Quince: "En las malas..."

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Los tres estaban sentados en la sala en silencio. Habían dejado entrar al alfa para escuchar lo que tenía para decir, pero no había dicho nada todavía. Yoongi estaba nervioso acariciando su pancita y Jungkook los miraba callado, sabía que nadie iba a sacar al menor de su lado ya que había un lazo establecido, pero estaba atento a las intenciones de Hoseok.

Al final, Jung Hoseok era el padre y nadie podía negare ese derecho.

—¿Por qué estás acá? —Jungkook prefirió intervenir antes de seguir soportando el silencio, además de que mientras más rápido suceda todo, será mayor el tiempo que tendrá a Yoongi entre sus brazos. Hoseok levantó la mirada del piso y la clavó en el alfa, no sabía responder cuando ni siquiera sabía qué hacía ahí. Su cabeza había estado volviéndolo loco, sentía que su vida estaba de cabeza y debía comenzar a arreglar todo.

El primer paso era éste, resolver lo que había quedado entre Yoongi y el. Jung Hoseok no era tonto, era más inteligente de lo que todos pensaban y no había tardado en darse cuenta.

—Sé que son mis hijos, Yoongi, y vine a decirles mi decisión. —Mientras el alfa hablaba seguro, el omega sintió como su corazón se detenía debido a la revelación. Hoseok se quedó callado un momento, viendo como la pareja se había quedado de piedra, ahí lo entendió. —No me siento preparado para que me llamen papá y estoy seguro que ambos lo harán excelente. Estoy siendo completamente egoísta, pero queda claro entre los tres que esos son sus hijos, no míos. —A Yoongi le dolía, claro que sí, estaban rechazando a sus hijos frente a sus ojos. Jungkook no dijo nada, no se sentía correcto juzgar al alfa.

—¿Entonces nos estás diciendo que vas a ir en contra de tu lobo y no vas a conocer a tus hijos?

Yoongi no quería reprochar nada, pero su corazón albergaba la ilusión de que sus hijos fueran queridos por su padre biológico cuando este se enterara en algún momento y era inevitable que esa esperanza se rompiera. Aunque en su mente Jungkook estaba en ese puesto, también estaba en plena conciencia de que Hoseok tenía sus derechos, pero ahora mismo estaba renunciando a estos.

—No son mis hijos, Yoongi y sé que lo sabes. Esos cachorros son hijos de Jungkook y quiero que se quede así. —Hablo tranquilo, su corazón estaba completamente congelado. —Quiero que se queden tranquilos, estoy renunciando a todo. Ustedes son lo que estos cachorros necesitan, no yo.

Yoongi sabía que el enojo corriendo por su sistema nervioso rápidamente no estaba justificado. El alfa dijo lo que siempre espero, estaba seguro y no busco una discusión cuando fue el omega quien le oculto algo de tal magnitud como es un embarazo. No debería, pero no pudo aguantar.

—Entonces trata de guardar a tu amigo para vos, porque seguramente este no sea tu último descuido y sí, yo tengo un alfa que me apoya en todo, pero el próximo omega que dejes embarazado quizá no tenga la misma suerte que yo. —Sus mejillas se pusieron coloradas por el esfuerzo de sus cuerdas vocales al levantar la voz. —Sos egoísta, porque si Jungkook no estuviera conmigo, yo estaría solo y estoy seguro que tu respuesta sería la misma.

—No me estás entendiendo...—Hoseok se sentía frustrado al ver que sus intenciones no estaban siendo comprendidas, al sentirse atacado.

No, si Jungkook no estuviera con Yoongi, Hoseok se encargaría de que nada le faltara al menor, pero es algo que Yoongi no sabía y no se lo haría saber. Ellos estarían bien y Hoseok...también, aunque su lobo ahora mismo se había ocultado, en algún momento volvería a estar bien.

—Sí entiendo. —El omega se levantó y lo encaró—No te preocupes que a mis hijos jamás le faltará amor de sus padres y espero que a los tuyos tampoco, que te hagas cargo de tus acciones.

No pudo responderle al omega, Yoongi no quiso decir nada más y Jungkook solo los miro. En silencio, Hoseok se retiró de la casa, entendiendo el brillo de amor en la mirada de Jungkook y deseo algún día sentirse igual...

...pero no sería ahora.


—*—



Aunque el día de ayer no fue agradable del todo, despertar entre los brazos del otro hacía que cualquier cosa mala se alejara de su alrededor. Yoongi sonrió y se estiró, acercándose lo más posible al cuerpo del alfa para sentir su aroma y calidez. Los recuerdos de su relación antes de que todo sucediera siempre golpeaban su mente cuando estaba con el mayor, su relación había tenido cambios, pero eran mínimos comparando el pasado.

Antes podían pasar días separados, haciendo sus cosas hasta que el sábado llegaba para brindarles toda una tarde donde se quedaban acostados uno arriba del otro viendo alguna serie o película. Ahora lo diferente era que no había días separados, sino que se pasaban todo el tiempo alrededor del otro.

Había una marca, había cachorros en camino, todo estaba pasando tan rápido que asustaba, pero solo se sentía un paso más en su relación. Los sentimientos de Yoongi siempre estuvieron así, Jungkook siempre fue un superhéroe para él, salvándolo y mimando de los momentos malos, celebrando sus triunfos y secando sus lágrimas cuando caía. Siempre habían estado ahí para el otro, no queriendo mirar hacia otro lado que no fueran sus ojos.

Aunque lo habían intentado, tratar de entender que sucedía, de dejar de depender del otro, pero todo aquello los había vuelto a unir. Era raro decirlo, ¿la madre luna quizá quería que estuvieran juntos, cuál era su destino? Solo ella lo sabrá.

Todavía les quedaba un largo camino juntos, pasar por momentos tristes y felices, pero siempre estarían ahí para el otro.

La mañana tranquila se convirtió en un torbellino ante la llegada de los señores Jeon. Yoongi amaba la atención de sus padres y suegros, lo hacían sentirse protegido, pero si obtenía demasiado de esta atención llegaba a fastidiarse. Sumado al malestar que todavía rondaba a su lobo debido a los hechos de la noche anterior, no estaba de humor para recibir visitas.

Esto empeoró cuando la mamá de Jungkook llegó con excesiva energía y comenzó a desacomodar la cocina del omega con la excusa de que estaba demasiado desorganizada. Eso se trasladó a cada lugar de la casa y a Yoongi le temblaba el ojo de las palabras contenidas, ya que no quería hacer sentir mal a su suegra después de un largo viaje para visitarlos.

Eso cambió cuando la señora Jeon entró al cuarto de los bebés para observar el futuro hogar de sus nietos.

El cuarto de los bebés.

El cuarto de sus hijos.

Su nido.

Yoongi perdió la cordura.




Cayendo Por Tu Amor | MYG&JJK - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora