Destiny
Era un nombre bastante controversial para una discoteca, teniendo en cuenta que muchas personas iban allí a emborracharse y, literalmente, dejar que el jodido destino hiciera de las suyas.
¿Yo?, daba cortos sorbos a mi cerveza mientras que observaba como idiota a Harry reírse por algo que Liam había dicho. Ni siquiera estaba prestándole atención a ellos.
Despues de la noche tan maravillosa que había pasado con Harry el día anterior, dudaba que muchas cosas tuvieran algún tipo de sentido para mí. Me sentia tan jodidamente fuera de mi; sentía que seguía flotando en la nube de Harry, y para ser honesta no quería bajarme de ella.
Al despertarme el seguía a mi lado. Su brazo estaba alrededor de mi cuello, y mi cuerpo plantado casi sobre el de él. Mi rostro pegado a su pecho me dejaba una perfecta audición de sus latidos, y mi corazón había saltado en descontrol al escuchar el suyo; un sentimiento que me preocupó, pero que también me alertó felizmente que aquello no era un simple pasatiempo.
Me gustaba mucho Harry. Me gustaba sentir lo que sentía por el. Me gustaba someterme a su nombre sin dudarlo.
Para cuando ambos estuvimos despiertos nos sonreímos por media hora, que en realidad parecieron diez minutos. Necesitaba más. Sin embargo, Louis entró como si esa fuera su habitación y, literalmente, botó la excusa de que en un principio el había escogido esa como suya y que debíamos agradecer que nos había dado la noche para hacer nuestras cochinadas.
Por supuesto, nos ordenó cambiar de habitación porque según él, no quería dormir donde habían bebés de Harry regados.
Pero eso no tenia sentido porque no había ninguno en realidad.
Había tenido la intención de hacerlo. Quería demostrarle que yo también podía y quería hacerlo sentir bien de esa manera, pero ciertamente me encontraba agotada. Claro, eso no se lo dije, pero el pareció leerlo en mis ojos porque su expresión tranquila y suave al decirme que podíamos hacerlo después fue genuina, comprensiva y llena de cariño.
Harry no dejaba de sorprenderme.
Habiamos pasado parte de la mañana y toda la tarde juntos; nos metimos al lago juntos, también. Reímos con los chicos. Bromeamos entre ambos. Nos lanzamos miradas cómplices.
Me sentia una nena de quince años enamorada, todo eso causaba Harry. No podía pedir nada más por el momento. Me sentia plenamente feliz.
-¿Que tanto me miras?.
La voz baja de Harry me sacó de mi análisis sobre el, aunque claro, yo siempre estaba haciendo eso; mirandolo. Podía decir que era mi pasatiempo favorito.
Le sonreí tímida por su hallazgo.
-Nada en específico - levantó las cejas divertido. Sentia mis mejillas arder y mi cuello también - solo me gusta observarte.
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SUNFLOWER • h.s
Hayran KurguGirasol; Mis ojos te quieren más que a una melodía. Déjame entrar. Ojala pudiera conocerte.