Como lo esperaba, cuando volví a la mansión, todos se hallaban preocupados buscándome.
---¡Amaya! ¡¿Dónde carajos estabas?! ---me reclamó Ichigo, yendo hacia mí a toda prisa nada más verme cruzar el umbral de la puerta---. ¡¿Sabes la hora que es?! ¡Todos nos dividimos en grupos hace un rato para salir a buscarte!
---Nee-san, ¿qué sucedió? ---indagó Rukia-chan, acercándose a mí de igual forma---. Temíamos que los hombres de Isamu Kazue te hubiesen atacado. Es como Ichigo dice. Ahora mismo, los demás están buscándote por los alrededores y nosotros regresamos a la casa por si volvías.
---Lo siento mucho ---susurré, agachando la cabeza con vergüenza en la mirada---. Me distraje y se me hizo tarde. No quería preocuparlos. Discúlpenme, por favor.
---No te preocupes. Es otro el que debe pedir disculpas ---dijo Ichigo, dirigiéndole una acusadora mirada a Byakuya-sama a través de la puerta abierta del balcón, donde este se encontraba disfrutando de la fresca brisa nocturna.
Como era su costumbre, ni se inmutó ante el comentario hasta que decidí salir al balcón a comprobar si la noche estaba en verdad tan oscura como me había parecido antes.
---¿Por qué sigues aquí, Byakuya-sama? ---indagué con seriedad, clavando la mirada en las densas tinieblas que nos circundaban---. ¿No tienes deberes pendientes como capitán y líder del Clan Kuchiki?
---No podía marcharme sin decirte una cosa ---afirmó imperturbable, sin mirarme ni siquiera de reojo---. Me disculpo por lo que te dije esta tarde. Fue algo incorrecto.
---Kuchiki Byakuya pidiendo disculpas. Esto debe ser una señal del Apocalipsis.
---No te lo tomes a broma. Además, no es tan raro. Le pedí disculpas también a Rukia aquella vez, ¿recuerdas?
---Es cierto. Fue algo honorable de tu parte. Olvida eso. En lo que a mí respecta, estás perdonado.
Después de despedirlos tanto a él como a Rukia-chan y tomar un breve baño, me retiré a mis aposentos sin siquiera cenar. Estaba muy agotada y sin apetito. Seguía dándole vueltas en mi mente a lo que había ocurrido junto a la tumba de Kaien-dono, pero no lograba encontrar una explicación plausible. El sujeto misterioso, sus acciones y, sobre todo, sus enigmáticas palabras, no paraban de perturbarme. Y aquel reiatsu tan extraño...
Estaba acostada en la cama con los ojos fijos en el techo y un antebrazo sobre mi frente, perdida en esos pensamientos, cuando escuché que tocaban a mi puerta.
---Amaya, soy yo ---se anunció la voz de Ichigo desde el otro lado---. ¿Puedo pasar?
---Sí, adelante ---concedí, incorporándome del lecho para quedar sentada en él y arreglando un poco mi desordenado camisón.
La puerta se abrió, dando paso al joven, quien se adentró en la habitación con paso algo inseguro.
---Koto me dijo que no cenaste ---dijo, acercándose a mí---. ¿Te sientes bien?
---No pasa nada ---contesté, poniéndome de pie---. Es solo que estoy un poco cansada ---Llevé una mano hacia su cabeza y palpé sus cabellos con suavidad y gusto---. Deberías dejarte crecer un poco esa hermosa cabellera que tienes, ¿sabes?
---¿En serio? ---indagó con las mejillas coloreadas de rojo, juntando las cejas y frunciendo los labios en un gesto de escepticismo.
---¡Es verdad! ¿Nunca te habían dicho que tienes un cabello hermoso?
---La verdad... Solo he recibido burlas y golpes por mi color de cabello.
Ver el brillo triste en su mirada despertó un sentimiento de furia en mí.
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Melodía salvaje, lluvia nocturna [Bleach- Fanfic]
FanfictionTras convertirse en Shinigami Sustituto en circunstancias inesperadas, Kurosaki Ichigo ha decidido ir al rescate de Kuchiki Rukia, la shinigami a quien debe esos poderes que le permitieron salvar a su familia y que ahora ha sido condenada a muerte p...