Una semana después...
Siete días que fueron cortos para ellos, pero muy importantes para los cachorros y su crecimiento, donde su amor tomó un giro distinto.
La mañana siguiente de su muestra de amor, de la primera vez que se convirtieron en uno y del lazo formado, fue la más feliz para ambos. Cuando el menor abrió los ojos, una sonrisa se posó en mi rostro y, aunque siempre se despertaba en los brazos contrarios, esta vez era diferente porque Jungkook lo había marcado e inevitablemente sentía esa poderosa necesidad de sentirlo cerca. Cuando el mayor despertó, se trepo sobre él. Lo volvieron a hacer en la mañana y en la noche, sin despegarse en todo el día ni salir de su burbuja de amor. Todavía estaban marcados los besos que Jungkook había dejado en su piel mientras murmuraba lo hermoso que era y cuánto lo amaba, porque esas palabras no faltaron nunca en toda la semana; Te amo.
El primero en ver la marca había sido Jimin y por supuesto lloro de felicidad como si fuera propia, porque había algo que amaba el omega y era ver a sus amigos felices. Luego toda la universidad fue testigo de cómo Jungkook por fin había decidido marcar al omega, algunos poniéndose contentos, otros disconformes y otros demasiados centrados en sí mismos como para notar a la pareja.
Todo había marchado bien en la semana, se levantaban para ir a la universidad, pasaban el día un poco separado y después volvían a casa, había días que Jungkook pasaba las tardes con Seokjin y Yoongi con Jimin, pero la noche era solo de ellos dos. Se metían en la cama y se contaban cosas del día y de las clases, a veces Jungkook se concentraba en la marca, haciendo que Yoongi suspirara y ronroneara. Los cachorros parecían dormidos, sintiendo que no era momento de molestar a sus padres, creciendo silenciosamente y causando que la panza comienza a pesar.
El viernes había amanecido frío y doloroso para Yoongi, sintiendo su espalda pasarle factura del peso que había comenzado a cargar. Sus ojos se llenaron de lágrimas al sentir punzadas de dolor en su cuerpo, sabía que sus bebés estaban bien y eso logró no asustarlo, pero vaya que dolía. Jungkook seguía durmiendo a su lado y no sabía cómo avisarle ya que ni siquiera podía hablar, solo llorar. Los lobos se comunican entre ellos y lograron hacer que el alfa se despertara de sus sueños, aunque se asustó al encontrar su remera mojada y el rostro de Yoongi lleno de lágrimas.
—¿Amor...? —Jungkook susurro sin saber qué hacer. Una de las manos de Yoongi se encontraba en su espalda y otra en su vientre, entonces el primer pensamiento que llegó a su mente fue que algo les sucedía a sus cachorros. —¿Qué sucede, qué hago?
—D-Duele...—Logró susurrar señalando su espalda. El dolor comenzaba a inmovilizarlo, hundió su cabeza en la almohada y lloró tranquilamente en ella. Jungkook se levantó de la cama y se sentó detrás de Yoongi para reemplazar la mano del menor con la suya.
—Tranquilo, cachorro, ya va a pasar. —Mientras Yoongi lloraba, el alfa colocaba su boca sobre la marca para distraer al omega y hacer que el dolor fuera menos, sin dejar de acariciar la zona y dejar pequeños masajes. Estaba contracturado y la posición en la que había dormido no lo ayudaba, además del peso que cargaba ahora. Esta era la primera vez que iba a pasar, Yoongi comenzaba a necesitar cuidados específicos. —Creo que vamos a tener que avisar en la universidad que vamos a terminar la carrera desde casa, debo cuidarme más a partir de ahora.
Yoongi no dijo nada, el alfa tenía razón y si quería cuidar de su pequeña manada, debía quedarse en casa para que nada sucediera. Dejó que Jungkook pensara en esas cosas y se dedicó a disfrutar de las caricias que estaba recibiendo, disminuyendo el dolor.
Y así empezaba la nueva etapa en sus vidas.
—*—
Ambos chicos se tomaron un ratito para avisarle a todos las nuevas noticias. Seokjin se mostro super solidario con Jungkook al saber la nueva situacion, ofreciendole inmediatamente la opcion de que trabaje desde casa para poder cuidar a Yoongi mas tiempo. El que se puso triste ante la idea fue Jimin, lamentando no ir a la universidad juntos y prometiendo ir a visitar a su amigo todos los dias.
Luego se encaminaron para el hogar Min, ansiando un poco de aire fresco y comida de mama. El tiempo se fue en una tarde tranquila, para cuando llegó la noche se trasladaron al salón donde decidieron tener una charla tranquila. Jungkook era el que más hablaba con los mayores, mientras que Yoongi dormitaba sobre su regazo, cerrando sus ojos y dejando que el sueño invadiera su cuerpo. El alfa cuido de él con caricias y sin levantar la voz, para que el pequeño descansará. Había sido un día duro para Yoongi, viéndose imposibilitado por primera vez de hacer muchos movimientos.
—Recuerdo que la última semana antes de que naciera mi panza se había puesto dura y no podía ir a ningún lado sin sentirme mal, debí guardar reposo. —Contó la señora Min en susurros, mirando con amor a su hijo. Jungkook asintió, sabía la historia de cuánto les costó tener a Yoongi y cuidar de él. —Mi pequeño está creciendo muy rápido...
—En este tiempo cambió muchas cosas de cómo era. —El alfa no despegó la mirada de su pareja mientras les contaba a los padres de esta el como Yoongi había madurado desde la noticia. —Nuestras charlas siempre eran de como ninguno de los dos se sentía preparado para formar una familia, pero ahora se la pasa viendo videos y leyendo libros diciendo yo seré mejor...y si lo será, esos cachorros no pueden tener un mejor padre.
—A veces te sentís preparado con la persona correcta, ustedes serán grandes padres juntos. Siempre juntos de tan chiquitos y ahora son dos hombres grandes, me llenan de orgullo. —El señor Min habló con sinceridad hacia su yerno. —No dudo que cuidarás de él. —Jungkook asintió.
—Siempre lo hice.
Cuando el reloj marco las diez de la noche, decidieron volver a casa para cerrar con el dia de una buena vez. Se despidieron entre abrazos y besos, prometiendo una pronta visita. La pareja enamorada se tomo de las manos y emprendio camino, hablando de lo que desayunarian la mañana siguiente —Obviamente que un omega antojado saco el tema—.
—¡Jungkook! —La risa de Yoongi llenó el pasillo del edificio, haciendo que muchos se preguntaran de quien era tan hermosa risa desde el interior de sus hogares. —Basta, estamos molestando. —Sin hacerle caso, el alfa siguió con sus cosquillas en uno de los laterales del cuello. El menor se tapaba la boca para tapar su risa, fallando exitosamente.
Así como estaban, abrazados y riendo, se adentraron a su departamento para seguir la pequeña fiesta. Por suerte, Yoongi se había comenzado a sentir mejor que en la tarde y su ánimo lo demostraba. Jungkook estaba contento de volver a verlo con una sonrisa en la cara, era una de las cosas que más le gustaba y si él era el causante de ellas mucho mejor.
—¿Queres que vayamos a la cama y te doy unos besos, así te relajas? —Yoongi asintió inmediatamente. Quería sentirse consentido y Jungkook hacía mucho más que eso, lo hacía sentir amado con sus caricias y sus besos llenos de cariño. Una de sus cosas favoritas era llegar a la casa solamente para que Jungkook lo pusiera en su regazo y lo besara hasta la hora de la cena.
—¿Podríamos ver una película también? —Pregunto con ilusión, en el día de ayer habían estrenado una de dibujitos que quería ver con su pareja y al parecer esa noche era la ideal.
—Lo que quieras, mi amor. —Cuando sus labios estaban a punto de tocarse, el timbre del departamento sonó. El alfa extrañado, ya que era tarde y ninguno de sus amigos había llamado para avisar de una posible visita, le pidió al omega que retrocediera unos pasos detrás del mientras se dirigía a la puerta.
—Jungkook...—Susurro Yoongi, tomando su mano entre las propias porque tenía miedo. Estando los dos en alerta, abrieron la puerta juntos, Yoongi ocultándose detrás del alfa. Pero la preocupación se convirtió en incertidumbre cuando frente a sus ojos apareció Jung Hoseok.
—Hola, ¿Podemos hablar?
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Cayendo Por Tu Amor | MYG&JJK - Omegaverse
FanfictionYoongi está en un gran problema, uno que tiene patitas y está en desarrollo. ¿Había sido tonto al dejarse engañar por ese alfa? Si, ahora estaba a punto de colapsar. Pero ahí estaba Jungkook. Él haría lo que fuera por su amigo, hasta ser papá...