Dieciseis: "...En las super malas..."

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—Ya, mamá, vayan con cuidado, pueden venir mañana. —Jungkook repitió cansado. Sus padres mostraban signos de arrepentimiento, pero lo mejor era que se vayan del hogar en ese momento. Quizá Jungkook se encontraba un poco molesto.

—No quise hacerlo...—La señora Jeon se arrepintió de entrar al cuarto cuando los ojos de Yoongi se cambiaron de color, mostrando a su omega enojado ante la alfa. Jungkook salvó la situación besando la marca y amablemente pidiéndoles a sus padres que se retiraran. Ambos adultos salieron y el señor Jeon le explicó lo que sucedía a la torpe alfa.

—Sé que no, pero cuanto más rápido se vayan podré calmar a Yoongi, por favor. Hablamos mañana, ¿sí? —Jungkook suplicó por tercera vez. La señora Jeon llevaba un puchero en sus labios, se acercó a su hijo para abrazarlo y pedir su perdón, pero su lobo todavía estaba molesto con su madre. El señor Jeon tomó la mano de su esposa y la obligó a soltarlo.

—Hasta mañana hijo, descansen. —Jungkook asintió hacia su padre y suspiró cuando por fin la puerta estaba cerrada y el departamento de nuevo silencioso.

Camino sin hacer mucho ruido hasta su habitación donde había dejado al menor luego de que su llanto se calmara, y lo encontró sobre la cama convertido en una pequeña bolita alrededor de una almohada. Podía sentir su tristeza e inseguridad a través del lazo, sabía que una de las peores cosas que podría hacer un alfa era entrar en el nido de un omega y su madre estuvo a punto de hacerlo sin ser consciente.

Yoongi estaba sintiéndose inútil por no saber proteger el nido de sus bebés.

Dejó sus pantuflas de lado y se subió a la cama, rodeando inmediatamente el cuerpo del omega. Yoongi dejó de esconder su cara en la almohada para darse la vuelta, sus ojos estaban rojos y sus mejillas llenas de lágrimas secas. Jungkook se conmovió y con sus manos secó todas esas lágrimas mientras besaba con ternura sus labios, que claramente Yoongi había mordido mientras lloraba.

—Jungkook...—Lloriqueo aferrándose a su remera. Su omega necesitaba consuelo del alfa, su calor y olor para sentirse mejor.

—Está bien, amor. Estoy acá. —Susurro envolviendolo en sus brazos, teniendo cuidado con la gran panza. Yoongi se enterró en su cuello, dejando de llorar poco a poco y sintiendo las manos del alfa consolándolo con caricias. —¿Necesitas algo?

—¿Podemos ir al nido? Necesito tu olor ahí. —Susurro. Jungkook lo tomó entre sus brazos y Yoongi río ante la cara del alfa, no seguía siendo ligero debido a las tres criaturas dentro de él. El omega beso su cuello en agradecimiento mientras lo llevaba al lugar, que todavía tenía la esencia de sus suegros.

Ambos se recostaron sobre la cama y se encargaron de marcar con sus olores cada rincón del lugar y al contrario. Yoongi se sintió mejor al sentir que sus aromas estaban mezclados, calmando a su omega. Jungkook acarició suavemente su mejilla, sintiéndose tranquilo al ver su sonrisa y que había logrado tranquilizarse.

—Te amo. —Susurro el alfa besándolo suavemente, Yoongi le dio una pequeña sonrisa. —Te amo

—Yo también te amo, alfa. 




—*—



Extrañamente no hacía frío en el departamento después de muchos días, pero lo que el omega no sabía era que el alfa se había encargado de mantenerlo caliente para él y sus pies, así no se enfermaba. Sabía que Jungkook no estaba a su lado, pero no se inquietó porque su esencia estaba cerca, quizá en la cocina o el baño.

Se sentía cálido y protegido entre las sábanas, con todos los almohadones a su alrededor y el olor del alfa envolviendolo. Pasó sus manos por su vientre y tomó unos minutos para sentir a sus bebés y consentirlos un poco el amor de uno de sus padres. Sentía como habían comenzado a adquirir movimiento, pero todavía no era el suficiente para lastimar o incomodar. Después de dos meses, estaban a solo uno de tener a sus pequeños milagros entre sus brazos, que quizá habían sido concebidos por error, pero que estaban siendo esperados con todo el amor del mundo.

Sonrío imaginando lo loco que se volvería Jungkook y su lobo cuando conociera a los cachorros, pequeños seres que venían directamente de su mayor tesoro: Yoongi. El menor sabía perfectamente qué lugar había ocupado en la vida del alfa siempre, siendo tan importante como su familia, siendo su pequeño cachorro para convertirse en su omega, la persona que amaba. Ahora habría tres personitas que requerían la atención del alfa y este se la iba a conceder encantado, volviéndose el triple de protector de lo que ya era.

Si, Yoongi quería ver esa faceta del alfa y ser parte de ella.

Pudo sentirlo llamarlo a través del lazo, preguntando si estaba despierto, a lo que no hizo falta contestarle ya que Jungkook lo supo. Dejó que el alfa fuera a su encuentro, sin salir de la calidez de las sabanas. Jungkook llegó unos segundos después, subiéndose contento de verlo despierto para saciar su necesidad de hundirse en el omega y sentir su olor, aunque estuviera por toda la casa, necesitaba sentirlo de su cuello, donde el olor de sus cachorros también se encontraban.

—Buen día, amor. —Susurro besando lento, tomando un poco con sus labios de los contrarios para profundizar, aceptando que sus lenguas se invadan. Yoongi suspiro contento, esto era mucho mejor que antes, demaciado. Jungkook beso con pequeños besos hasta el vientre del omega, sonriendo mientras acariciaba con su nariz y sintiendo pequeños movimientos. —Buen día a ustedes, pequeños, díganle hola a papá.

—¡Ay! —Yoongi exclamó al sentir un movimiento fuerte en su interior. Jungkook lo miró asustado, pero sonrió al darse cuenta de quienes eran.

—Oigan, quédense quietos que a papá le duele. —Volvió a susurrar, dejando pequeños besos donde la panza se movía. Yoongi no podía ponerse contento cuando los cachorros estaban haciendo estragos en su interior, dolía y no podía disimularlo. —Pequeños, haganle caso a papá, quietos o sino papi Yoongi llorara.

—No saben lo que es llorar, Jeon Jungkook, y si les sigues hablando es peor. —Pudo lograr decir luego de que los pequeños se quedaran quietos. Jungkook repartió un par de besos antes de volver a subir y dejarle uno en la frente al omega.

—¿Duele? No lo haré más. —Yoongi negó, dándole una pequeña sonrisa. Tomó con su mano la mejilla del alfa y besó sus labios suavemente.

—Ellos deben sentirte, esta bien mientras no me duela demasiado. Son tres, Jungkook, es inevitable que duela. —Quiso tranquilizar al alfa, pero solo logró preocuparse.

—Deberíamos ir a ver a la doctora, para chequear que todo esté bien y ya sabes, lo del parto y eso. —Susurró, frunciendo el ceño dándose cuenta que la graduación de ambos coincidiría con el nacimiento de sus hijos, aunque la primera sea una semana antes, seguramente Yoongi deba ir todavía con los cachorros en el vientre y quizá sea peligroso. El omega callo los pensamientos del alfa con otro beso, sintiendo su preocupación.

—Primero dame otro beso antes de que...—Yoongi susurro, pero fue interrumpido por el timbre. —...Tu madre llegue. —Yoongi formó un puchero, pero Jungkook lo beso, fuerte, queriendo marcar algo que ya había marcado, repartiendo su olor en el cuerpo del omega, sintiéndose repentinamente celoso de que su madre esté cerca de su omega.

Se separó sin aliento. —Le diré que vuelva más tarde.











Cayendo Por Tu Amor | MYG&JJK - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora