—Sí —dice. Su afirmación me confunde, pero rápidamente añade—, he estado espiando a Laila y, a ti.—¿Por qué? —doy un paso hacia atrás.
No puedo creerlo. Nunca me imaginé eso. Esto es confuso. El Dexen que yo conocía es muy diferente al Dexen que tengo enfrente.
Él desaparecía en cuestión de segundos después de haberse tocado el timbre. Él era callado. Él no fumaba. Él no me espiaba. ¿Qué mierda…?
Se encoge de hombros y dice—: Asuntos de trabajo.
—¿Trabajo? —me río— ¡No me jodas! ¡Ah, ya! Entiendo ¿A eso te dedicas? ¿Cuánto vas a pedir por ella? —suelto.
Sé que los papás de Laila tienen mucho dinero. ¡Ellos pueden pagar el rescate! Una pizca de alegría llega a mí. Mi amiga volverá a casa. Ella estará bien. Pero yo…
Sin embargo, hay algo que no entiendo.
Si solo querían secuestrar a Laila y a cambió de liberarla era recibir una buena cantidad de dinero. ¿Entonces, por qué se metió a la preparatoria? Si cuando nos secuestraron fue solo en cuestión de segundos y él ni siquiera estaba ahí.
Dexen pone cara de confusión.
—¿Qué?, No —responde rápidamente—. No hacemos eso.
—¿Que no hacen eso?, ¡por dios! No me mientas, no soy estúpida.
Rueda los ojos.
—El padre de Laila es el jefe de la mafia española. Y la mía de la mafia inglesa.
¡¿Qué?!
—¿Mafia? —musito atónita.
—Traficamos drogas, armas de fuego y… órganos.
¡¿Órganos?!
La última palabra que mencionó hace eco en mi cabeza, ¡oh, mierda!
Me llevo la mano hacia la boca, ante la imagen que se esta reproduciendo en mi mente; esa, en donde matan un persona. Y minutos más tarde le hacen una incisión grande en el estómago, para poder extraerle los órganos fueran de su cuerpo y, mucha sangre en el cuerpo inerte de la pobre persona. No sé si sea como me lo estoy imaginado, pero lo que estoy viendo ahora es horrible.
Me giro un poco y trastabillo cayéndome en el borde del colchón en un posición sentada.
De pronto, Dexen comienza a reír.
Alzo el rostro para verlo. ¿No entiendo qué es lo que le parece tan divertido? Sus carcajadas me hacen enojar.
—¿Qué es lo que te parece tan divertido? —mascullo.
—Tu cara.
Escucho unos segundos más su carcajada y me levanto de la cama, mi intención es salir de la habitación.
—¿A dónde crees que vas? —me acorrala, pegándome junto a la puerta. Pone ambas manos en ella, a cada lado de mi hombro. Giro un poco mi cuello para observarlo por encima de mi hombro. Toma mi cabello y lo lleva hacia a un lado, dejando mi cuello al descubierto. Deja un beso en esa zona, segundos después sus dientes tiran de mi piel también en la misma zona en una mordida suave y luego le da una lamida— ¿Me tienes miedo?
—No.
No le tengo miedo.
—¿Entonces por qué quieres huir? —repite el mismo movimiento en mi hombro cuando tira de mi blusa.
—No quiero estar cerca de ti —apenas logro murmurar, hasta creo que no me ha escuchado.
Pero su risita me confirma que si lo ha hecho.
—¿No?, Me sorprendes. ¿No era eso lo que querías? Verme, tocarme, sentirme. Solo te lo hice más fácil. Deberías de agradecérmelo —el tono en su voz es divertido.
Una vez más, maldigo por no haberle puesto una maldita contraseña a mi celular.
—No tengo por qué agradecerte que me tengas encerrada.
—Hablas como si llevaras días encerrada. Y apenas llegaste ayer.
—Yo no llegué. Me trajeron —Su torso se pega a mi espalda.
—Y hoy la pasaste muy bien —dice, cerca de mi oído. Y hace énfasis en muy. A la vez que una de sus manos se dirige hacia el interior de mi jean—. Podríamos repetirlo —Lo detengo tomándolo de la muñeca— ¿Me vas a negar que no te gustó?
Soy incapaz de negar, porque estaría mintiendo. Trago saliva, cuando noto la cercanía de sus labios con los míos. ¡Mierda!
Quiero decirle que sí me gustó lo que me hizo esta mañana. Porque una de mis fantasías con él se ha cumplido.
Sin previo aviso me voltea, me quedo enfrente de él y comienza a devorarme la boca. En un beso ávido, urgido, necesitado y deseado. Lo sigo y su lengua se enreda con la mía. Llevo mis manos a su cuello. Ágilmente me toma de la cintura para alzarme y mis piernas se envuelven a su alrededor.
Mi espalda choca contra la puerta. Y cuando sus labios dejan los míos busca mi cuello y yo llevo la cabeza hacia atrás para darle espacio.
Quiero desviar todo y olvidarme por un rato de toda esta mierda. Pero necesito saber más cosas.
—No —musito—. Secuestrar a Laila fue fácil. Y ni siquiera tuviste que hacerlo tu. ¿Por qué entonces te metiste en la preparatoria con esa fachada de chico bueno?
Separa su boca de mi cuello, bajo el mentón para observarlo y sonríe cuando hacemos contacto visual.
Sin embargo, no tiene intención alguna de hablar y acerca su boca a mi clavícula en una mordida suave. Lo empujo, pero no logro separarlo de mí.
—Me prendes, no me hagas bajar la calentura.
Trata de acercarse nuevamente a mi boca.
—Eso es mentira. Nunca intercambiamos palabras —lo decía por cuando estábamos en la preparatoria—, no hagas como que te gusto o que te importo.
De pronto se pone serio.
—¿Sabes por qué entré? —lanza la pregunta mirándome a los ojos, pero rápidamente agrega—: Por ti.
‹‹¡¿Qué?!››
—¿De que mierda estás hablando?
—De ti.
Niego con la cabeza. No, no, no. Eso no puede ser cierto. No...
‹‹¡¿Por mí?!››
—¿No estás drogado? —suelto rápidamente. Cuando recuerdo que momentos atrás, lo había visto a través de la ventana, caminar de un lado a otro y que eso me había parecido raro.
Quería que esto fuera cierto. Quería que no me estuviese mintiendo. Ya que al parecer él era muy bueno en eso.
————
¡Esperen!... ¿Dexen entró a la preparatoria por Mika?, ¿Pero si ni la pelaba?Espero que les haya gustado el capítulo!! 😅😘
ESTÁS LEYENDO
DEXEN -(Un Amor Tóxico) [+18] © COMPLETA✅
Teen Fiction"Todo tiene un inicio, y todo tiene un final." NOVELA JUVENIL [12/3/20]