido en sólo tres días, el giro de 180° que ha dado mi vida, La muerte de mi madre, el ser vendida por Héctor, subastada por desconocidos, comprada por Daniel y usada por él mismo.
Por más que quiera engañarme a mí misma, muy en el fondo de mí, sé que no he superado la muerte de mi madre y es lógico que no lo haga… tal vez pasen meses o años, o simplemente nunca lo supere, su viva imagen ronda mi cabeza todo el tiempo y su recuerdo me acompaña en mis sueños, cada segundo mi mente evoca su recuerdo, su compañía en mi infancia y ¿Cómo no? Su rostro sin vida, su imagen agonizante me atormenta cada vez que junto mis párpados.
A pesar de todo, aún no salgo de este trance o episodio de conmoción al que mi mente se ha sometido.
[....]Espero que les guste el capítulo, hasta aquí se los dejo.
Quiero ver sus teorías sobre lo que piensan que ocurrirá próximamente y sus opiniones sobre Daniel. ❤
ESTÁS LEYENDO
Venganza Celeste 《SIN EDITAR》
RandomCeleste de 18 años, luego de vivir una infancia traumática, es vendida por su padrastro al mercado negro, donde es subastada y sometida a torturas extremas. ¿Estará dispuesta a buscar su libertad incluso luego de perder la esperanza en todo? ¿Cuáles...