Disculpen la tardanza. Estos días han sido un poco (muy) movidos en mi hogar y hasta ahora tengo tantito tiempo para abrir el compu. Sin más, aquí les dejo el capítulo.
Espero leer sus comentarios y no olviden votar si les gusta.
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No he dejado de llorar, así como Daniel no ha dejado de presionar su cigarro en mi piel.
—Ya se terminó este, es una pena —Respiro hipando a causa del llanto —.Tendré que encender otro, no alcancé a decorar la parte delantera —Sus palabras hacen que la intensidad de mi llanto incremente mientras le veo sacar otro cigarrillo y encenderlo para luego llevarlo a sus labios.
—Ya no más, por favor, ya no más —ruego entre lágrimas.
—¿Cómo puedes decirme que ya no más? Si pudieras ver lo hermosa que quedó toda tu espalda y glúteos no dirías eso. —No puedo parar de llorar, el ardor y dolor que siento en mi espalda y en mis extremidades es inmenso, mis heridas en las muñecas y tobillos se han reabierto y una pequeña línea de sangre se desliza por mi brazo derecho.
—¡Eres un monstruo!
—Y tú eres mi presa. Es increíble que te estoy castigando por portarte mal y aún en esta situación sigues faltándome el respeto a mí, tu dueño —Hace un pequeño sonido de resignación mientras niega con la cabeza —.Ya que piensas que soy un monstruo, te complaceré mostrándote todo lo monstruo que puedo llegar a hacer.
Siento como el calor del cigarrillo quema mi pezón izquierdo y mi doloroso grito no se hace esperar. —¡Así me gusta! Justo esa es la emoción que quiero ver en ti —Daniel ríe y da palmadas en mi rostro rojizo cubierto de lágrimas. —Mira que hermoso se ve ahora tu seno, ¿Qué acaso no es un detalle magnifico? —Sus dedos aprietan fuertemente mi pezón herido incrementando mi dolor.
...
—Ya por favor, ya... —Una y otra vez las mismas palabras salen de mis labios en forma de susurro, Daniel entra y sale de mí repetidas veces, lastimándome más. Ya no tengo fuerzas para gritar, mi garganta duele en sobre manera y sólo inaudibles susurros salen de mi boca.
No sé qué tiempo llevamos aquí, podrían ser minutos u horas, pero sea lo que sea siento que los segundos en este lugar duran mil años. Perdí la cuenta de cuantos cigarrillos fueron encendidos por él y apagados en mi cuerpo. El ardor, el dolor y la quemazón están expandidos en todo mi cuerpo. Daniel pegó sus cigarrillos por todos los lugares de mi cuerpo, excepcionando mi cara. No pude gritar más luego del alarido que desgarró mi garganta cuando este se postró debajo de mí, separó mis labios mayores y retorció su cigarro en mi clítoris.
Al parecer luego de eso ya no quiso quemarme más y procedió a colocarse detrás de mí para penetrarme.
Un gemido abandona sus labios y siento el caliente líquido esparcirse en mi interior. Ha terminado.
—Uff... Debo admitir que eso fue muy delicioso —Pega sus labios a los míos dándome un beso de pico, no tengo fuerzas para resistirme. —Al parecer no lo disfrutaste tanto como yo, pero ¿Eso que importa? A fin de cuentas sólo estás para satisfacerme a mí. Si tú disfrutas o no, no me importa en lo absoluto, aunque deberías empezar a disfrutarlo porque se repetirá muchas veces. —Habla mientras arregla su ropa y recoge todo. Solamente mantengo la cabeza gacha dejando que todas las lágrimas se deslicen mientras le escucho.
Mis brazos duelen por tenerlos levantados tanto tiempo, y mis muñecas sangran por las heridas. El dolor en mi cuerpo es tanto que diferenciar cada cosa que me duele es casi imposible.
—Adivina qué, por tu buen comportamiento hoy te voy a premiar. Así que te quedarás aquí hasta que yo lo decida. —Daniel habla y camina en círculo alrededor de mí —Supongo que no quieres acostarte sobre ninguna superficie sabiendo que vas a lastimarte.
—¡Ahhh ya basta por favor! —Chillo adolorida cuando su mano colisiona con mi glúteo magullándome más.
—Eres muy rebelde y respondona, eso hace que sea más interesante jugar contigo. Fue divertido, pero ya debo irme. Tengo cosas que hacer.
Con esas palabras se retira del pequeño cuarto cerrando la puerta con llave. ¿Y ahora qué?.. No tengo mucha capacidad de movimiento, mis manos duelen por la poca circulación, mi cuerpo me arde... ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Qué hice para merecerlo?
Observo lo que me queda de frente, la habitación no es muy grande y el lugar no cuenta con mucha iluminación. Alcanzo a ver un pequeño gavetero marrón oscuro, pero mi vista no alcanza a ver más allá. Sucumbo ante el dolor y cansancio de mi cuerpo.
—Ma, nunca me has hablado de tu vida en México, o de como conociste a papá —Mamá y yo estamos sentadas en mi cama mientras le curo las heridas.
—Conocí a tu padre cuando tenía 19 años, yo trabajaba en una pequeña tienda para ayudar con los gastos de mi casa. Recuerdo que un día fue a comprar un regalo para la que en ese entonces era su novia.
—¡¿Papá tenía novia?! —pregunto asombrada.
—Jajaja ¿Por qué te sorprende Celeste? Es normal. Pero no me interrumpas la historia que me cortas la emoción —Termino de curarla y me coloco a su lado para escuchar la historia. —Como te decía, él fue a comprar ese detalle, estábamos en épocas de San Valentín, así que la venta era relativamente buena. Tu padre era muy apuesto, como cualquier joven con hormonas alborotadas no dude en fijarme en él, pero siendo respetuosa no me le insinúe, simplemente le buscaba conversación y alargue lo más que pude el buscar y envolver el regalo.
—Jajaja que buena técnica mamá —respondo con sarcasmo y gracia.
—Pues claro que buena técnica, no ves que sí dio resultados, o ¿Cómo es que estás tú aquí? Pero ya, en serio no interrumpas más o ya no te contaré nada —Típico de mamá, no le gustaba que la interrumpieran cuando hablaba —.Bueno, le busqué conversación, hablemos un rato y en eso me contó que quería hacerle algo especial a su novia, pues había cometido un error y quería poder repararlo o al menos ganarse su perdón. Le di algunas recomendaciones de que hacer en esos casos. Al parecer la chica era toda una arpía pues realmente el ''error'' que él cometió era algo que se solucionaba hablando, cosas típicas que pasan. Pero esa chica utilizó eso como excusa para hacerlo sentir culpable cuando en realidad ella era la que estaba mal. A las semanas tu padre volvió a la tienda y me contó que había descubierto que la chica le era infiel y habían terminado. Luego de eso nos seguimos viendo y charlando, me invitaba a salir, a comer un helado o sólo ir a un parque, caminar, cosas sencillas y terminamos en la capilla de una iglesia. —Termina su narración con un suspiro que denota nostalgia —Pero eso es todo por ahora, debo ir a la cocina.
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Venganza Celeste 《SIN EDITAR》
De TodoCeleste de 18 años, luego de vivir una infancia traumática, es vendida por su padrastro al mercado negro, donde es subastada y sometida a torturas extremas. ¿Estará dispuesta a buscar su libertad incluso luego de perder la esperanza en todo? ¿Cuáles...