Palacio

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Llegamos a mi hogar al filo de la medianoche. Tenía los ojos cerrados, pues me faltaba la fuerza necesaria para mantenerlos abiertos; pero la tensión mental me impedía dormir y podía escuchar perfectamente todo lo que las personas a mi alrededor decían.

---Kurosaki, ¿qué fue lo que pasó? ---indagó Ishida-san en voz baja.

---¿A qué te refieres? ---replicó Ichigo sin dejar de caminar.

---Pues, llegaste con Amaya-san y ella solo traía tu shikakusho encima. ¿Qué sucedió?

---Ese cabrón que la secuestró intentó violarla.

---¡Qué repugnante! Ese tal Isamu Kazue del que nos hablaste es verdaderamente despreciable.

---Es un pedazo de mierda.

---Lo que me preocupa es el reiatsu de Amaya-san. Antes era poco perceptible, pero ahora es realmente débil. Ese sujeto debe haberle hecho algo más.

---Así es ---confirmé sin abrir los ojos---. Isamu Kazue activó el sello Sorano una vez más para drenar mi reiatsu y mi energía vital. Quiere robar mis poderes.

---¡Amaya! ¿Nos estabas escuchando? ---cuestionó Ichigo con un pequeño sobresalto en la voz, a lo que yo murmuré una afirmación.

---Pero eso que dices es muy grave, Amaya-san ---reflexionó Ishida-san, notoriamente alarmado.

---Estoy bien, no se preocupen. En cuanto el sello se rompa, mi reiatsu y toda mi energía regresarán ---susurré con calma---. Confío en que Kisuke-san logre deshacerlo pronto.

---Hemos llegado ---le oí anunciar a Yoruichi-sama, quien conocía bien mi palacio.

---¡Quítale las manos de encima a Amaya-sama, Shinigami Sustituto! ---exigió una voz bien conocida por mí desde la puerta entreabierta del palacio.

---¡Leiko-san! ---exclamé, abriendo los ojos en el impulso que me daba la alegría de verlo.

---¡Amaya-sama! ---dijo emocionado mi servidor, yendo a mi encuentro---. ¡Por fin ha regresado!

---¿Quién es ese? ¿Un ninja? ---inquirió Ichigo de una manera que se me hizo muy cómica, seguramente refiriéndose al traje negro que cubría hasta la nariz al estilo shinobi que usaba Leiko-san.

---No, él es Natsuki Leiko, uno de los más antiguos y leales servidores de mi familia ---lo presenté al tiempo que este me tendía los brazos---. Por favor, Leiko-san, pídeles a las empleadas que  preparen siete habitaciones para mis invitados y un buen baño para mí. Me siento sucia, necesito bañarme.

---A la orden, señora ---dijo Leiko-san, haciendo una solemne reverencia antes de partir raudo de allí.

---Creí que me habías dicho que ese maldito no llegó a hacerte nada ---musitó Ichigo, viéndome de manera significativa.

---Nada peor, pero sí logró manosearme un poco ---susurré con vergüenza---. Sentí mucho asco en aquel momento.

---¡Degenerado! ---masculló Ichigo, había verdadera ira en sus ojos.

---Entremos ---indiqué, por lo cual todos nos abrimos paso hacia el interior del palacio.

---¡Qué hermoso lugar! ---exclamó Orihime-san entusiasmada, observando con atención todo a su alrededor.

---Siéntanse como en su casa ---ofrecí.

A los pocos minutos, unas empleadas acudieron para llevarme al cuarto de baño y algunas más indicaron a los chicos cuáles iban a ser sus aposentos. Mientras ellos se instalaban en sus respectivas estancias, yo tomaba un relajante baño de tina con espuma y aceites esenciales, ayudada por las empleadas. Le pedí a una de ellas que fuera a devolverle el shikakusho a Ichigo y otras cuatro me ayudaron a vestirme con un cómodo camisón de dormir. Cuando me dejaron en mi habitación y se retiraron para que pudiera descansar, reuní fuerzas para escurrirme por mí misma hasta la alcoba que, según supe, se le había asignado a Ichigo.

Melodía salvaje, lluvia nocturna [Bleach- Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora