—Chicos, quiero el trabajo para el lunes —mencionó, la profesora Rita, al terminar de escribir en la pizarra—. Tienen tres días. Así que no quiero excusas.La mayoría de los alumnos en el aula se empezó a quejar.
Observé a mi alrededor. Había cinco filas de pupitres ocupadas por mis compañeros. Yo estaba situada en la de en medio, dos pupitres delante de mí y otras dos atrás.
Entonces, lo vi. Él tenía la vista fija en mí. Lo miré por unos segundos. Y como siempre, él estaba situado hasta en la esquina de la derecha. En la mañana lo vi entrar. Estaba vestido con un jean ajustado, una playera blanca, encima una camisa con cuadros negros y rojos, y tenis blancos. Su cabello comenzaba a crecer centímetro a centímetro, cuando llegó; hace apenas un mes. Se notaba que recientemente se había hecho un corte. Y desde la primera vez que lo vi, me pareció el chico más guapo. Y cada que tenía la oportunidad de observarlo, pues no la desaprovechaba. Sin embargo, esta vez, él me estaba mirando. ¡Me estaba mirando!, Y es la primera vez que hacemos contacto visual.
Apenas hace dos meses había empezado el último año de preparatoria. Y haber estado en casa había sido un completo infierno. A veces odio a mi madre por hacerme pasar por esto. Odio el día en que se casó con Mark. Odio a Mark Holzer.
¿A veces me pregunto, cómo sería mi vida, si papá no se hubiera ido tan pronto?
Todo se fue a la mierda desde que él se fue.
Lo extraño tanto.
Los extraño demasiado.
—¡Mika! —alguien mencionó mi nombre. Sacándome de mi ensimismamiento.
—¿Eh? —emití, volviendo la cabeza hacia la puerta.
—¿Vas a quedarte ahí sentada todo el jodido día o qué mierda?
—No —contesté rápidamente.
—Pues entonces ¿vamos, qué esperas?
Observé nuevamente a mi alrededor, y ya no había nadie. Volví la cabeza hacia la pizarra. Joder, no había copiado nada. Era la única persona sentada en medio del aula. Mi amiga Laila estaba justo debajo del marco de la puerta. Tomé mi libreta y mi mochila, me dirigí hacia la salida.
—Vamos —le dije, cuando la alcancé y me adelanté hacia los pasillos.
—¡Hey, espera! —mi amiga corrió hacia mí— ¿Puedes ir más lento?
Me detuve.
—¿No tenías prisa por irte? —objeté.
—Si quieres quedarte, hazlo —se adelantó.
Entonces corrí tras ella.
—Disculpa. Estaba pensando en mis papás.
—Discúlpame tu a mi.
—No pasa nada.
—¿Cuándo hacemos la tarea? —preguntó.
Por lo que alcancé a leer en la pizarra. La tarea era sobre unas preguntas acerca de la reproducción humana. Sin embargo, no la copié.
—No sé, ahora eso no me interesa.
—Yo creo, que si ésta vez tampoco la hacemos, la profesora ya no nos va a regalar puntos.
—Pues me importa una mierda.
Mi amiga y yo, nos juntamos la mayoría de las tardes en su casa, supuestamente para hacer tareas. Pero realmente no hacíamos nada, solo matábamos tiempo en ver películas y series. Bueno, creo que si lo hemos hecho un par de veces, aunque fuese un trabajo individual, como en ésta ocasión, la hacemos juntas, como si fuera un trabajo en parejas.
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DEXEN -(Un Amor Tóxico) [+18] © COMPLETA✅
Ficção Adolescente"Todo tiene un inicio, y todo tiene un final." NOVELA JUVENIL [12/3/20]