Cinco: "Si, si es con vos"

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Yoongi se separó del abrazo, sacándose las lágrimas rebeldes que se habían escapado de sus ojos y se permito observar al alfa, con las palabras dichas dentro de su cabeza. Se acordaba de esa especie de promesa tonta que se habían hecho cuando eran adolescentes, pero nunca pensó que se cumpliría realmente. En su cabeza, Jungkook siempre terminaba enamorándose de alguien mientras él se dedicaba a viajar y a auto conocerse, siendo lo lógico, ya que nadie esperaría tanto a alguien, pero la vida siempre tenía preparado un giro de trama.

Su giro iba a tener patitas y a llamarlo papa.

No importaba que pensaba sobre el futuro a los diecisiete años cuando ahora tenía veintidós y debía pensar en otras cosas, como la propuesta de Jungkook y que decisión tomaría. El alfa se veía tan decidido, como si esa mañana hubiera tenido la mejor epifanía del mundo y no habría palabras que pudiera decir para que cambiara de opinión, pero debía intentarlo. Aunque todo sonara tan bonito de la boca de su amigo, la realidad no era tan fácil y era una vida de lo que estaban hablando, ¿Qué pasaría en el futuro? Había muchas preguntas que merecían una respuesta.

—Koo...—Volvió a tomar sus manos en un gesto cariñoso, mirándolo con dulzura y miedo a la vez. El alfa acepto la caricia con alegría, pero sabía que era un consuelo más para el omega que para él. —¿Realmente estás pensando lo que decís? Decirlo no es lo mismo que hacerlo y si yo te dejo ser parte de mi vida de esa manera, ¿Qué sucederá? Siempre vas a ser mi amigo y vas a tener tu lugar a mi lado, pero ser mi alfa es mucho más. —Debía admitir que su lobo saltaba contento ante la idea, pero su parte humana se resistía a ella.

—Lo sé, pero no es algo diferente a lo que somos. —Le sonrió con ternura, tratando de brindarle la seguridad que le faltaba. —Íbamos a ser vos y yo contra el mundo siempre, ¿Qué tiene de diferente ser vos, yo y un cachorrito contra el mundo? Si, vamos a tener que soportar llantos y seguramente muerda a alguien en el jardín y vamos a tener que ir a hablar con los docentes. —Bromeo, cumpliendo el objetivo de sacarle una sonrisa al menor. Los ojos de Yoongi comenzaron a brillar al imaginar la escena. —Y esas cosas las haremos juntos, sea tu alfa o no, porque siempre que me lo permitas, voy a formar parte de tu vida.

—No me hagas llorar...—Le emocionaban las palabras del alfa hasta el punto de llorar ante ellas. Jungkook se tomó el trabajo de secar una por una.

—El mundo puede pensar que somos lo que ellos quieran, pero van a saber que me tenes para lo que necesites y a este cachorro...—fue inevitable no bajar la mano hacia el vientre plano de Yoongi, acariciando con dulzura —voy a amarlo tanto como te amo a ti.

—Koo...—se recargo contra su frente, llenándose del calor, amor y aroma del contrario, que tuvo un efecto sanador en su interior. Dejo un beso en su mejilla y se separó un poco para mirarlo a los ojos. —Déjamelo pensar, ¿sí?  

—Claro que sí, cachorro. 

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El viaje a casa hubiera sido en silencio si su madre no se mantuviera hablando. La omega quería saber cómo había pasado la noche en casa de Jungkook y, aunque la respuesta siempre era buena, esperaba algo más desarrollado por su hijo, pero ese día estaba especialmente callado. 

Yoongi era una persona alegre, que sin importar donde estuviera iluminaba todo con su sonrisa. Sunhee como mama está orgullosa de cómo había criado a su hijo sin escuchar recomendaciones de nadie, de cómo era alguien independiente y alegre, con sueños y metas, pero le preocupaba que ese Yoongi no estuviera frente a ella ahora mismo. Parecía perdido en sus pensamientos, sin prestarle atención a lo que decía o le preguntaba. Quería saber lo que pasaba por la mente de su hijo, que era lo que lo tenía tan distraído del mundo a su alrededor, pero Yoongi no tenía planeado decirlo pronto.

Cayendo Por Tu Amor | MYG&JJK - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora