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-Hay fiesta en mi casa, ¿vienen?

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-Hay fiesta en mi casa, ¿vienen?.

Liam le preguntó a G, con sus labios pegados en su oído. La abrazaba por detrás mientras nos encaminabamos fuera de la salida de los baños.

Los chicos habían ganado, y estaba emocionada todavía por el último segundo de decisión. Estaban empatados, y Harry había anotado un touchdown justo en el momento indicado.

Devon había enfurecido, y aventó el casco con fuerza sobre el césped. No le presté mucha atención porque no quería tener que hablarle. No tenia ganas de escuchar su crítica sobre mi apoyo a los chicos.

Así que había corrido lejos con G y Jeff una vez que las puertas de las gradas fueron abiertas y pudimos correr dentro.

-Claro -. Le sonrió antes de mirarme -. ¿Vienes?.

-No, chicos. Gracias por la invitación, pero tengo examen mañana.

No explique mucho más porque ellos ya sabían el resto. Jeff soltó una mueca bastante evidente y me observó con reproche, pero no dijo una palabra al respecto. Raro en el. Era parlanchín.

-Nunca vas a fiestas -. Intento nuevamente la pelirroja.

-Seguramente Louis se emborrachara, y es su mejor estado -. Bromeo su novio, con persuasión.

-¡Eh, cabron! -. Defendió el ojiazul con falsa indignación.

Sonaba tentador, pero ya había disfrutado lo suficiente. Estábamos en exámenes finales y no iba a exponer mis notas de esa manera.

Mis padres me matarían.

-Lo lamento, será otro día.

Hice una mueca.

G suspiro sonoramente y desvió la mirada, cansada y un poco molesta. Siempre era lo mismo, asi que la dejé tranquila hasta que se le pasara.

-¿Tienes como irte?.

-Si, Harry. Graci..

-¡Alex!.

Me sobresalte cuando una mano me sostuvo del brazo con fuerza e impidió que siguiera caminando junto a los chicos. Gire la cabeza casi como la chica del exorcista, molesta por tal arrebato y lista para discutir, pero me di cuenta que era Devon.

Su mirada furiosa inspeccionaba la mía y cambiaba a los chicos detrás de mí. Estaba molesto. No. Furioso. Podía notar como apretaba la mandíbula y sus ojos miel estaban más oscuros de lo normal.

-¿Necesitas algo?.

Ya no escuchaba los pasos de ellos, sabía que estaban observando atentos la escena.

-¿Que si necesito algo?, bueno, si -. Río con ironía. Su aliento chocó con mi rostro y en ese instante me di cuenta que estábamos demasiado cerca, así que di un paso atrás con la intención de soltarme de su agarre, pero no tuve éxito - ¿me puedes explicar qué haces aquí con ellos?.

SUNFLOWER • h.s Donde viven las historias. Descúbrelo ahora