Melodía salvaje, lluvia nocturna [Bleach- Fanfic]

Retrocede el péndulo (II)

Se suponía que era un día de fiesta, pero se cubrió con el color de la muerte.

---La boda fue muy linda, abuelo ---comentó una ya adolescente Amaya, pues ambos regresaban de la ceremonia matrimonial que unió a Shiba Kaien a una elegante y generosa mujer de nombre Miyako.

---Lo fue, cariño ---dijo Nenji en un tono ausente, pareciendo preocupado por algo.

Habían decidido recorrer a pie un camino poco frecuentado para respirar el aire puro que provenía del cercano bosque; no obstante, aunque sus guardaespaldas no se hallaban lejos, Nenji sentía un pesado aire de inseguridad cerniéndose a su alrededor. Sus sentidos se habían agudizado desde que se convirtiera en capitán de la Tercera División cinco años atrás, cargo que había aceptado solo de manera provisional debido a su avanzada edad. Pronto descubriría que no estaba equivocado.

Un grito de dolor a sus espaldas disparó todas las alarmas reflejas de su cuerpo. Se volteó rápidamente, solo para ver cómo sus cuatro guardaespaldas caían, mortalmente heridos por enormes y sanguinolentos tajos en sus espaldas. Ante los ojos espantados de Amaya y furiosos de Nenji, aparecieron diez hombres enmascarados y armados con katanas.

---¡En el nombre del Clan Isamu y de Isamu Kazue-sama, hemos venido a tomar la vida de la princesa Katsumi Amaya! ---anunció el más alto de aquellos hombres envueltos en capas negras.

---¡¿Qué...?! ¡¿Por qué?! ---cuestionó la chica con expresión asustada, retrocediendo un paso y llevándose una mano al pecho sin entender qué pasaba; que ella supiera, jamás había hecho algo que pudiese ofender al Clan Isamu.

---¡Retrocede, Amaya! ---exigió Nenji en un tono que no admitía réplica, posicionando sus manos al frente---. Hado #58: ¡Tenran!

El torbellino lanzó a varios de los atacantes a los árboles cercanos, por lo que el anciano aprovechó la oportunidad para desenvainar su zanpaku-to e intentar usar su shikai; empero, sin que ninguno de los atacados se lo esperase, una nueva horda de asesinos surgió de entre los árboles y se arrojó sobre Amaya. Los muchos años de Nenji le pesaron más que nunca en ese momento; apenas tuvo tiempo de usar un shunpo para colocarse frente a ella. Recibió un tajo en el pecho; otra katana le perforó el vientre y escupió sangre, cayendo al suelo casi sin aliento.

---¡¡Abuelo, no!! ---vociferó Amaya ahogada en lágrimas; sus piernas se quedaron sin fuerzas para sostenerla y cayó de rodillas junto a ese cuerpo cuya vida se escapaba lenta, pero inexorablemente.

--Ca... Cariño... Prométeme que nunca... nunca... te acercarás a Aizen Sosuke ---balbuceó el anciano ya sin brillo en los ojos, al tiempo que su nieta le tomaba una débil mano.

---Te lo prometo. ¡Te lo juro, abuelo! ¡No te mueras, por favor! ---gritó Amaya con desesperación, pero la mano que sostenía se escurrió inevitablemente de entre las suyas.

Comenzó a llorar a grandes voces, sin preocuparse por la katana que se dirigía hacia ella con intenciones asesinas. Por suerte, el golpe fue detenido por el arma de un amigo.

---Llegamos tarde, capitán ---lamentó Kaien en un tono triste, ejerciendo presión con su zanpaku-to contra la katana de su adversario para obligarlo a retroceder.

---No sabes cuánto lo siento, Amaya-kun ---musitó Ukitake, acercándose a ella para luego acuclillarse a su altura---. Nenji-san era como un hermano para mí. Sabía que se estaba tramando un atentado contra tu vida y nos pidió que investigáramos, pero... fuimos demasiado lentos.