Diez: "Mío"

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El tiempo pasaba tan rápido que las dos semanas pasaron casi imperceptibles excepto por la barriga de Yoongi, la cual estaba cada día más hinchada. El omega contaba los días que faltaban para el nacimiento de sus cachorros, cuando la fecha más se acercaba más se ponía nervioso y comenzaba a soñar con el día que sus cachorros llegarían al mundo.

Las cosas entre ambos habían seguido normales, no se había nombrado el tema de su casi beso y lo agradecían. Ahora lo que predominaba en sus vidas eran los vómitos y cambios de sueño, los malestares del embarazo comenzaban a aparecer y Jungkook le tocaba tratar de minimizarlos.

Actualmente era imposible despertar a Yoongi justo a tiempo para ir a la universidad y cuando Jungkook lograba que sus ojitos se abrieran, el omega pasaba todo el día malhumorado debido al sueño, solo escondiéndose en el cuello del alfa para no hablar con nadie y dormir unos minutos ahí. Aunque no le molestaba, le generaba malestar no ver a Yoongi sonreír por el sueño, pero al final del día cuando llegaban al departamento recibía una hermosa sonrisa de su parte.

Ahora debía despertarlo lo más suave que podía, con besos en su cabeza y caricias en su barriga que ya empezaba a molestar. Jungkook pasaba horas admirando esa parte de su cuerpo. Paso sus manos por el vientre hinchado, sabía que pronto llegaría a ser el doble de lo que era y eso lo emocionaba. Yoongi se paseaba contento por los pasillos de la universidad mostrando a sus cachorros con orgullo, no había nada más que calentara su pecho como ese acto.

Acerco su nariz al vientre en un intento estúpido de jugar con sus cachorros, sumando su boca a la acción para morder juguetonamente la zona, ronroneando contento. No veía la hora de poder jugar con ellos, no faltaba tanto para que comenzaran a moverse y agradecía a la luna la rápida gestación sin problema alguno. Yoongi se removió incomodo y con una mano tiro del pelo del alfa, separándolo de su estómago.
 
—Son chiquitos para jugar, Jeon Jungkook. Sal de ahí. —Hablo con su voz ronca. No estaba enojado, pero quería seguir durmiendo y el alfa no iba a dejarlo si seguía jugando. Jungkook gateo hasta dejarse caer detrás del omega, tomándolo con sus brazos para atacar su cuello con pequeños besos que no lo dejaban dormir.

—Arriba, cachorro, hora de comenzar el día. —El menor gruño, pero no dijo nada. Se acurruco más contra el pecho del alfa.

Jungkook le dejo dormitar un poco más, no había razón para correr de la cama.




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Googie
Te espero en la cafetería para almorzar, te quiero.


Los pasillos de la universidad estaban vacíos, haciendo que sea fácil llegar a la cafetería, Yoongi caminaba contento hacia ella luego de hablar con el alfa por celular. Había sido un día tranquilo, nada atormentaba su cabeza y había pasado una increíble mañana junto a Jimin ignorando cualquier mirada que fuera dirigida a sí mismo. Sus manos iban apoyadas en su abultado vientre, tratando de marcar territorio y diciendo con su actitud que se mantuvieran lejos.

No fue consciente de la mirada de aquel alfa del otro lado del pasillo, solo camino hasta cruzar las puertas para buscar a Jungkook. Sonrió contento cuando se encontró con su mirada cálida, tranquilizo sus nervios al tenerlo a la vista. Todos observaron enternecidos como Jungkook rodeo con sus brazos al menor, no tardando en acariciar su vientre con un pequeño beso en su frente. Yoongi se hundió en su pecho, llenándose de su olor rápidamente. Necesitaban este tipo de contacto luego de estar todo el día separados.

—Alfa...—Suspiro risueño, casi ronroneando. Jungkook estaba contento de tener a Yoongi a su alrededor, su lobo había estado todo el día fastidiando para ir a buscarlo y ahora que lo tenía en sus brazos, su cola se movía feliz.

—Hola pequeño, ¿Me extrañaste? —Yoongi asintió energético, saliendo de su escondite por unos segundos. Estaba acostumbrado a ver a Jungkook diario, pero en las últimas semanas todo se había intensificado y sus ganas de estar con el mayor eran gigantes, volviéndose inquieto si no lo tenía a la vista.

Mío.

—Tengo hambre. —Ignoro a su lobo y se encamino hacia el área de comidas con Jungkook siguiéndole. Una beta se le acerco rápidamente para atenderles, mirando con alegría como el alfa colocaba sus manos en el estómago del omega. Pocas veces escenas como esas eran vistas en el lugar.

—Buen día, niños, ¿Qué van a elegir? —Yoongi sonrió en grande, amaba cuando las personas mayores resplandecían calidez y lo hacían sentir cómodo. Jungkook tomo primero la palabra y pidió rápidamente antes de cederle la palabra al menor.

—Yo quiero...—Yoongi miro las opciones y recordó las recomendaciones de su médica. Comenzó a decir una detrás de otra las cosas que quería y nadie lo miro sorprendido, ya que comprendían su estado y sus ganas de comer. Jungkook solo sonrió y beso su cabeza sin meterse. —Creo que eso es suficiente, ¿Verdad, Googie?

—Si, cachorro. —El alfa rio suave, con cariño. Comprendía lo demandantes que eran los futuros cachorros, lo vivía en casa diariamente, los antojos terminaban ganando al menor.

—Voy a ponerte uno de esos pastelitos de frutillas que te gustan. —Susurro como si fuera un secreto antes de irse a preparar el pedido de ambos chicos, emocionada por ser parte de algo como la alimentación del omega. A todos les causaba ternura la pareja, pero Yoongi y Jungkook siempre habían sido foco de especulaciones y ahora que estaban esperando una pequeña camada, todos estaban más atentos que lo usual.

—Que rico. —Susurro el omega viendo el pastelito que la beta entrego en sus manos, agradeciendo de inmediato el gesto y partiendo hacia la mesa que Jungkook le indico luego de pagar y tomar la comida.

Al ratito, Jimin llego a la mesa juntos al alfa que lo estaba cortejando, sumándose al almuerzo con los futuros padres. No se sorprendió cuando encontró a su amigo en las piernas de Jungkook comiendo de la bandeja repleta de distintas comidas que juntas parecían asquerosas, pero que para Yoongi era lo más rico del mundo. Era común que los omegas comieran mucho cuando estaban esperando cachorros y Jimin había visto muchas veces como se avergonzaban de hacerlo, pero Yoongi comía orgulloso sin culpa alguna.

Cayendo Por Tu Amor | MYG&JJK - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora