Me encontraba sentada en la sala de reuniones de los Espada, aunque estaba sola tomando un té. O eso pensaba. Cuando alcé la vista para dejar mi taza con té sobre la alargada mesa, vi que las puertas del salón se abrían y por ellas entraban algunos de los Espada, los cuales se acercaron despacio a mí.
---Oh, la pequeña princesa parece algo solitaria ---expuso el que parecía más atrevido con voz siseante y una amplia sonrisa cínica distendiendo sus labios; si no recordaba mal, se trataba del Quinto Espada---. ¿Quieres un poco de compañía?
Acercó una de sus largas y delgadas manos a mi rostro y sujetó mi barbilla con poca delicadeza mientras me observaba con su único ojo descubierto, el cual solo reflejaba una lascivia que me revolvió el estómago y me hizo emitir un gruñido de protesta por lo brusco de su agarre.
---Yo que tú no haría eso, Nnoitra ---El que le advirtió fue Grimmjow, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta---. Esta mujer no es ninguna debilucha.
---¡Ja! Seguro que le tienes miedo porque te pateó el culo en el mundo humano. ¿Verdad, Grimmjow? ---repuso con acento irónico el aludido.
---¡Que te den, imbécil! ---gruñó Grimmjow con su típica expresión alterada.
Sin embargo, su advertencia no era en vano. Hastiada del trato que me estaba dando aquel imbécil, lo tomé por la muñeca de la mano que me sujetaba en un agarre de hierro y, apartándolo de mí, lo zarandeé en el aire y lo estampé contra la pared más cercana, que se agrietó en la forma del arrancar por la fuerza del impacto.
---¡Je! Bien merecido por capullo ---espetó Grimmjow, riéndose a carcajadas---. ¡Eh, mujer! ---gritó al mirarme---. ¡Quiero la revancha!
---Puedo concederte una pelea, pero no prometo que sea la revancha ---acepté con una sonrisa.
---¡Eso está bien para mí! ---exclamó con una amplia sonrisa desafiante.
---Debo prepararme. ¿Alguien tendría la amabilidad de llevarme a mi habitación? ---indagué, observando a las demás personas presentes en la estancia en busca de alguna ayuda---. Las Noches es muy grande y aún no me oriento bien por todos estos corredores.
---Uhh... Ulquiorra no está, así que supongo que me toca a mí ---dijo el hombre de cabello castaño con los ojos cerrados, rascándose la parte superior de la cabeza; lo recordé, era la Primera Espada.
---Muchas gracias, Starrk-san ---dije con una sonrisa cálida, a lo que su expresión de aburrimiento varió en intensidad, tal vez mostrando sorpresa por mi repentino agradecimiento.
Me guió a través de los laberínticos pasillos del palacio hasta llegar a mi estancia. Nada más abrir la puerta y entrar, de mis labios escapó un sonoro suspiro de angustia.
---¿Qué pasa? ¿Deseas alguna otra cosa, Amaya-san? ---averiguó Starrk-san, mostrando cierto interés al notar mi inusual reacción.
---No te preocupes, Starrk-san, es solo que yo... Siento que he vuelto a caer en los abismos de la soledad ---respondí, otorgándoles la libertad a mis verdaderos sentimientos---. Sé que no debería sentirme sola; que las personas a las que amo siempre están conmigo, aún sin estar presentes. Pero, no puedo evitarlo. Este miedo a la soledad no es más que mi constante temor a perderlos.
---Soledad, ¿eh? ---repitió el Espada, dirigiéndome una mirada intensa muy diferente a las anteriores---. Créeme, lo comprendo mejor que nadie. Yo también estaba solo en este lugar desolado. Nadie podía acercarse a mí, porque ningún hollow era capaz de soportar mi reiatsu. Esa fue la razón por la cual me uní a Aizen-sama: para tener compañeros tan fuertes como yo.
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Melodía salvaje, lluvia nocturna [Bleach- Fanfic]
FanfictionTras convertirse en Shinigami Sustituto en circunstancias inesperadas, Kurosaki Ichigo ha decidido ir al rescate de Kuchiki Rukia, la shinigami a quien debe esos poderes que le permitieron salvar a su familia y que ahora ha sido condenada a muerte p...