Interno

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Le había pedido a Ichigo que tocara y cantara algo para mí. Aquella conversación con Kisuke-san continuaba inquietándome y lo único que me tranquilizaba era pasar el tiempo con mi amigo. Solamente habían transcurrido un par de días desde la pelea con el Den, pero Ichigo ya estaba totalmente recuperado; en verdad, los poderes de Orihime-san eran increíbles.

《Por más que le supliqué y le reñí, Kisuke-san ni siquiera quiso darme una pista acerca de la identidad de mi padre》, pensé con frustración, intentando dejarme llevar por la suave melodía que Ichigo tocaba y cantaba.

Cuando se lo pedí, se mostró un poco tímido al principio; pero accedió tras un rato de insistencia. 

---¿Por qué no salimos a dar un paseo? ---sugirió Ichigo luego de un par de canciones---. No podemos quedarnos encerrados aquí todo el día. Vamos, te mostraré la ciudad.

---Está bien ---acepté con una sonrisa.

Visitamos diferentes sitios en la ciudad, divirtiéndonos bastante en cada lugar al que fuimos. Terminamos por sentarnos a observar la puesta del sol en la orilla del río, cuyas aguas apacibles brillaban con los últimos reflejos del astro.

---¿Hay algo que te preocupe? ---indagó Ichigo, viéndome con la certeza de que así era dibujada en el rostro.

---Sí. Kisuke-san sabe quién es mi padre, pero se niega a decírmelo ---confesé con la cabeza baja, la tristeza me oprimía el pecho.

---He aprendido con el tiempo que todo lo que hace Urahara-san, tiene un buen motivo detrás ---dijo él con los dedos entrelazados tras la cabeza, mirando en dirección al horizonte.

---Lo sé ---musité, cerrando los puños sobre mi regazo---. Pero aún así...

---No te preocupes ---replicó Ichigo, acercándose a mí y tomándome suavemente por el mentón para hacer que lo mirara a los ojos---. Estoy seguro de que te lo dirá cuando llegue el momento.

Su rostro se acercó más al mío antes de que me diese cuenta. Apenas tuve ocasión de lucir un pequeño rubor en mis mejillas cuando noté que nuestros labios chocaban voluntariamente. Manteniendo su boca levemente separada y suave sobre la mía, inició un movimiento cadencioso con poca presión. Pasó una de sus manos por la parte posterior de mi cuello y colocó la otra alrededor de mi cintura, inclinándose hacia mí hasta rozar mi cuerpo con el suyo. La sensación que tuve en aquel momento me resultaría imposible de describir. Mis sentimientos variaban en una amplia gama que comprendía desde sorpresa, ternura, temor, dicha... hasta algo más profundo. Sentir sus dedos sobre mi nuca me producía la impresión de una agradable electricidad recorriendo mi espalda. Sobre todo, sentía calor. Todo mi cuerpo ardía. La situación era casi mágica. Mi primer beso había sido forzado; un recuerdo desagradable que rehusaba traer de vuelta a mis memorias. Nunca imaginé que un verdadero beso fuera capaz de incentivar en mí todo un cúmulo de maravillosas sensaciones sin par.

---Ichigo... ---murmuré en cuanto se hubo separado de mí.

Él se apartó rápidamente con el rostro colorado, como si se percatase en aquel momento de lo que estaba haciendo, y supe que iba a excusarse.

----A... Amaya ---balbuceó nervioso---. Yo....

La frase murió en su garganta. Un gran reiatsu desconocido fue percibido por ambos, obligándonos a enfocar nuestra atención en la persona que ahora se hallaba a nuestras espaldas.

---¡Tú! ¡Eres igual al cabrón que atacó a Amaya! ---exclamó Ichigo al voltear a verlo, valiéndose de su insignia de Shinigami Sustituto para tomar su forma espiritual y poniéndose en guardia rápidamente con su zanpaku-to en la mano.

Melodía salvaje, lluvia nocturna [Bleach- Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora